“El racismo es una enfermedad del espíritu, del cuerpo, el alma y la mente…”, cantaba ya Desorden Público en 1997 en una Venezuela en donde el presidente era un jurista, académico e ideólogo de la llamada democracia cristiana llamado Rafael Caldera, aquel que dejó libre a un entonces insurrecto Hugo Chávez.
En aquel año, Bill Clinton, presidente de Estados Unidos, declaraba, después de su visita a ese país que “todo estaba chévere en Venezuela”.
Veintiún años después el Desorden Público sigue bailando y cantando, sólo que ahora lo hace sobre las ruinas, viviendo en un mundo polarizado en donde las fronteras parecen querer volver a hacerse presentes de una manera férrea y los muros se alzan calladamente.
En comparación con aquel año en el que su disco “Plomo Revienta” vio la luz y en donde además de “El racismo es una enfermedad” la canción “Allá cayó” se elevaba drásticamente en los hits de popularidad, hoy es casi imposible que el mandatario estadounidense en turno visite la nación sudamericana gobernada por Nicolás Maduro.
Sin embargo, el Desorden sigue cantando contra el racismo, a favor de la tolerancia y la inclusión y prueba de ello es su más reciente sencillo “Ska, mundo ska” (2016), cuyo video y “versión mariachi” presentaron dos de sus músicos en México, en exclusiva, y en entrevista, en Reporte Índigo.
“El video que sale hoy es de una canción que grabamos con Tokyo Ska Paradise Orchestra, por eso Horacio (vocalista) está en Japón en este momento, haciendo este lanzamiento, en paralelo, en un concierto vivo. Además, hicimos otra versión mariachi con Big Javi (vocalista de Inspector) para el público mexicano, un arreglo genial de Enzo Villaparedes, venezolano que toca con Panteón Rococó”, contó Héctor Hernández quien es el saxofonista de la legendaria banda.
Magú, quien es el guitarrista del grupo, con el cual “gira” desde el 2003, aseveró que México es su segunda casa y por ese motivo realizaron dicha versión de la canción que mayor éxito tiene entre sus seguidores debido, quizá, al coro que es fácil de aprender pero que guarda un significado particular: el no racismo y la hermandad, bandera del ska a nivel mundial: “ska, mundo ska, mundo ska…”
Es el mismo significado de la canción el que le da entrada a los participantes del recién estrenado de video: Neville Staples, de The Specials, los integrantes de Bad Manners, Hepcat, Maldita Vecindad, entre otros.
Entrando en materia y platicando sobre el género musical que tocan, el cual mezclan con otros ritmos latinos como el reggae, Héctor y Magú coinciden en que hay un “revival” del ska en el mundo y que México es el epicentro de este nuevo boom, mismo que se observa “en los festivales y bandas de todo el orbe que visitan el país”.
“Mundo ska es un tributo, es nuestra manera de dar las gracias al público y denotar la importancia de México para la música y su influencia. La ranchera se escucha en todas partes del mundo. Yo recuerdo que cuando mi padre se echaba sus tragos no faltaban las rancheras; en Venezuela la cultura mexicana es muy fuerte: el cine, las novelas, la música”, abundó Magú.
Venezuela es la casa del Desorden Público; del país se escucha en los medios sólo el desorden político y social que se ha generado a últimas fechas y no de la música. Pese a todo Héctor y Magú no reniegan de su patria, de aquella en la que ya no pueden vivir debido a sus constantes giras.
“Es algo natural hacer tu casa en los países en los que giras, si pasas un mes en Chile ya es tu casa; un tiempo estamos en Venezuela, en México, siempre estamos regados, así vivimos la música y esto nos ha dejado grandes enseñanzas, hay retroalimentación, en cada lado también dejamos algo”, confesó Héctor.
Por su parte Magú admitió que el viajar tanto, el ser ciudadanos del mundo, tiene sus sacrificios: “quieres estar en tu casa… Con el tiempo estás sólo en los hoteles, carreteras, hay un momento en que necesitas una pausa, asimilar. Cuando viajas el tiempo es relativo, no asimilas mucho en dónde estás, vives rápidamente pero para los que amamos la música al final no importa y nos entregamos con todo”.
Hablando de los viajes y el periplo de muchos venezolanos, los cuales han tenido que emigrar del país, Desorden Público entona: “Los que se quedan, los que se van… algún día volverán”, canción que no sólo representa a su pueblo sino a todos aquellos que deciden viajar a tierras lejanas con la promesa de regresar algún día.
