El arte como agente de cambio

Tierra de Artistas A.C. es una asociación civil formada por jóvenes profesionistas mexicanos que llevan el arte a distintas comunidades como medio de expresión, con el fin de generar paz en ese lugar.

De acuerdo a su sitio oficial, la misión de esta organización no gubernamental es "fomentar la conciencia individual y social, propiciando un ambiente de equilibrio y armonía para la mejora del entorno y la comunidad, a través de espacios de expresión y proyectos de arte".

María Alesandra Pámanes María Alesandra Pámanes Publicado el
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"Soñamos con una sociedad libre de violencia, sensible, solidaria, consciente y fraterna, donde reine la paz, la armonía y la libre expresión”
Tierra de Artistas A.C.
"Cada vez me doy más cuenta de lo mucho que tienen que decir los niños y de lo poco que los escuchamos (…) cada vez refuerzo más que no les damos la voz y la importancia que tienen”
Frida Haaz
A través de la arteterapia, el desarrollo humano, el diálogo y la cultura de educación por la paz, Tierra de Artistas A.C. le da voz a los niños y jóvenes de distintas comunidades
http://www.youtube.com/watch?v=PyIj_K7-pSg

Tierra de Artistas A.C. es una asociación civil formada por jóvenes profesionistas mexicanos que llevan el arte a distintas comunidades como medio de expresión, con el fin de generar paz en ese lugar.

De acuerdo a su sitio oficial, la misión de esta organización no gubernamental es “fomentar la conciencia individual y social, propiciando un ambiente de equilibrio y armonía para la mejora del entorno y la comunidad, a través de espacios de expresión y proyectos de arte”.

Frida Haaz, su creadora, dijo a Reporte Indigo que la inspiración para crear un proyecto así llegó cuando vio “Born into brothels: Calcutta’s red light kids”, película con la que Zana Briski ganó el Oscar a Mejor Documental en 2004.

A partir de entonces, le nació la inquietud por darle voz a los niños de diferentes comunidades para mejorar su calidad de vida.

Al graduarse de Diseño Industrial, del Tecnológico de Monterrey, Frida se fue de misiones a Perú con un grupo de voluntarios de la Universidad de Monterrey. En ese viaje comenzó una aventura llena de arte, que después se convirtió en un proyecto bien cimentado.

Haaz compró cámaras fotográficas desechables en una farmacia y se las llevó para regalárselas a los niños de Perú, al estilo de “Born into brothels”. Después, les enseño a tomar fotos y les pidió que en cada una mostraran sus sueños, lo que era importante para ellos y la realidad en la que vivían.

“Salieron fotografías increíbles (…) a través de esas imágenes, los niños tenían la capacidad de contar historias y de contar las necesidades de su propia comunidad”.

Haaz habló con el alcalde de una comunidad amazónica de Perú y se expusieron las fotografías. Al ver las imágenes captadas por los niños, la comunidad se dio cuenta de cómo se reflejaba su realidad.

Una realidad que mostraba casas mal construidas y basura en el río, por ejemplo. Haaz asegura que cuando los adultos de la comunidad –entre ellos el alcalde– vieron las fotografías, “dijeron: ‘hay que hacer algo'”.

“Cuando vi ese proceso, dije: ‘Tengo que hacerlo en México'”.

Entonces Frida Haaz reunió a un equipo de jóvenes entusiastas que comparten su espíritu altruista y emprendedor para darle vida a lo que hoy es Tierra de Artistas A.C.

El equipo que forma parte de esta organización tiene sensibilidad hacia el arte, sentido de empatía y altruismo, pero también, habilidad empresarial.

“Hice un equipo multidisciplinario”, dice Haaz, “para así tener a personas en todas las áreas. En la humana, en la administrativa… “.

Hay voluntarios de diferentes universidades y “hay chavos que se unen por amor al proyecto o por hacer sus horas de servicio social”.

Niños, precursores de arte y agentes de cambio

Cuando el proyecto “Una mirada a mi país” de Tierra de Artistas A.C. llegó a Santa Catarina, en Nuevo León, las imágenes que tomaron los niños reflejaron no solo la violencia que acecha las calles, sino también una muy fuerte preocupación por la contaminación.

En cuanto a la visión positiva, también se mostraron imágenes de familias y convivencia colectiva.

La mayoría de las fotografías muestran que la realidad infantil está rodeada, lamentablemente, de violencia y “muchos niños platicaban que ya no pueden ni salir de su casa”.

“Los niños son el futuro, por muy cliché que sea, son el futuro (…) es increíble las reflexiones, sus pensamientos y sus emociones”, dice Haaz.

“Callamos mucho lo que tienen que decir, no les damos la voz o la importancia que tienen”, añade.

Y “si ahorita nosotros hacemos algo porque esos niños sepan que tienen la capacidad de decir lo que piensan y proponer ideas, de hacer algo por los problemas que ellos ven y que tienen soluciones viables y que las puedan hacer, les cambiamos muchísimo su forma de ver el mundo”.

