Al sur de Estados Unidos, justo donde el calor húmedo arrecia por su cercanía con el Golfo de México, en el estado de Mississippi, la localidad de Chucalissa bien podría tener el mote de “Pueblo chico, infierno grande”, porque todos los cotilleos, negocios sucios y el dinero que mueve esta pequeña municipalidad suceden al interior de un establecimiento fuera de lo ordinario en P-Valley, serie televisiva de StarzPlay.
En el club nocturno The Pynk no solo hay strippers, ahí se mueve droga, se pactan los proyectos municipales y también hay cambio de identidades, porque cuando Hailey Colton (Elarica Johnson) llega a Chucalissa escapando de su pasado y sobreviviendo un atentado de homicidio, se transforma en Autumn Night.
Además, este cabaret es regenteado no por un padrote, ni una matrona, es el Tío Clifford, una persona no binaria, quien lleva las riendas del negocio y vela por las mujeres que se presentan cada noche ante hombres morbosos con dinero, porque pese a que el dueño del lugar sabe que las finanzas están en picada, les paga puntualmente. Él teme que su bailarina estelar Mercedes (Brandee Evans) se vaya pronto.
Todo esto ocurre en la primera temporada de P-Valley, serie televisiva basada en la obra de teatro Pussy Valley, de Katori Hall (quien también la creó y escribe sus episodios), que comenzó a transmitirse en 2020 en Estados Unidos. Cuando decidieron hacer una segunda temporada, al desarrollar la trama no quedó más que incorporar la realidad sanitaria.
“Cuando me llegó el guión y vi que el COVID-19 estaba involucrado, para mí no había otra manera de que pudiéramos continuar la historia sin hacerlo así, Katori escribe con honestidad y todo se siente real y en el momento”, describe Elarica Johnson, en videollamada con Reporte Índigo.
Al igual que ella, Brandee Evans comparte su experiencia sobre cómo fue desarrollar la segunda temporada de P-Valley con una temática pandémica, algo que se nota desde el inicio del primer capítulo, porque, como en el momento más álgido del confinamiento estaba restringido el acercamiento a otras personas, las bailarinas se reinventan, hacen espectáculos ahora como en una especie de autolavado, en donde los hombres manejan a través de un “túnel de placer” viendo a las mujeres desnudarse, con sana distancia.
“Sí fue difícil interpretar estos papeles auténticamente y la creatividad con la que Katori llegó fue increíble, porque esto es lo que estaba pasando en estos clubes nocturnos, ¿cómo demonios se puede seguir haciendo dinero? ¿Cómo puedes mantener tu negocio de este tipo a flote con una seguridad pandémica? Bueno, pues eso también es difícil”, agrega Evans.
P-Valley llega a México a través de StarzPlay, plataforma de streaming que ofrece contenidos de producción original. La primera temporada de la serie tuvo ocho episodios, mientras que la segunda serán 10; cabe resaltar que esta serie es dirigida completamente por realizadoras mujeres.
Logrando la equidad de género
Partiendo desde la concepción de que esta es una serie creada y desarrollada por una mujer, quien además incentivó a que hubieran personajes no binarios, bisexuales y mujeres que a cuadro son madres solteras o están luchando por una vida mejor, tanto Evans como Johnson consideran que P-Valley es una serie que sí está sumando en la industria audiovisual para lograr una equidad de género, tanto dentro como fuera de la pantalla.
“Katori ha dicho cada vez que la entrevistan que cuando hizo pruebas con directores no obtenía lo que ella quería, por eso trajo a directoras y encontró el tono de la serie, ella ha sido muy específica en continuar haciéndola con mujeres realizadoras y creo que así debería ser, mayor igualdad, porque todas estas directoras también son increíbles en su trabajo ¡Denos esa oportunidad, somos tan buenas como los hombres!”, recuerda Evans.
Johnson refrenda esto y subraya que la producción sea hecha por mujeres es prácticamente un planteamiento que Katori Hall quería dejar en claro, para ir cambiando el discurso al interior de la industria audiovisual en Estados Unidos, que día a día no solo lucha por equidad de género sino salarial.
“No vemos en ninguna otra parte que todos los episodios sean dirigidos por mujeres, eso no pasa. Para mí, el estar involucrada en esto es enorme, y el estar en esa conversación y que me pregunten ‘oye, pero ¿cómo es esa experiencia?’ Es increíble. Los tiempos están cambiando y moviéndose, y vemos que todos los puestos de producción están siendo ocupados por mujeres, espero que esto continúe a futuro”, insiste la intérprete de Autumn Night.
P-Valley: Más que sólo mujeres desnudas
P-Valley no escatima en mostrar cómo es The Pynk, tanto Johnson como Evans entrenaron para dominar el baile que cualquier stripper haría, incluso, hacen desnudos a cuadro, un tema que podría ser tabú para el público mexicano o que se pensaría que esta producción solo es para audiencias masculinas; ambas actrices expresan que hay que dejar los prejuicios atrás para ver la serie.
“Esta es una de esas series que sólo tienes que ver para educarte a ti misma, por eso es que está ahí afuera y tenemos esta plataforma para contar la historia, para mostrarle al mundo a estas mujeres que viven ahí, porque sí hay un tabú enorme en muchos lugares, y hay que tener esta conversación de los clubes nocturnos y strippers”, indica Johnson.
Además, Evans, quien interpreta a Mercedes, una madre que tuvo que dar en adopción a su hija y ahora que es adolescente la rechaza, explica que estos dramas tienen su parte de realidad, reflejan una sociedad invisible que sí existe en Estados Unidos y, seguramente, en otras partes del mundo.
“Es que vemos muchísimo, desde los derechos de la mujer y que haya oportunidades para ellas de tomar decisiones, eso lo vemos ahora mismo en el mundo. También hablamos de la comunidad LGBT+ y tomamos un paso adelante, porque mostramos lo que sucede cuando no respetas a alguien que se identifica como tal, esto abre la puerta a las conversaciones ¡Véanla y díganme lo que sienten!”, expresa la actriz.