Desenrrollan su Hilo Rojo en escena

Los actores Majo Pérez y Jhovardy Vences comparten detalles sobre su participación en una nueva puesta en escena que habla sobre los amores destinados y cómo la gente no puede escapar de su suerte
José Pablo Espíndola José Pablo Espíndola Publicado el
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Hace mucho tiempo existió un joven emperador que se enteró que en una de las provincias de su reino vivía una bruja muy poderosa, la cual tenía la capacidad de poder ver el hilo rojo del destino, así que ordenó que la trajeran ante él.

Cuando la bruja llegó, el emperador le ordenó que buscara el otro extremo de su hilo rojo que estaba atado a él y que lo llevara con quien sería su futura esposa. La bruja accedió a tal petición y así comenzó a seguir y seguir y seguir el hilo rojo.

Según la tradición japonesa, esta leyenda tiene que ver con la comprensión del destino y el papel que juega el amor en este hilo. Muestra claramente como los amores destinados son eso, y como la gente no puede escapar de la persona que nació para amar.

La leyenda comenzó una vez que se descubrió que la arteria ulnar conecta al corazón con el dedo meñique, por lo que se comenzó a decir que los hilos rojos del destino unen a los meñiques con los corazones.

Demostrando esa conexión entre las personas, es que la obra de teatro Nuestro hilo rojo escenifica la historia de dos almas gemelas que descubrirán, a través de los recuerdos de sus vidas, el hilo invisible que los une más allá del tiempo y de las circunstancias en la que la vida los ha colocado.

El montaje expone la vida de dos seres que logran a través de sus vivencias ese vínculo que imperceptiblemente es irrompible o tal vez como roca, que con el paso del tiempo, se deshará para habitar como polvo cósmico el Universo.

“Es una historia que no sólo es cursi como tal, sino que te hace recordar muchos momentos y te lleva a esa inocencia que teníamos cuando jugábamos a que estábamos en una nave espacial, la imaginación volaba; recordar esa inocencia, lo que es importante, porque, a veces, nos olvidamos de eso y somos superficiales”, asegura la actriz Majo Pérez, quien interpreta a ‘ella’.

Los personajes de la historia no tienen nombre, son ‘ella’ y ‘el’, porque la intención es mostrar que esta historia le puede pasar a cualquier persona, no necesariamente como a ellos, que se conocen desde niños, sino que puede suceder en cualquier momento de la vida, “pero según la leyenda, siempre lo conocerás, aunque ya estés viejito”.

Jhovardy Vences, quien interpreta a ‘él’, asegura que en cuanto leyó el texto se dio cuenta que tenía “mucha vida”, muchas cosas para compartir y conectar con el público, porque es una historia amorosa y divertida.

“No trates de moverte pensando en que sólo hay una persona, porque te vas a cerrar a las posibilidades de estar con alguien más, creo que todas las personas vienen a enseñarte algo y que de pronto encuentras con la que dices ‘ah, esto se siente bien’ y todo fluye, al final eso es lo que buscamos, alguien con quien ser”, opina el actor.

Nuestro hilo rojo tiene funciones todos los sábados, a las 21:00 horas, en la Sala B, de La Teatrería, hasta el 07 de marzo.

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Nuestro hilo rojo: Una historia de recuerdos

La escenografía del montaje está hecha a base de cajas, las cuales ayudan a representar un momento en el presente en el que ‘ella’ se está mudando, guardando sus cosas para irse, pero dentro de las cajas están los recuerdos que comienzan a salir.

“Juntos con las burbujas, con los peinados, con las risas y con el patito de hule. La temperatura siempre era perfecta, agua calientita, él se hizo un peinado con las burbujas y yo me hice una barba, metí la cara al agua para enjuagarme, la levanté y ahí estaban sus ojos, grandes, brillosos, rojos de tanto jabón”, dice ‘ella’, sobre el escenario, al recordar cuando eran niños.

Las burbujas, los ojos rojos, el reflejo y la temperatura. El olor a nuez, el sabor del vino, marearse, pero seguir caminando. La noche, no poder respirar, el cansancio de bailar, el sudor, lo salado de las lágrimas, las risas, el dolor de panza por la risa, dudar, lo prohibido, lo que no debe ser, pero es, así es como se va desenvolviendo el hilo rojo de esta historia que muestra varias etapas de los personajes.

Pero en esta historia de amor también se cuentan las despedidas, las tristezas y las partidas. Cómo la vida los golpea y estira su hilo rojo con tal fuerza que pareciera que está probando su resistencia.

“Un día le abres la puerta a un niño flaco, todo jorobado, con una manzana de Adán enorme y después abres y es un hombre, entonces, ya, acepto que no es sólo mi vecino, este chavo me gusta”, confiesa ‘ella’.

El día que ‘él’ se enteró fue a su casa a verla, se acercó temeroso a la puerta preguntándose cómo le iba a decir, porque le daba pena.

“¡Qué estúpido, cómo no me di cuenta! Puse mi dedo tembloroso sobre el timbre, un timbre que alguna vez fue blanco y nunca me había costado tanto trabajo tocarlo como ese día, más bien siempre lo había tocado sin ningún problema”, comenta ‘él’,

“Me gusta mucho pensar en esta onda del destino y que estamos conectados con alguien más. A veces se puede confundir con que todos tenemos que tener pareja y no, pero me gusta pensar que sí tenemos esa otra alma gemela que nos está buscando en este mundo y es bonito pensar en eso”, comparte la actriz.

¡Es de ellos!

Los actores comparten qué actitudes de sus personajes son tan de ellos:

Majo Pérez

“Ceo que ella como que cree en estos besos de película, siento mucho que es algo mío, Majo es muy así, me gusta jugar mucho, me gusta meterle esa onda, creo que bromista seria la palabra”

Jhovardy Vences

“Él es medio teto, tiene ciertos juegos o ciertas cosas que sí son muy mías, respecto a lo bobo y a lo simple y a partir de ahí juega y entonces encuentra cosas muy padres. También siento que es una persona que le gusta compartir con alguien, en este caso es con ella, quien es su mejor amiga desde la infancia”

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