“La primera vez que la tocamos fue horrible, se nos quebró la voz; fue compuesta en un contexto venezolano pero es la realidad mundial, de los migrantes que se van por situaciones diversas, sociales, de guerra, de carencias”, especificó Magú.
¿Cómo es hacer un concierto en Venezuela actualmente?
DIFÍCIL, es la palabra que engloba la organización de un show musical en el país sudamericano y la causa principal, aseguran los músicos, es el tema económico.
“Hay personajes increíbles en Venezuela que con todo están logrando hacer cosas y siempre se les aplaude y se les tiende la mano, si se tiene que apoyar en algo se hace. Desorden tocó recientemente en Caracas”, comentó Héctor.
El pasaporte, otro de los temas polémicos y políticos en Venezuela, es la herramienta básica para que los músicos de aquellos lares puedan realizar su trabajo y ellos se han enfrentado a problemas para tramitarlo, aunque ahora esta en boga una campaña masiva en redes sociales que busca aportar para aligerar el trámite.
“Debería ser un trámite normal, es lo correcto, no tendríamos que pasar por mayores problemas pero dada la situación uno a veces tiene que ponerse piel de cocodrilo y hacer música y unificar”, confesó Magú.
De 1985 a 2018 la música se ha transformado y ahora está en el aire…
Bailando sobre las ruinas, el disco, se vende en formato vinil, pero también se encuentra en todas las plataformas digitales, lo que lo hace de fácil acceso a las nuevas generaciones; sin embargo, los músicos califican este transitar, de lo físico a lo streaming, como una verdadera “locura”.
“Yo creo que vamos a seguir sacando los discos físicos para esos melómanos que les gusta el objeto; incluso sacamos un cassette que contiene el single ‘A mí me gusta el Desorden’. Tiene su parte maravillosa el tener un acetato, sacarlo, escuchar la aguja; a mi me gustaría tener más viniles pero la dinámica de vida que llevamos es difícil, cuando viajamos escuchamos música en el celular, así de sencillo”, contó Magú.
“Una de las cosas que se pierde en lo digital son los créditos, la gente que está involucrada con los artistas, desde diseñadores, productores, ingenieros de audio, hasta invitados. Un disco no es solamente una banda, conlleva muchas ramas de la industria creativa. Estas plataformas digitales deben colocar los créditos de los artistas y trabajadores que están alrededor de una creación”, pugnó Héctor.
De remembranzas
Héctor lleva cinco años inflando los pulmones para sacarle el sonido al saxofón, mientras que Magú está en la agrupación desde el 2013 y rememora su primer concierto con Desorden Público el cual, precisamente, fue en México.
“Fue en el extinto Toreo Cuatro Caminos, en un festival que se llamó ‘Sudamérica Estalla’, en donde tocó Resorte, Panda, cantidad de bandas. Durante esa primer visita hice muy buenos amigos que se convirtieron en parte de mi familia escogida, por eso ese amor con México, no es causalidad”, aseveró.
“El concierto se dividía en dos tarimas, una de la cual estaba afuera y era de rock pesado; en la otra estábamos las bandas de ska pero por lluvia todo se pasó al escenario de adentro y los públicos se conjuntaron. Ahí fue mi bautizo pues tocando me lanzaron un proyectil (un envase de agua) que me dio en el estómago… la banda sólo gritó: ¡bienvenido cabrón!”
¿Por qué hay que escuchar al Desorden Público?
“Hay que escuchar las raíces latinoamericanas dentro del ska y todo lo que ha generado la banda desde hace 33 años”, pidió Héctor, mientras que Magú destacó que es importante “voltear a ver qué han hecho nuestros antecesores, gente que ha estado en la industria, en la música, escribiendo, componiendo, sumando al arte para saber qué tenemos hacia dónde vamos; eso debe ser con toda la música y con todas las artes. Desorden es una referencia musical mundial obligada y más para Latinoamérica pues hablamos el mismo idioma y tenemos los mismos problemas y hasta placeres.”
¿Hacia dónde va el Desorden?
“No va a ver una parada próxima, somos personas entregadas a nuestro arte. Nosotros nos unificamos (Héctor y Magú) a la propuesta de personajes que llevan toda su vida en la música y eso es admirable y es a lo que hay que hacer referencia siempre, al aguante y la resistencia”, aseveró Héctor.
“Hemos pasado por momentos álgidos, momentos tristes, pérdidas, fracasos, triunfos; todo eso nos ha moldeado, hemos sorteado momentos difíciles y aquí estamos estrenando un video con un demente en Japón, otros dementes en Caracas y nosotros acá, el hecho habla por sí solo, es una banda que siempre va para adelante”, finalizó diciendo Magú.