Un reciente estudio de la Universidad de Bristol, en Inglaterra, reveló que los perros son capaces de percibir el olor del estrés humano, lo cual influye en sus emociones y en su comportamiento, llevándolos a tomar decisiones más pesimistas.
La investigación, publicada el pasado lunes en la revista Scientific Reports, es resultado de una colaboración entre la Universidad de Bristol, la Universidad de Cardiff y la organización benéfica británica Medical Detection Dogs en Inglaterra.
El objetivo del estudio era observar cómo los perros reaccionan ante diferentes estímulos olfativos en ambientes que denotan relajación y estrés. A través de la observación, los investigadores constataron que el olor del estrés humano afecta el aprendizaje y el estado emocional de los canes.
“Algunas personas han estudiado si los perros pueden realmente detectar diferencias en el olor, y lo han hecho, pero nadie había estudiado realmente cómo esto afecta las emociones del perro“, afirmó la doctora Zoe Parr-Cortes, veterinaria y autora principal del estudio.
Los perros fueron sometidos a pruebas olfativas
En la investigación participaron 18 perros y sus propietarios, quienes fueron sometidos a una serie de pruebas con diferentes olores humanos.
En la primera prueba, se entrenó a los perros para que asociaran un plato de comida con una golosina en una ubicación específica y otro cuenco en una ubicación diferente, pero vacío. Los resultados mostraron que los perros se acercaban más rápido al cuenco con la golosina, demostrando una expectativa positiva.
Posteriormente, los investigadores colocaron nuevos platos en ubicaciones intermedias entre las dos originales y midieron la rapidez con la que los perros se acercaban a estos nuevos recipientes. Una aproximación rápida indicaba optimismo y un estado emocional positivo, mientras que una aproximación más lenta reflejaba una percepción más pesimista.
Tras el entrenamiento, los científicos expusieron a los perros a muestras de sudor y aliento de humanos en estado de estrés o relajación, para observar cómo influían estos olores en su comportamiento durante las pruebas.
Los resultados mostraron que los perros expuestos al olor relajado se acercaban más rápidamente a los platos más cercanos, confiando en encontrar comida. En contraste, cuando percibían el olor a estrés, los perros se acercaban más lentamente, reflejando una actitud más negativa.
Los perros leen las emociones, afirma estudio
Esta respuesta “pesimista” sugiere un estado emocional negativo en los perros y podría ser una estrategia para conservar energía y evitar decepciones. Además, el estudio descubrió que los perros mejoraban su aprendizaje sobre la presencia o ausencia de comida en los platos entrenados de manera más rápida cuando percibían el olor del estrés.
“Al ser una especie con la que hemos vivido y coevolucionado durante miles de años, tiene sentido que los perros aprendan a leer nuestras emociones porque podría serles útil saber si hay algo amenazante en el entorno o algún factor estresante del que deben estar conscientes”, puntualizó Parr-Cortes.
El estudio confirma que los perros podrían ser menos propensos a esperar una recompensa si perciben que su humano está estresado.
De modo tal que cuando un dueño está estresado, probablemente no dé tantas golosinas, si este realmente se encuentran mal emocionalmente, concluyó la investigación.