Dos fronteras, una misma identidad de los maya chuj
El mediometraje Junk’olal, de Fabiola Manyari y Diego Moreno Garza, visibiliza la impunidad de las matanzas que ocurrieron en Guatemala en los años 80, específicamente en la comunidad maya chuj, la cual se vio desplazada hacia México debido a los genocidios que el mismo Estado del país centroamericano cometía a manos de su ejército
Hidalgo NeiraLa espesa jungla al sur de México es sólo conocida por quienes viven en ella. sus habitantes identifican, incluso, a las aves sólo por su cantar, un panorama ahora tranquilo y pacífico, pero que hace casi 40 años tuvo un suceso que cambió la vida de miles de pobladores maya chuj.
Entre 1981 y 1983, Guatemala comenzó a erradicar a etnias y comunidades al interior de su país, entre ellos los maya chuj, que al ser amenazados por el ejército intimidándolos al decirles que en caso de resguardar a grupos insurgentes vendrían a matarlos; sin embargo, la fuerza armada no respetaba a los lugareños, ya que los mataban a diestra y siniestra.
Tras hacer una investigación exhaustiva para su doctorado, Fabiola Manyari le compartió este documento a Diego Moreno Garza y juntos decidieron que había que volver a esta comunidad que está dividida por la frontera entre Guatemala y México, pero que es una misma en sus raíces y costumbres, para contar la historia de la masacre, desde su perspectiva, con quienes han sido sobrevivientes directos, ante una lente que pueda ser testigo de las vivencias pasadas.
El resultado es Junk’olal, documental que se estrena en Ambulante durante este otoño y va hasta el interior de los maya chuj y narra de viva voz lo que fue este desplazamiento forzoso, sin que se hayan respetado los derechos humanos.
🙌🏾 ¡A partir de este momento pueden ver Junk’olal gratis en línea!
El docu muestra la historia del pueblo maya chuj que sobrevivió al desplazarse de su territorio, tras el genocidio perpetrado en su contra por el gobierno guatemalteco en los ochenta. 👉🏽https://t.co/A0KwrqgxM2 pic.twitter.com/UOgXJve6vk
— AMBULANTE (@Ambulante) September 9, 2022
“En realidad fue muy simple, hicimos un par de visitas antes de la grabación, y directamente cuando llegamos hicimos el rodaje. Fabiola ya había diseñado una concepción de guión inicial que después se fue transformando, fue un proceso, si no mal recuerdo, de 10 días continuos y este fue el resultado”, comenta Moreno Garza, codirector de este mediometraje.
Manyari platica que algunos miembros de la comunidad sí estaban interesados en que se hablara de este caso, lo complejo fue el acceso para llegar físicamente hasta estos lugares recónditos, tanto del lado de Guatemala como de México. Las grabaciones que se realizaron se hicieron, aproximadamente, hace tres años, y cuando quisieron volver a estos lugares, se atravesó la crisis sanitaria.
“Había algunas personas que no quieren hablar de esto porque es muy doloroso, y lo ven como algo que mejor se quede en silencio, pero hubo otras para las que el hablar era un proceso terapéutico y lo ven además como algo importante, que las otras generaciones sepan esta historia tan fuerte que han vivido para que se reconozcan dentro de esta identidad”, describe la codirectora.
Ambos directores condenan la actual situación que recién se ha revelado, de cómo se manipuló el caso de Ayotzinapa, esperan que con documentales como Junk’olal se pueda traer un poco de sanación para quienes han sido perjudicados por crímenes de Estado.
“Creo que estos documentales sirven para ejercer presión, también para que sean juzgados quienes fueron parte de estas matanzas y masacres y no queden en la impunidad; desafortunadamente, nuestro documental llega cuando Efraín Ríos Montt, expresidente guatemalteco, ya había fallecido. Murió sin ser sentenciado, más sí juzgado”, comparte Manyari.
Por su parte, Moreno Garza resalta que debemos recordar que los maya chuj son sólo un ejemplo de más comunidades que no se les ha respetado y quedan varados en medio de el golpeteo político, debido a la delimitación fronteriza que indican los Estados.
“Con ellos hay una misma identidad, un mismo pueblo que queda separado por una frontera ficticia y eso tiene consecuencias que son válidas para el respeto y la lucha por la identidad de muchos territorios, no únicamente de Guatemala y de Chiapas, sino muchos otros en el mundo, en ese sentido me parece que nuestro documental tiene mucha actualidad”, subraya el también profesor del Tec de Monterrey.
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