Dietas (no) milagrosas

Tras años de rezago y de llevar una mala alimentación no pueden hacer que una persona obtenga su peso ideal de la noche a la mañana. Pero lograrlo puede ser posible si se cambia de hábitos y se modifica el estilo de vida.

Actualmente, Internet hace más fácil que los individuos caigan en “dietas milagrosas” que prometen disminuir considerablemente el peso y la talla de quienes se someten a esos regímenes en cuestión de días, trayendo consigo consecuencias delicadas para la salud que van más allá del simple rebote.

Dukan, Scardale, Atkins, Montignac, Detox y otros tipos de dietas populares en la Red forman parte de las promesas que ofrecen a jóvenes y adultos a eliminar peso en cuestión de poco tiempo, sin embargo, especialistas en nutrición difieren de su efectividad.

“Justo ahora que vamos iniciando el año, muchas personas se van por las dietas milagro, sin embargo, quienes entran a estos regímenes no se dan cuenta que lo que pierden son electrolitos líquidos, proteínas corporales, glucosa, músculo, pero no grasa”, explica Daniela García, nutrióloga de la clínica multifuncional experta en obesidad Balianz del Dr. Fernando Pérez Galaz.

Conocidas como “dietas milagro”, están consideradas por expertos en nutrición como prácticas insanas de alimentación, las cuales van más allá del aumento desmedido de peso provocando padecimientos hepáticos, dermatológicos y cardiovasculares.

“Las personas se quedan con que el rebote es el efecto más negativo que puede tener una dieta de este tipo en el peor de los casos, pero no es así.

Al haber carencias alimenticias, surgen alteraciones en el metabolismo, la piel, las funciones hepáticas, alteraciones cardiovasculares, resistencia a la insulina, altos niveles de triglicéridos y colesterol, entre otras repercusiones a la salud”, comenta.

Dolor de cabeza, mareos e incluso la posibilidad de tener diabetes son otras de las consecuencias que trae consigo la desinformación alimenticia al momento de comenzar una nueva dieta.

“Si tú le limitas al cuerpo alguno de los grupos alimenticios en cada comida, le generas  un estrés metabólico, por lo que el secreto de mantener el peso es tener una alimentación sana o balanceada, incluyendo siempre todos los grupos alimenticios, añadir una rutina de ejercicio de por lo menos 30 minutos al día y beber la cantidad adecuada de agua”, explica Daniela García.

Cambio de  hábitos

A lago de los años, las dietas milagro han sido utilizadas como métodos rápidos para perder peso, pero no existe evidencia que avale los resultados plenos de los métodos.

Como ejemplo tenemos a la dieta Atkins, un régimen que consiste en reducir al máximo los cereales, frutas, leche, leguminosas y azúcares, mientras se consumen sin restricción proteínas como la carne de res, pescado, pollo cerdo, huevo, quesos y otras grasas.

De acuerdo con los especialistas en nutrición, esta dieta logra que el cuerpo se deshidrate y concentra una mayor cantidad de colesterol en la sangre, provocando problemas al corazón y pérdida muscular.

Detox, por otra parte, es una dieta que consiste en una alimentación basada en jugo, infusiones, frutas y verduras crudas que tienen la función de desintoxicar el cuerpo con el objetivo principal de perder peso y limpiar el organismo de toxinas dañinas, en tiempo récord.

Su popularidad, derivada de ser una práctica común entre celebridades, ha hecho que las personas tomen la dieta como una de las principales alternativas para perder peso de forma rápida, sin tener una verdadera base científica que respalde qué toxinas son eliminadas y porqué es importante desecharlas.

“La dieta Detox es ahora un ‘boom’ porque la gente cree que es importante desintoxicar el cuerpo después de una alimentación no adecuada”, cuenta García.

Con la dieta Dunkan la idea de perder peso es que el organismo obtenga la energía que necesita a partir de sus reservas de grasa.

Dividida en cuatro etapas, Dunkan consiste en un periodo de alimentación de tres a 10 días a base de proteínas, en el cuál nutriólogos afirman que puede presentarse casos de estreñimiento. Posterior a la ingesta de proteínas se introducen vegetales, luego los azúcares y después se dedica un día a la ingesta de proteínas para seguir el resto de la semana una dieta equilibrada.

Pero estudios nutricionales indican que la mayoría de las personas que la han realizado recuperan todo el peso que han perdido tiempo después de haberla finalizado.

“En su momento esta dieta puede funcionar, pero en tres días el cuerpo lo reconoce y entonces cuando finaliza las personas van a tener un efecto rebote”, comenta.