Cuando en 1991 George R. R. Martin comenzó a bosquejar la idea de un libro de literatura fantástica, nadie imaginó que 20 años después su creación naciente, llegaría a las pantallas de la televisión y se convertiría en una serie sin precedentes.
Canción de hielo y fuego comenzó con Juego de tronos, siendo publicado en 1996, dos años después llegaría su continuación Choque de reyes y en el año 2000, Tormenta de espadas se desplegaría en los anaqueles de librerías estadounidenses.
Lo que comenzó siendo como una trilogía para Martin, pronto se convertiría en una saga literaria, y su furor inició su acenso cuando los libros de J. R. R. Tolkien fueron llevados al cine por Peter Jackson en 2001.
Fue en 2002, cuando los derechos de estos libros fueron adquiridos en español, por Gigamesh, casa editorial que apuesta por la ciencia ficción y fantasía, su arriesgue fue acertado, ya que en poco menos de una década, llegaría la serie producida por HBO.
“Alejo Cuervo, que es el editor de Gigamesh, que compró los derechos de Juego de tronos de Martin, cuando lo hizo, el escritor no era tan famoso, era muy reputado y este editor, era librero, tenía una librería, pero le gustaba muchísimo Martin y cuando en Estados Unidos salió el segundo, Choque de reyes, es cuando él se decidió y arriesgó y compró los derechos del autor, que para una editorial que era tan pequeñita como la suya, era un riesgo grande, pero apostó por esto”, recuerda Adela Ibáñez, quien fue correctora de estilo para Juego de tronos y el resto de los cinco libros publicados hasta la fecha por la mencionada editorial en España y por Penguin Random House en Latinoamérica.
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Ibáñez colaboró de cerca con la coordinación de Natalia Cervera, quien organizaba a los lingüistas para hacer estos trabajos de traducción, en un inicio tardó el proceso de llevar el primer libro de Canción de hielo y fuego al español, ya que apenas despuntaba el gusto por estas novelas de fantasía.
“Yo estuve de correctora de estilo, la traductora principal era Cristina Macia, entonces a mí me contrató Alejo y ella ya trabajaba para él, entonces yo le daba homogeneidad a la obra, yo leía el inglés y hacía que el castellano, la traducción que había, la corregía para que tuviera el mismo ritmo que en inglés”, platica para Reporte Indigo la mujer desde Valencia, España.
Durante los primeros tres libros Ibáñez de dedicó de lleno a hacer estas correcciones, ejemplifica que este tipo de detalles, se cuidaban con minuciosidad, como cuando Tyrion y Sansa se conocen por primera vez, se hablaban de usted, y esto fue cambiando, conforme hubo mayor familiaridad en los personajes.
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Para Fuego y Sangre el proceso fue distinto, Penguin Random House adquirió directamente los derechos y Cervera invitó a que la valenciana hiciese la traducción del inglés al español de este volumen del año pasado.
“Natalia me llamó a mí y a una serie de personas más, que ya habíamos trabajado, y aquí si fui traductora en vez de cómo correctora. Y hay muchos detalles a decidir, por ejemplo si los nombres de los personajes se traducen o no, es un trabajo muy apasionante”, agrega.
A diferencia de en años anteriores, Fuego y sangre salió publicado de manera simultánea en todo el mundo, por lo que para hacer la traducción al español, el equipo coordinado por Cervera, tuvo que firmar acuerdos de confidencialidad incluso antes de tener el manuscrito de Martin y trabajar a contrarreloj.
“Nosotros aquí trabajamos en equipo, porque una persona sola no le daba tiempo de hacer una buena traducción, en el tiempo que le dieron a la coordinadora del proyecto, fueron entre dos y tres meses, para hacer una obra literaria de este tipo, es muy poco tiempo, para todo el trabajo de coordinación y de revisión, porque en una saga, como es la de Martin, en la que se nombra a tanta gente, tenemos creados unos glosarios en los que explicas las historias de cada uno, de donde son, cómo se ha traducido el nombre o no, todos los topónimos, gentilicios, para darle una coherencia a la obra en castellano”, revela Ibáñez.
Patrick Rothfuss ¿el próximo Martin?
El fenómeno literario que ha causado el creador de este universo fantástico, ha sido ampliamente comparado con Tolkien, sin embargo, al preguntarle a Ibáñez, de si ella cree que haya otro autor que también esté generando la expectativa por una saga literaria en la actualidad, ella indica a un escritor de 46 años de edad y que también es estadounidense como George R. R. Martin.
“Patrick Rothfuss, sin duda, nos tiene a todos en ascuas. No ha llegado a la pantalla como Martin, pero creo que Patrick Rothfuss ha desarrollado la misma pasión por sus seguidores, y nos ha dejado a todos esperando más”, argumenta.
Desde 2007 este autor ha estado vigente en librerías, con su saga Crónica del asesino de reyes, en donde se hace hincapié en la magia y los toques medievales, por eso Ibáñez cree que podría ser del gusto de los lectores que siguen a Martin, aunque admite que este último, su estilo narrativo es mucho más cinematográfico.
Predecir el final, es misión imposible
Después de años conociendo las letras a profundidad de George, Ibáñez ve difícil poder predecir o escudriñar, los libros del literato, para sacar pistas escondidas de las dos novelas pendientes, Vientos de invierno y Sueño de primavera, ya que como lo ha demostrado en el pasado, es impredecible en su escritura.
También la traductora observa que querer interpretar estos giros de tuerca, en los libros presentes, es meterse en un problema delicado, ya que lo que busca al fin del día Martin es sacar de la zona de confort a sus lectores.
“Él decía que no quería que sus lectores se confiaran en absoluto de saber lo que iba a pasar, por eso yo pienso que, es posible que haya pistas que apunten en los libros hacia un final, pero yo creo que interpretar estas pistas, de la forma en la que Martin puede llegar a resolver el final de la saga, es misión imposible, porque en parte a Martin, una de las cosas que más le gustan yo creo, es sorprender”, puntualiza.