¿Diabetes y depresión? Vence a las dos enfermedades
La educadora en diabetes Jacqueline Alcántara comparte algunas recomendaciones para que los pacientes puedan enfrentar ambas afecciones y disfrutar una vida de calidad
José Pablo EspíndolaLa diabetes y la depresión tienen una relación muy estrecha, ya que si se vive con la primera, ya sea tipo 1 o tipo 2, se tiene un mayor riesgo de desarrollar la segunda; sin embargo, si esta situación es controlada de manera eficaz, se puede lograr un efecto directo y positivo entre ambas.
“Es muy importante el apoyo emocional en torno al paciente con diabetes, la educación en el tema y el acompañamiento que se pueda tener hacia ellos para obtener mejores resultados en su bienestar”, explica Jacqueline Alcántara, educadora en diabetes de BD Ultra-Fine.
La especialista comenta que es de vital importancia estar muy atentos a posibles signos y síntomas de depresión, desde expresiones físicas como dolor de espalda o cabeza sin motivo aparente, hasta pérdida de interés en actividades cotidianas o sentimientos de desesperanza o tristeza.
“La peligrosidad de la depresión radica en que aún es un tema muy mitificado, como lo es la salud mental en general. A pesar del gran impacto que tiene en la vida de quien la padece, se retrasa mucho la búsqueda de ayuda, no se acude a un tratamiento ni se lleva a cabo en su totalidad o simplemente no se obtiene una asistencia adecuada a sus necesidades, lo que suma un gran reto para las personas que viven con diabetes, que, además, luchan día a día por tener en control esta parte de su salud”, señala Alcántara.
Si bien la diabetes es una enfermedad crónica-degenerativa, si se mantienen los niveles glucémicos bajo control, los pacientes pueden tener una excelente calidad de vida. Para ello, la educadora Alcántara reitera los tres pilares fundamentales del cuidado de la diabetes: alimentación balanceada, ejercicio y tratamiento farmacológico.
“La buena noticia es que ambas afecciones se pueden tratar a la par y el mejoramiento de una situación va a significar mejoría en la otra, empezando por la alimentación y el ejercicio que va a impactar positivamente en ambos casos. El tratamiento farmacológico que requiera cada uno debe ir siempre de la mano del médico y profesional de la salud mental”, finaliza.