DINKS: el estilo millennial
La generación del milenio ha adoptado la ideología acuñada en los ‘80, que cambió el matrimonio por la unión libre, la familia por concretar sueños en pareja y a la no planificación de los hijos por una conciencia en la que intervienen factores personales, económicos y sociales
Azaneth Cruz“Iniciamos una relación hace 17 años, cuando cursábamos la secundaria. Desde entonces Ricardo y yo nos dimos cuenta que teníamos una afinidad por muchas cosas, la música, los gustos, las ganas de viajar y otros sueños.
Casarnos nunca ha sido la prioridad y aunque tener una familia no es una presión, estamos conscientes del tiempo que podemos postergar la maternidad para que podamos realizarnos profesionalmente y tener una estabilidad para ofrecerle a un hijo”, platica Ivonne Aguilar, quien tiene 30 años.
El futuro de una pareja como Ivonne y Ricardo no lo definen los títulos, sino los sueños cumplidos al lado de otros.
“Creemos que las decisiones son fáciles si se está consciente y maduro de lo que uno quiere”, cuenta Ricardo.
Ivonne y Ricardo forman parte de una generación que retomó el estandarte de los ‘80 de manera no consciente, ellos al igual que muchos jóvenes de su edad han decidido postergar la llegada de los hijos para realizar sus sueños individuales, en pareja.
“DINK es un modelo de pareja que se retomó de hace más de tres décadas. En él se posterga la llegada de los hijos y se elige no tener una familia e incluso vivir en unión libre.
Por sus siglas en inglés, DINK significa ‘doble sueldo, sin hijos’, por lo que en la mayoría de los casos las dos personas involucradas en la relación trabajan para solventar gastos, crear un patrimonio, viajar y compartir experiencias”, dice Adriana Loyola Meléndez, psicoanalista de la Sociedad Psicoanalítica de México.
De acuerdo con Loyola y algunos estudios, este segmento de la población suele tener entre 28 y 37 años de edad, posee una carrera, tiene pasión por viajar y conocer, sueña con tener un patrimonio adecuado a la calidad de vida que desea llevar, continuar estudiando, consentirse, entre otras cosas más.
Aunque en ocasiones, los DINKS son juzgados por no apegarse a las creencias o reglas de la sociedad actual. Y son personas que que poseen un mayor grado de conciencia y madurez sobre lo que desean en la vida, por lo que no dejan nada sin planificación.
“Los DINKS son considerados personas narcisistas o egoístas, pero no es así. Para planificar una familia ellos consideran todos los factores que los rodean, como la parte económica y social”, explica Loyola.
Los viajeros
Monserrat y César llevan un noviazgo de cinco años, hasta hace poco comenzaron a vivir juntos y lo mejor como pareja está por comenzar.
“Nos conocimos hace cinco años. Entre las redes sociales y los amigos comenzamos a salir y de pronto ya éramos novios, después de esos años comenzamos a vivir juntos” cuenta César, de 32 años.
Los proyectos nacieron entonces, tener una casa propia, tener un auto nuevo, viajar, viajar y viajar compartiendo experiencias que contar era la más importante prioridad.
“A los dos nos gusta mucho viajar, por eso es que intentamos ahorrar”, dice Monserrat, de 28 años.
Los dos están conscientes de los sueños del otro: crecer profesionalmente, terminar la carrera, viajar juntos a todos los lugares que sea posible, entre otros.
Para ellos el tema de la planeación de una familia se basa en lo que cada uno desea, tomando con el mismo peso los sueños de los dos por igual.
“Yo no tengo problemas con la planeación familiar, como hombre son menos las cuestiones hablando de edad que pudieran afectar, pero si para ella es importante y llega el día que decida que tengamos un hijo, así será”, comenta César.
Aunque al igual que algunas parejas DINK, no suelen hacer la cuenta exacta de lo que gastan, sin embargo, entre semana intentan limitarse y cocinan en casa para poder ahorrar y escapar de la ciudad de vez en cuando.
Los profesionistas
Al igual que las parejas conformadas por Ivonne y Ricardo, Monserrat y César, Pablo García y Leonor Hernández son jóvenes que han decidido no casarse, viven juntos y, en su caso, no desean tener hijos.
“Leonor tiene 32 años, trabaja en un banco y está estudiando psicología. Yo soy diseñador, tengo 30 años y trabajo como freelance. Nuestra relación comenzó hace cinco años atrás y mientras platicábamos sobre nuestros sueños decidimos que queríamos estar juntos siempre”, cuenta Pablo García.
Su historia tiene una particularidad, sus caminos son distintos y mientras a uno le gusta la playa al otro le gusta el frío, se conocen diferentes, pero saben que lo que los atrajo fue a capacidad de soñar y llegar más allá.
A mi novio le gusta mucho viajar y a mí estar en casa, pero debo confesar que soy adicta a las compras.
Él cuida el dinero para que vayamos de viaje y yo para invertirlo en un patrimonio y uno que otro gusto personal”, dice Leonor.
Leonor y Pablo son originarios de Guadalajara, los dos han decidido que no desean hijos porque consideran que el reloj biológico cumplió su tiempo para ellos, pero no es un asunto que les cause conflicto, pues han decidido dedicarse a ellos y procurarse como pareja, en el caso de arrepentirse, saben que podrán darle una familia a un niño que no la tenga.
“Mi sueño es terminar de estudiar, porque fue algo que deje en el olvido cuando era muy joven por malas decisiones, después de eso, me gustaría mucho poder vivir en otro país con mi novio”, expone Leonor.
Por otra parte, se les ha considerado presas fáciles de la mercadotecnia, las nuevas viviendas, marcas, viajes y demás situaciones particulares.