El rostro de la vergüenza

“La historia del negro en Estados Unidos es la historia de Estados Unidos, no es una historia bonita”, dijo alguna vez James Baldwin, quien fuera librepensador de raza negra en la Unión Americana y quien se atrevió a denunciar la xenofobia atroz hacia los de su raza en el siglo 20.

Con este discurso y más testimoniales del escritor es como Raoul Peck construyó un documental que resulta escalofriante y es un memorial a los más de 400 años de sometimiento que han vivido los afroamericanos en el país del norte.

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Minutos dura este documental de Raoul Peck
Este testimonial audiovisual es narrado por el actor afroamericano Samuel L. Jackson

“La historia del negro en Estados Unidos es la historia de Estados Unidos, no es una historia bonita”, dijo alguna vez James Baldwin, quien fuera librepensador de raza negra en la Unión Americana y quien se atrevió a denunciar la xenofobia atroz hacia los de su raza en el siglo 20.

Con este discurso y más testimoniales del escritor es como Raoul Peck construyó un documental que resulta escalofriante y es un memorial a los más de 400 años de sometimiento que han vivido los afroamericanos en el país del norte.

“No soy tu negro” (2016), estrenado el año pasado en el Festival Internacional de Cine de Toronto, llegará a México el 24 de marzo con la gira de documentales Ambulante, dándole presencia en al menos 10 entidades del país.

La cinta toma el manuscrito sin terminar de Baldwin “Remember This House”, en el que narra a manera de crónica personal los años en los que conoció, convivió y le tocó dejar atrás a tres personalidades con las cuales era afín al tema del racismo: Martin Luther King Jr., Malcolm X y Medgar Evers.

Las letras inconclusas del ensayista fueron tomadas por Peck y puestas en la voz del actor Samuel L. Jackson, teniendo como resultado una película con dureza emocional y que recuerda esta vergüenza por la que han pasado los negros en Estados Unidos.

Símbolos comunes

El jazz está presente desde los primeros momentos de “No soy tu negro”, siendo un leitmotiv preciso al género creado por la gente de raza negra. Baldwin resalta que él cuando era niño apreciaba producciones en las que John Wayne era el héroe a cuadro, pero fue hasta que se hizo consciente que el vaquero atacaba a los de piel roja, que cuestionó la contrariedad de la sociedad estadounidense.

Este repaso de símbolos se remonta hasta la era de la esclavitud en la nación del Tío Sam, cuando afiches, anuncios en la televisión y producciones cinematográficas se encargaron de hacer menos a los negros y de segregarlos, evitando que pudieran aspirar a una vida digna como la de los blancos.

Peck también viaja al presente inmediato, al momento en que Barack Obama se convirtió en el primer presidente negro de Estados Unidos, en cuyo mandato se desató la manifestación en 2014 de Ferguson, Misuri, debido al asesinato del afroamericano Michael Brown (de 18 años).

Además, se recuerdan las muertes de menores de raza negra en tiempos modernos.

Historia de la infamia

La dirección narrativa de Peck es simple pero profunda al tomar el discurso de Baldwin para llevarlo a la pantalla. Solo bastan las palabras del crítico social para ser ilustradas con precisión utilizando pietaje histórico de transmisiones televisivas, fotografías de archivo o escenas de filmes que remarcan el abuso hacia los afroamericanos.

Sin una sola entrevista realizada en la era moderna, Raoul Peck edita los discursos de Baldwin para mostrar cómo se percibía el choque ideológico y religioso entre el doctor King Jr. que era cristiano y Malcolm X, que creía en el Islam. Aunque los separaba su fe, los unió el acuerdo de lograr una mejor vida para los negros.

Baldwin también recuerda el momento en el que conoció a Malcolm X y cuando Lorraine Hansberry conoció a Robert F. Kennedy, quien se negó en nombre de su hermano presidente a escoltarla a un día de clases en su universidad, para que así se sintiera el apoyo de la nación a la comunidad afroamericana.

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