La vida es un viaje que lleva por distintas rutas, anécdotas y personas; asimismo, en algún punto, también invita a reflexionar sobre la existencia y el propósito de cada uno en el Universo. En la obra DHL, estas interrogantes se ponen sobre la mesa proponiendo un relato donde el pasado de Félix, mensajero y protagonista del montaje, así como sus acciones en el presente, se confrontan, invitando a replantear la importancia de superar nuevos retos y dejar atrás el miedo que surge al pensar salir de una zona de “equilibrio”.
“En esta obra tratamos este tema desde la parte divertida, cómica y, otras veces, algo trágica, esto hace que la gente conecte, porque no es algo serio ni siquiera aleccionador, o decir ‘estás haciendo mal por estar en tu zona de confort’, simplemente vemos a este tipo que se llama Félix que, sin darse cuenta, se ha encerrado en sí mismo, pero no es que sea malo”, recalca el actor Luis Eduardo Yee.
Tras siete años de estar montando esta pieza, Luis asegura que siempre se aprende algo nuevo, pues no importa cuánto tiempo transcurra, el significado cambia y se van encontrando otros sentidos y discursos, los cuales tienen potencia y se van nutriendo con la experiencia de las temporadas.
Para que DHL se trasladara a las plataformas digitales, tuvo que restructurase toda la obra desde su montaje, así como implementar varias cámaras y el uso de las bondades de los medios audiovisuales. Además, explica Yee, el sentido de la obra tomará fuerza en estos tiempos de confinamiento.
“Siento que somos suertudos de poder hacer esta obra en este contexto de pandemia, porque lo que ha originado en mucha gente, de forma literal y metafórica, es a cerrarse en sí mismo, en su casa, las ideas y en cómo dentro del mismo encierro, te puedes perder en tu propia habitación. Hay un proverbio chino que dice: ‘la zona más oscura está siempre debajo de la lámpara”, siento que, no por sentir que estás a salvo lo estás verdaderamente”, comparte.
Para el actor, lo que más le ha nutrido de este montaje son las múltiples reflexiones de los espectadores, algo que espera suceda ahora vía streaming, pues la principal virtud del texto y de su realización es que comunica desde la risa, un espacio amable en el que se puede ver que alguien comete, quizá, los mismos errores del protagonista.
Al tratarse de un monólogo, el actor se enfrenta al diálogo consigo mismo y a retos actorales que le permiten una constante meditación sobre sus capacidades, logros y cosas en las que le gustaría seguir aprendiendo.
“Al estar solo en escena existe un riesgo infinito y un miedo muy grande a que si la riego o me equivoco, no hay nadie para salvarme, a estar al filito de caer al abismo. Llevarla a nuevos escenarios y geografías, me ha traído como beneficio el constante cuestionamiento de lo que hago, de decir sí basta para esta nueva temporada y el remontaje”, relata.
Durante todo su confinamiento, Lee se llegó a cuestionar si el cine o el teatro servirían de algo, en términos productivos, concluye que no, pero sí es algo muy necesario para la humanidad, pues al momento de contar historias, entretiene, promueve el debate, expone ideas y conmueve, beneficios y capacidades que no da un bien material.
“Cuando todo esto termine, el teatro ahí seguirá y yo quiero estar muy fuerte para él. Y ahora que se empieza a reactivar, me da esperanza pensar eso, mantenerme sano, hacer ejercicio y estar muy fuerte para ese momento. Mi deseo de actuar, por fortuna, se fortalece, crece y, venga, apenas me digan que el mundo ya se reactivó, yo voy por todo”, finaliza Luis Eduardo Yee.
DHL En conexión
IG: @luiseduardoyee
TW: @Luis_EduardoYee