Para Mariana Gabarrot, antropóloga social, hablar de género es un diálogo en el que todas y todos tienen una opinión arraigada y cánones que determinan estándares de qué es lo masculino y femenino.
Sin embargo, que al día de hoy se puedan discutir ha sido gracias a la lucha del feminismo, movimiento que ha permitido que estén en la palestra pública, pues son temas que han existido siempre, pero no se discutían.
“Hay dos parteaguas en los temas de género y en cómo los abordamos, el primero la crisis de feminicidio, el cual hacen visible las compañeras feministas de Ciudad Juárez. También creo que después del #MeToo se abrió el debate”, precisa Gabarrot.
En entrevista, la socióloga, quien presenta el libro El ABC del género (Lumen), indica que las feministas han trabajado desde hace muchos años para visibilizar estos temas tan importantes que permean en la vida cotidiana.
La intención de escribir este texto es abordar, desde el diálogo, sobre el sexo y el género; el machismo y la cultura patriarcal, así como la diversidad, identidad y de los feminicidios.
“No es que tengamos que estar todos de acuerdo, pero podemos establecer lenguajes comunes. No sólo es proponer, sino también de escuchar colectivas, convivencias con el movimiento feminista y las nuevas generaciones. Las que ya llevamos más años podemos ayudar en la militancia y reflexión, pues creo es muy importante cruzar esa brecha generacional”.
“Tenemos que buscar esos puntos de encuentro, por eso hice esfuerzo con el texto, no resuelve las preguntas, propone cómo plantearlas para que podamos discutir. No hablamos de naturaleza contra sociedad, sino de cómo se construyen los roles sociales, mostrar cómo la estructura patriarcal está en todas partes y eso hace que vivamos los roles de género”, aclara.
Mariana Gabarrot y la construcción del género
Para la también investigadora de la Escuela de Humanidades y Educación, del Tec de Monterrey, los estereotipos de lo femenino y masculino se han construido históricamente a lo largo de los años. Sobre todo, persiste la noción de una masculinidad hegemónica que continúa detentando la mayor parte del poder.
“Lo peor es que seguimos reproduciendo e imponiendo esto a las nuevas generaciones; influye el cómo te vistas o de cómo se articulan las desigualdades de género en el ambiente laboral. La intención, es decir ‘esto es desigualdad’ y las vivimos todo el tiempo, en lo cotidiano, y tiene distintas manifestaciones”, expresa Gabarrot.
Para ello, la socióloga retoma en uno de los capítulos el violentómetro que realizó la investigadora del IPN, Martha Alicia Tronco Rosas, pues, a decir de Mariana Gabarrot, es el mismo mecanismo de desigualdad que opera en la brecha salarial y que opera en el feminicidio.
“En la medida que vayamos deconstruyendo estas casillas toda la sociedad irá cambiando. No se trata de decir que con esto vamos a terminar la violencia de género, pero sí, quizá, empezaremos a desmontarla y aminorarla desde muchos frentes”, comenta.
Asimismo, dedica un apartado sobre cómo también las masculinidades son una forma de violencia de género, porque hay un mandato que viene históricamente de asignarle a los hombres el rol de la defensa de la nación.
“La sociedad machista les exige que ejerzan violencia, hace que sean carne de cañón de las guerras. No se trata de un concurso macabro de haber quién muere más, sino de entender cómo la violencia se articula de diferente manera dependiendo del género y cómo vivimos esas violencias”, concluye.
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