El baile por la libertad

Con un minuto de aplausos como un homenaje a todas las personas que lamentablemente perdieron la vida durante la pandemia debido al Covid 19, se inauguró la edición 49 de la fiesta cervantina
Karina Corona Karina Corona Publicado el
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La noche llegó y con ella los ritmos que invitan al baile, la alegría y la celebración por la vida. Ante una multitud de gente, que aunque portaban sus cubrebocas, se veía en el resplandor de sus ojos la felicidad por el regreso de unas de las más grandes y emblemáticas celebraciones de la cultura y el arte, El Festival Internacional Cervantino.

Con un minuto de aplausos como un homenaje a todas las personas que lamentablemente perdieron la vida durante la pandemia debido al Covid 19, se inauguró la edición 49 de la fiesta cervantina, en el Estado de Guanajuato.

La Alhondiga de Granaditas estaba a todo su esplendor frente a una orquesta Filarmónica del Desierto, Coahuila de Zaragoza, quienes portaban un saco blanco que resaltaba uno de los principales mensajes de este año para el Festival: resistencia, paz y hermandad.

La Orquesta inició con la obertura titulada “Mosaico Mexicano”, de A. Rodríguez. Después de este popurrí, dieron paso a la agrupación cubana Formell y los Van Van.

Minutos antes de entrar, algunos de los espectadores gritaron “patria y vida, libertad para Cuba”. Los colores del escenario se tornaron naranjas y rojos para, de esta forma, darle el sazón cubano a la noche en Guanajuato.

El vocalista Samuel Formell y Natanael Espinoza invitaron a la gente a tomarse la cintura, pararse y agarrar ritmo para bailar junto a la orquesta. La cadencia, sonoridad y alegría fueron los ingredientes clave de esta noche que rindió homenaje a la cultura del país Latinoamericano.

La agrupación interpretó sus más grandes éxitos como: “Aquí el que baila gana”, “Anda ven y quiéreme” y “Dale dos”.

El vocalista Samuel Formell también dio unas palabras por todo el apoyo que recibieron para poder estar en esta edición.
“Gracias por atreverse a hacer esta travesía”, dijo Samuel Formell.

Y asi dar pie a que la gente nuevamente se parara de sus lugares para bailar “Guantanamera”, que alzara las manos y disfrutara de esta noche única.

Luces rojas y naranjas empaparon el escenario y las escalinatas, en donde en todo momento la gente ya no paró de bailar.

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“No queremos continuar sin dar agradecimiento a quienes organizaron este festival con la cultura de Cuba. Y veo que están gozando, es aún honor y privilegio estar acompañados por ustedes, a pesar de todos los contratiempos estamos aquí, de pie”, expresó Formell.

Posteriormente la agrupación salió del escenario para que La Orquesta Filarmónica interpretara el “Danzón No. 2” de A. Márquez

Al término, la bandera cubana de volvió a alzar y con ella el regreso al escenario de los Van Van con más éxitos los cuales, dijeron, harían vibrar el escenario guanajuatense.

Ambas agrupaciones se unieron para así interpretar gran parte de sus éxitos: “Sandunguera” y “Recíbeme”. Y aunque el clima ya empezaba a enfriar, la calidad de la gente al bailar hacía que el ambiente se volviera cálido, sin importar que se estuviera en las escalinatas, gradas o, incluso, en las escaleras o en las ventanas de los edificios cercanos a la Alhóndiga.

El broche de oro fue con la interpretación de “Somos cubanos”, una de sus piezas más emblemáticas con la que dieron el grito:
“Viva Cuba, viva México”.

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