Hace tiempo que Silvestre no encuentra su lugar en el mundo. Navega a contracorriente en una sociedad manipulada por la simulación, la corrección política, las falsas preocupaciones sociales y hasta geopolíticas.
De eso va el monólogo “Los vuelos solitarios”, una comedia, que a través del humor negro, habla sobre los amores imposibles.
“Silvestre es una mujer que está encontrando su lugar en el mundo, que se siente totalmente desplazada por la sociedad actual y que hace una crítica abiertamente a la simulación política, a quedarnos en el discurso, a no accionar lo que decimos; es una chica que no tiene la capacidad de mentir”, explica Esmeralda Pimentel, actriz que interpreta a Silvestre.
Esta mujer tiene una manera muy “torpe e irreverente” para expresar sus emociones, su papá la describe como un costal de papas. Ante la muerte de su papá, Silvestre se ve obligada a emprender un viaje junto con su hermana, en donde irá descubriendo un montón de secretos de su pasado, de la vida de su padre y de su madre, y se da cuenta que está cargando con todas estas historias.
Esta mujer se da cuenta que la historia que se ha contado hasta la fecha la quiere cambiar, quiere apropiarse de ella, aventarse en su propio mundo, en sus propias creencias; así es cómo se empieza a desencadenar toda esta aventura.
Esmeralda Pimentel comenta que le dio todo de sí a su personaje, por ella se cortó el pelo, le dio todos sus miedos, su rigor, disciplina y amor por el teatro. En este monólogo, que dirige Adrián Vázquez, la actriz interpreta a ocho personajes.
“Le di todo de mí, si bien es cierto que también tengo elementos que me apoyan como la iluminación, la música, y una escenografía, fue prestarle no solo a Silvestre, sino a cada uno una parte de mí; además me permitió reconocerme y conocer esas partes de mí a partir de los personajes”, cuenta Esmeralda.
Como Silvestre es una bióloga que se especializó en abejas, la escenografía que propone Adrián es un panal, si se ve desde arriba, es como si pareciera un enjambre de abejas, pero es una escenografía pequeña.
El director, como lo hace en todas sus obras, le gusta poner al actor en crudo, que no tenga ningún elemento que pueda obstruir su imagen, sino que sea este quien apoye a generar la imaginación, la historia.
En esta comedia de humor negro, ácida e irreverente, también pasan momentos sumamente conmovedores y entrañables, como cuando Silvestre después de 25 años, ella tiene 30, se atreve a decirle por primera vez a su mejor amigo que está completamente enamorada de él.
“Es un momento de absoluta vulnerabilidad, de franqueza, es un momento de la obra que a mí me conmueve mucho y me emociona. Creo que todos nos podemos identificar con esa parte en la que te atreves a decir abiertamente quién eres, creo que al expresar lo que sentimos es también atrevernos a mostrarnos tal y cual somos”, expresa Pimentel.
Para la actriz, este monólogo que se transmite hoy y mañana por la plataforma Teatrix, es una obra para las personas que no le tengan miedo a ser confrontados con sus verdades más profundas, que se atreven a reírse de sí mismos y a apropiarse de su propia historia.