Al igual que un poderoso tsunami que arrasa con todo en un abrir y cerrar de ojos, así se vivió el inicio de la crisis inmobiliaria que sacudió al mundo en agosto de 2007, un fenómeno de tal magnitud que sólo la pantalla grande fue capaz de colocarlo en su justa dimensión.
Hace exactamente diez años estalló la crisis de las hipotecas subprime o hipotecas basura, conocidas así porque fueron concedidas a gente con baja capacidad de pago a altos tipos de interés, las cuales al dejar de ser pagadas provocaron un efecto domino en la economía mundial.
Hollywood, quien por naturaleza ve en cada tragedia una oportunidad, no tardó en filmar las historias detrás de la crisis más grande que ha tenido Estados Unidos después del Crac del 29, el cine se convirtió en el medio perfecto para explicar la caída de los gigantes financieros.
Relacionado: La debacle ¿por venir?
La crisis presentó su rostro más duro en 2008, tal y como lo muestra Margin Call (El precio de la codicia), una cinta que presenta los pocos escrúpulos de los ejecutivos de Wall Street, quienes descubren por medio de una investigación que la parte más fuerte de la crisis está por venir.
La cinta enseña como los ejecutivos, que detectaron la falla justo a tiempo, intentan vender las acciones que se han contaminado con la baja garantía de las hipotecas basura, pese a que esto traerá serios problemas para la gente y otras compañías financieras.
Sin embargo, la película que mejor recrea los momentos clave de la gran crisis es The Big Short (La gran apuesta), en la cual Ryan Gosling interpreta a un comerciante bursátil que advierte sobre las burbuja en que vivía la economía estadounidense, por lo que hay que apostar contra ella.
La cinta es perfecta no sólo por la historia y las actuaciones de un gran elenco, también lo es por los ejemplos claros, prácticos e incluso sensuales de qué son y cómo funcionan las hipotecas subprime, la obligación colaterizada por deuda (CDO), así como los bonos BBB y AAA.
Hollywood intentó abordar las crisis con cintas que tuvieron menor éxito como la segunda parte de la película de Oliver Stone, Wall Street. A Gordon Gekko. Sin embargo, fue el género documental otro de los que sacó mayor jugo de la crisis mobiliaria.
Con la voz de Matt Damon, el documental Inside Job (Trabajo Sucio) muestra la sistemática corrupción en los Estados Unidos en los terrenos de la industria de los servicios financieros y como estos provocaron a través de una larga y oscura cadena la gran crisis.
Al igual que Inside Job, el documental Where to invade Next (¿Qué invadimos ahora? de Michael Moore, aborda la forma en que la crisis barrió con la economía de Islandia, se trata de una crítica de como los islandeses encarcelaron a los banqueros involucrados, mientras que Estados Unidos decidió rescatarlos de la quiebra.
Islandia fue uno de los primeros países en declararse en bancarrota estatal, sólo unas semanas después que reventó la burbuja, sin embargo, alcanzo su punto más alto con la quiebra del gigante financiero, Lehman Brothers, en octubre de 2008 en los Estados Unidos.