El amo de la casa, obra contra estereotipos y el machismo

Luis Miguel Osorio, dramaturgo y director escénico, creó El amo de la casa, monólogo que aborda la relación familiar entre padre e hijos, la ausencia de una figura materna, el machismo y el desenvolvimiento personal motivados por el amor
Karina Corona Karina Corona Publicado el
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Por mucho tiempo, la sociedad fue educada bajo normas heteropatriarcales, donde la mayoría de las veces la mujer era quien se hacía cargo de los hijos mientras que el padre era el proveedor del hogar. Sin embargo, un nuevo modelo de familia se ha desarrollado, de tal modo que, sin importar el género, cada miembro de la casa puede ejercer cualquier actividad.

Con esto, el concepto arraigado sobre lo que implicaba ser mujer u hombre se ha ido modificando, ajustándose a una nueva realidad social. Precisamente, estos referentes fueron parte de la investigación del dramaturgo y actor Luis Miguel Osorio para llevar a escena El amo de la casa, monólogo muy íntimo y familiar en el que explora la relación entre el padre y sus hijos.

“A raíz de la pandemia decidí que fuera un monólogo e invité al colectivo Ovejas Negras para realizar este proyecto. Durante el desarrollo y análisis, como director, es la experiencia más bonita que he tenido, ir desentrañando los principios de este personaje, el sentimiento paternal. Todo ese progreso del personaje fue realmente maravilloso”, explica Osorio a Reporte Índigo.

El Amo de casa, una obra desde la sensibilidad

Un punto que ayudó al tratamiento del personaje y de la historia fue la reciente paternidad del actor Mauricio Estrada, quien participa en el montaje, pues le brindó las emociones necesarias para poder exteriorizar lo que significa ser padre en la actualidad, en cómo un hombre reaccionaría ante el abandono de su pareja siendo alguien que creció bajo una educación machista.

“Ser un hombre hace 20 años es diferente a serlo ahora. Antes era defender, ser viril, caballero, proveedor, no machista ni golpeador, sino ser un verdadero hombre, es lo que se decía en aquella época y ahora, 30 años después, ‘ser hombres’ son circunstancias totalmente diferentes, se afronta de otra manera, ya más reflexionado”, abunda el dramaturgo Luis Miguel Osorio.

“Pepe” (Mauricio Estrada), protagonista de esta historia que tiene alrededor de 50 años, explica que viene de otro tiempo, de una educación totalmente distinta. Que no comprendía, en un inicio, cómo asumir la paternidad sin una mujer, incluso, cómo poder educar a sus hijos solo.

La ausencia de su esposa es un detonante, pues llega a la conclusión de que ni siquiera conoce a sus hijos, además tampoco sabe cómo hacer las labores básicas del hogar. Así inician las peripecias de este personaje y la relación que tiene que crear para poder sacar adelante a su familia.

“Es importante contar esta historia, porque nos habla del machismo desde la voz de un machista, el cual no se juzga, ni se justifica, sino que busca superar esta situación por el bien de sus dos hijos y del suyo. Todo parte a través de un microcosmos y de la personalidad de este personaje, quien se autoevalúa a lo largo de la obra, desde que es un macho hasta que ya tiene la evolución y los errores que ha cometido en la educación de los hijos”, relata.

Abordada desde el humor y el drama, El amo de la casa va revelando la metamorfosis de “Pepe” y cómo fue construyendo, casi desde cero, su familia.

Ser machista en la actualidad

Con esta obra, Luis Miguel Osorio quiso reflejar la existencia de una equidad de género, basándose en un personaje que bien puede ser cualquier padre, abuelo o tío.

“Está cambiando todo y este personaje se da cuenta de ello. Las generaciones más jóvenes de 30 o 20 años tienen ese nuevo chip, aunque todavía hay cuestiones que de repente cojeamos como sociedad, pero vamos hacia esa evolución, a la equidad de género. No es un personaje malo por sí mismo, o que goce haciendo sufrir a las personas, sino que así fue su educación como son la mayoría de las generaciones anteriores que, por ejemplo, tenían prohibido entrar a la cocina o de hacer quehacer”, opina.

Para el dramaturgo indagar en el personaje, desde el momento en que se da cuenta que es un machista, fue una de las cosas más interesantes, es una catarsis, la cual determina todo el sentido de la pieza, pues Pepe ve que eso ya no le funciona para poder criar a sus hijos.

Luis Miguel desea que este mensaje pueda ser muy poderoso y transformador porque, por desgracia, la sociedad mexicana ha crecido bajo estos comportamientos que se creían “normales”.

“Esa confrontación es fuerte dentro de la obra, se ve en escena. Es determinante en el desarrollo de la historia y de nuestra sociedad actual, de darnos cuenta que muchas acciones que pensábamos ‘normales’ ya no son así, no funcionan y no son correctos”.

“Muchos hombres de mi generación no tienen ni la más remota idea de cómo lavar un plato, porque las mamás o las hermanas siempre lo han hecho, entonces a partir de este personaje, que asume esta responsabilidad, sí como obligación, pero a partir de amor a sus hijos y decir ‘tengo que entrarle porque así me lo reclaman las circunstancias’, no como un favor sino como parte de la estructura y del funcionamiento de una familia sana en estos tiempos”, expone.

Luis considera que su obra va dirigida a cualquier público, pues lo importante es llevar un mensaje de equidad, amor y respeto entre todas y todos.

“Lo que nos ayuda es que está escrita con tono de comedia. No es un drama durísimo ni una confrontación, es una historia para pasar un buen momento y mandar un mensaje no agresivo o decir ‘este personaje es un maldito y hay que quemarlo’, porque no se trata de eso, es decir que todos nosotros podemos tener ese cambio a partir de la compresión de las cosas que estamos haciendo mal”, declara.

“En estos tiempos es importante que la gente regrese a los escenarios con propuestas divertidas, pero que también pongan sobre la mesa temas importantes; el teatro es mostrar una realidad entretenida en el que el público se la pase bien y se lleve un buen mensaje”
Luis Miguel OsorioDramaturgo

El público podrá ver cómo un personaje totalmente humano se enfrenta, principalmente su ser, a través de circunstancias ajenas, incluso, le obligan a salir de esa zona de confort a la que tanto estaba acostumbrado.

“Que la mujer se marche, dentro de la sociedad, es un cambio disruptivo y hay que salir de esa zona para abordar la vida desde otro punto de vista. Cuando vas viendo al personaje hay veces que sí te cae gordo por las cosas que dice, pero el público se va dando cuenta de su catarsis y entiende que hay un aprendizaje y una evolución. Al final, la historia tiene un giro muy fuerte que nos revela por qué él tuvo necesidad de hacer todo lo que hizo”, revela Luis Miguel Osorio.

No te la pierdas

La obra El amo de la casa se podrá ver en escena en el Foro Bellescene hasta el 16 de octubre, los sábados, a las 19:30 horas

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