El amor y el olvido
El actor Sergio Ochoa narra su experiencia de vida al convertirse en cuidador de su madre tras ser diagnosticada con Alzheimer. Se trata de una historia amorosa y entrañable que enfrenta el camino hacia un final inevitable
Karina CoronaEl olvido es complicado y doloroso, es un proceso lento en el cual la memoria va cayendo en un vacío, a veces sin retorno. Para el actor Sergio Ochoa vivir el proceso de cuidar a su madre, la actriz y comediante Leonorilda Ochoa, tras ser diagnosticada con Alzheimer, fue largo, lleno de risas, lágrimas y de momentos muy emocionales, que podrán ser vistos en el monólogo El Cuidador o Mamá las llaves del coche no van en el refri.
El actor compartió con su madre, durante 10 años, esta vivencia que le dejó muchas lecciones y momentos trágicos, pero, a la vez, divertidos, los cuales quiere compartir con el público, en esta ocasión vía streaming.
Para el actor, mostrar esta obra durante la pandemia permitirá acercarse a los padres de otra forma, aunque el papel del cuidador, admite, se vuelve más complicado al estar todo el tiempo dentro de los hogares.
Sin embargo, así como el actor, al escribir esta pieza y llevarla a escena, le hizo reconectarse con su madre, valorar desde otro punto de vista la vida y entender todo lo que implicaba la enfermedad, espera que los hijos puedan ser más tolerantes con sus padres, entenderlos y aprender a escuchar a un familiar con este padecimiento y acompañarlos durante su proceso.
A pesar de que, para el actor, fue doloroso ver cómo la salud de su madre, poco a poco, se fue deteriorando mientras, además, iba perdiendo la memoria, él se sintió bendecido por poder compartir con ella anécdotas divertidas, y estar a su lado hasta sus últimos momentos de lucidez y de vida.
Durante la obra, apoyado por algunas proyecciones, Ochoa recuerda a su mamá a través de una especie de stand up, narrando sus peripecias y anécdotas. Además, habla sobre cómo le cambió la vida al enterarse de todas las etapas por las que las personas pasan durante esta enfermedad, así fue más consciente de todo por lo que iban a transitar juntos, pues, al inicio, cuenta que uno de sus mayores miedos fue la desinformación respecto a la enfermedad y de cómo podría ayudar a su mamá.
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El también director de la obra, comparte que uno de los momentos más felices con su madre fue ver cuando se conectaba con la vida, lo veía a los ojos y le decía “Abuelito, ¿cómo estás? Te quiero mucho”, expresión que decía con una emoción y alegría como si lo hubiera visto por primera vez, aunque ya había estado con ella dos horas.
“Recuerdo que me veía y se ponía muy alegre, pasaban por ella muchas sensaciones como de sorpresa. Le pintábamos las pestañas, el pelo y ella se conectaba con la actuación, yo creo era por el maquillaje, que durante mucho tiempo fue parte de su trabajo, su expresión era como si fuera salir a escena otra vez, se le llenaba el corazón de alegría”, recuerda Sergio Ochoa.