No tienen espacios ni parques en donde jugar y la paz es crucial para su sano desarrollo.

En contraste, en Apodaca, Nuevo León, las fotografías mostraron poca convivencia y actividad familiar. Destacaron paisajes y lugares solitarios.

La idea es que al terminar los proyectos en Apodaca y Santa Catarina, en unos meses, “se pueda juntar a esas dos comunidades en una misma exposición” para que los niños de ambas comunidades vean el contraste, de manera que los más pequeños “abran su conciencia, su pequeña realidad”.

Al preguntarle cuál es la diferencia más marcada entre lo que captan los niños y los adolescentes en sus fotografías, Frida señala que “los niños dicen la verdad”.

“No les importa hablar sobre lo que sea. Todavía no se sienten juzgados o preocupados” por exponer una parte de su realidad.

Mientras que los jóvenes “lo piensan un poquito más”. Por lo que el empático equipo de Tierra de Artistas A.C. los ayudan a expresarse libremente.

“A final de cuentas nos damos cuenta de que los jóvenes tienen mucho que decir (…) de eso nos damos cuenta en los talleres”.

Y es que los jóvenes demuestran que están en constante reflexión y autoconocimiento.

Arte, imaginación, creatividad y desarrollo social

Durante los talleres y actividades de arteterapia, los niños utilizan pintura, collage, dibujo, expresión corporal y teatro.

“Aprenden a saber qué dice el cuerpo y cómo manejar las expresiones”, dice Haaz. La danza y la música también forman parte de sus actividades y técnicas.

Entre las que más utilizan está la pintura, “por los colores y la facilidad de expresarte libremente, en líneas y formas”, agrega Frida.

La expresión corporal también es de las más recurrentes. “Hacer posiciones y formas, expresar cosas (…) para hablar sin palabras”.

‘Una mirada a mi país’

A través de este proyecto se implementan talleres para sensibilizar y motivar artísticamente a niños y adolescentes de las comunidades más vulnerables de México.

“La intención es que por medio de distintas expresiones artísticas (danza, teatro comunitario, expresión corporal, pintura y, finalmente, fotografía) ellos muestren su realidad, expresen sus necesidades, sueños y deseos”. 

Y es que de acuerdo a su sitio oficial, “está comprobado que los beneficios del arte proporcionan al individuo capacidad de sensibilización, mejora de autoestima y desarrollo de la creatividad y autoconocimiento”.

Cuando una persona se conoce a sí misma sin violencia, se expresará sin necesidad de ser agresivo o vehemente con los demás.

Este proyecto ya fue implementado en Perú y actualmente pretende recorrer diferentes comunidades de la República Mexicana.

“Una mirada a mi país” obtuvo el Premio UVM por el Desarrollo Social en 2012.

¿Cómo se lleva a cabo?

Después de haber realizado talleres de diálogo y arteterapia, desarrollo humano y educación por la paz, se les proporciona de material y herramientas necesarias para que a través del arte de la fotografía, los niños y jóvenes muestren su entorno social, familiar y ambiental.

Ellos retratan el mundo que los rodea y con ello hacen un “diagnóstico” del estado de su comunidad.

Al culminar este proyecto, se monta una exposición en la comunidad en cuestión, así como en un museo. Con las imágenes obtenidas, se genera un diálogo entre la comunidad.

Así, los niños se convierten en agentes de cambio de su comunidad. En conjunto, podrían cambiar su sociedad y con mucha esperanza y optimismo, el mundo.

Estos niños artistas son “agentes vivos de transformación, porque al verse reflejados en las fotografías, comienzan a generar ellos mismos las propuestas de solución a conflictos presentados por los más jóvenes de su comunidad, promoviendo la participación ciudadana”, dice la descripción de la esencia de “Una mirada a mi país”.

Actualmente este proyecto se encuentra en marcha en Apodaca y en Santa Catarina, en el estado de Nuevo León.

Esta iniciativa también está puesta en práctica en pequeñas comunidades de Tlaxcala y próximamente en Puebla.

Además, apoyan a los indígenas que vienen a Monterrey, en conjunto con la organización Misión del Nayar. De esa manera, los jóvenes de diferentes etnias retratan el choque cultural al que se enfrentan y su realidad por medio del arte.

Actividades

A lo largo de todo el año, el equipo de esta asociación realiza distintas actividades llenas de arte, creatividad e imaginación.

– Visitar casas hogar
Acuden a casas hogar de niños para compartir con ellos formas de expresión artística tales como danza, música y teatro.

– Domingos de paz
Se juntan en diferentes parques de la ciudad de Monterrey, con el fin de encontrar más personas interesadas en formar un mundo sin violencia. Todo con el arte de por medio.

– Talleres de creatividad
Durante todo el año, realizan actividades como talleres y campamentos de verano para llevar la arteterapia a niños y adolescentes.

Arte y altruismo
Entra al sitio: tierradeartistas.org

Creatividad y paz
Sigue este proyecto en Twitter: @tierra_artistas

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