Si dentro de los problemas que tienes que resolver no se encuentra alcanzar la meta de combatir, disminuir y erradicar la contaminación, esto te hará cambiar de parecer.
La contaminación no solo afecta al medio ambiente, también lo hace de manera considerable a los niños.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año mueren aproximadamente 10 millones de niños; la mayor cantidad de esas muertes está relacionada directamente con la exposición a lugares contaminados en niños menores de 5 años de edad. Además de la contaminación, algunas de las causas incluyen falta de higiene y agua no potable.
De acuerdo a la OMS, el 74 por ciento de las muertes se debe a infecciones respiratorias, diarreas y enfermedades cardiovasculares.
En los países no desarrollados, la contaminación, así como la deplorable condición de insalubridad, conllevan consecuencias como mortalidad y morbilidad.
Un niño inhala más aire que un adulto por su tamaño, por lo tanto más contaminantes. Los pulmones de los menores están en desarrollo y la exposición a la contaminación provoca que se adelgacen las vías respiratorias.
Millones de hogares en el mundo utilizan alternativas de combustión en interior como metano y hollín para sus estufas, contribuyendo al cambio climático.
Los niños primero
El Children’s Healthcare of Atlanta (CHOA) afirma que “el smog o niebla tóxica es una mezcla de contaminantes del aire (…) y causa problemas en ciertas personas aún cuando sus niveles en el medio ambiente son bajos”.
Algunos de los problemas que causa son resuello, presión en el pecho, sibilancia, tos y falta de respiración.
El ozono que contiene el smog se forma cuando los contaminantes reaccionan al calor y la luz del sol, por eso es que predomina en los meses de primavera y verano, alcanzando sus niveles más altos entre el 1 de mayo y el 30 de septiembre, por las tardes.
A todos nos afecta vivir en un lugar con smog, pero son los niños los que más necesitan de nuestro cuidado y atención, no solo por su tamaño y sus pulmones en desarrollo, sino porque pasan más tiempo en exteriores jugando, haciendo deporte o actividades recreativas.
Durante este tiempo que pasan en el exterior, están –generalmente– activos, por lo que respiran a mayor velocidad de lo normal, dejando el acceso “libre” para los contaminantes hacia lo más sensible de sus pulmones.
Aegis, ¿el nuevo superhéroe?
Si no actuamos cuanto antes, los más afectados serán los niños, que, irónicamente, llevan nuestra huella hacia el futuro y las próximas generaciones.
De no ser así, tal vez tenemos que recurrir a un traje de superhéroe… es probable que la idea de convertirse en un ser enmascarado para resolver nuestros conflictos de la ciudad y el medio ambiente ya no sea propio de las tiras cómicas.
Un ejemplo (un poco drástico) es la “Aegis”, también llamada “superheroe jacket” (o “chamarra de superhéroe”), que es resistible al viento, agua y permite la respiración de quien la porta.
Este prototipo de vestimenta creado por Nieuwe Heren, una compañía de diseño holandesa, pretende ser la solución idónea para combatir la contaminación y los estragos que provoca en poblaciones vulnerables, como los niños.
Tim Smit, cofundador de Nieuwe Heren, dice que “Hace tiempo leí un artículo sobre contaminación en las grandes ciudades y el efecto en tu cuerpo (…) estábamos impactados por esto y sentimos que debimos de hacer una ‘declaración’”.
Y vaya declaración, la Aegis es impenetrable, con telas a base de partículas de cerámica, sensores electrónicos sobre la calidad del aire, filtro para contaminación y un respirador integrado.
Su nombre “Aegis” está inspirado en el escudo del gran Zeus, que tenía una superficie de oro y piel de serpiente.
De hecho, tiene mayor resistencia al calor y la abrasión que el cuero de una chamarra común y tiene dióxido de titanio en la cubierta. Esto la hace resistente a las bacterias, virus y moho.
El forro está hecho de Shoeller-PCM, un elemento textil cuyas microcápsulas ayudan a que se ajuste a la temperatura, dependiendo de la zona del usuario, lo cual incrementa la comodidad.
Sus sensores electrónicos de aire tienen la capacidad de detectar los contaminantes del aire como óxido de nitrógeno, amoníaco, alcohol, humo, dióxido de carbono y benceno.
Además, libera oxidantes en el aire cuando llega luz ultravioleta, destruyendo al contaminante en el aire al tocar la prenda. Es decir, el usuario que lleve esta chaqueta se convierte en un “filtro de aire” andante.
Contiene iluminación LED que indica cuando la persona que la lleve puesta acaba de entrar a un área contaminada, entre peor sea la calidad del aire, más focos LED se encienden y se activa el respirador.
Esta chaqueta con “superpoderes” sigue siendo un prototipo, pues la compañía holandesa se encuentra a la espera de un socio de inversión para poder elaborar su producción en masa.
Mentes maestras