Consumir altos niveles de mariguana o cannabis de alta potencia (como el skunk) daña la materia blanca del cerebro, causando que la comunicación entre el hemisferio derecho e izquierdo sea deficiente.
Al menos así lo demostraron los escáneres cerebrales de personas que fumaban mariguana de alta potencia con regularidad, quienes participaron en un estudio a cargo del Institute of Psychiatry del King’s College de Londres, publicado en la revista científica Psychological Medicine.
Los cambios en el cerebro no se presentaron en aquellos que fumaban mariguana de menor potencia o quienes nunca habían consumido cannabis.
No solo eso, una investigación realizada por un equipo de especialistas del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), demostró que el abuso del consumo de cannabis puede alterar el sistema nervioso, con síntomas similares a los de la esquizofrenia y la psicosis.
Quienes son más propensos a la psicosis –o esquizofrenia– a causa de fumar mariguana son las personas vulnerables a dichos desórdenes mentales o aquellas que no han alcanzado la maduración del sistema nervioso.
Y es que el abuso del cannabis y el compuesto que vuelve adictiva a esta sustancia –el tetrahidrocannabinol (THC)– aumenta considerablemente el peso de la inhibición sobre el sistema NMDAr, causando daños duraderos en el sistema nervioso.
De hecho, la causa principal de la esquizofrenia es la disfunción del NMDAr, lo que implica el aumento de los niveles de dopamina característico en los efectos de psicosis. El receptor NMDAr debe permanecer a medida para que pueda llevar a cabo sus funciones, las cuales están relacionadas a la memoria y el aprendizaje.
A su vez, un estudio publicado en la revista científica Proceedings of National Academy of Sciences (PNAS) dio a conocer que los jóvenes que fuman mariguana con frecuencia corren el riesgo de dañar permanentemente su capacidad intelectual cuando lleguen a la edad adulta.