Ya llegó la Semana Santa y, combinada con el calor de la primavera, los vacacionistas buscan platillos llenos de sabor que al mismo tiempo ayuden a refrescarse.
Para muchos, las vacaciones son sinónimo de playa, pero incluso aquellos que no salen de la ciudad, tienen la oportunidad de consumir alimentos extraídos del mar, como un filete empanizado, mojarra frita o un coctel de mariscos. Platillos sencillos de preparar, pero que no están en la mesa de los mexicanos todos los días.
Pero con el placer del buen comer, también viene el riesgo de padecer alguna enfermedad. Malestares que van desde indigestión por comer de más, hasta intoxicación o tener reacciones alérgicas por ingerir camarones y mariscos.
Son esas dos últimas algunas de las molestias más comunes entre aquellos que consumen productos del mar que no están frescos, que no se prepararon de forma correcta. Pero aunque los síntomas sean similares, es importante distinguir entre una intoxicación y una reacción alérgica, para poder actuar de la mejor manera y evitar riesgos más graves a la salud.
Náuseas, vómitos, diarreas, hinchazón de párpados o labios y aparición de ronchas tras consumir mariscos, son los síntomas que pueden indicar intoxicación o reacción alérgica, de acuerdo con el especialista Carlos Torres Lozano, jefe del Servicio de Inmunología Clínica y Alergia del Hospital de Especialidades del IMSS Jalisco.
En un comunicado, Torres Lozano explicó que, por un lado, un exceso de bacterias y otros microorganismos nocivos para el ser humano pueden acumularse en los mariscos por diversas causas, asociadas a una mala higiene durante su preparación y a un inadecuado proceso de conservación y refrigerado, lo que provoca una intoxicación.
Un paciente intoxicado puede presentar fiebre, dolor de cabeza, de estómago, debilidad muscular e incluso temblores o adormecimiento de labios durante las primeras 12 a 72 horas después de comer.
En estos casos, es necesario acudir al médico cuanto antes, debido a que algunas personas pueden llegar a presentar dificultad respiratoria.
En cambio, según explicó el especialista, las reacciones alérgicas son provocadas por la proteína del marisco, especialmente en quienes tienen susceptibilidad genética, es decir, que tienen a un familiar cercano también alérgico al alimento, como padre, madre, abuelos, tíos, etc.
Una vez que se presenta una alergia, “el paciente será alérgico siempre, lo recomendable es cancelar la ingesta de mariscos, a menos que la persona ingrese a un tratamiento hiposensibilizante a estas proteínas y ver si en un momento dado puede ingerirlas”.
Algunos síntomas de alergia pueden ser urticaria o picazón en la piel, dificultades para respirar, rostro, lengua, garganta y labios hinchados, dolor abdominal, mareo o desmayo.
En un casos más grave, como un choque anafiláctico, puede haber obstrucción de vías respiratorias, pulso acelerado, caída de la presión arterial y pérdida del conocimiento.
Carlos Torres Lozano destacó que, si bien es cierto que en algunos casos los síntomas de la intoxicación y la alergia pueden parecerse, un distintivo entre ellas es la fiebre, exclusiva de la intoxicación.
Cabe mencionar que, aunque sepamos distinguir entre ambos padecimientos, sólo un médico puede hacer el diagnóstico certero, además de brindar la atención y el tratamiento adecuado, y el problema nunca debe tratar de resolverse en casa.
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