“Hay un sólo origen de la vida” y el código genético, el cual es universal en todas las células, desde las bacterias hasta los humanos y las plantas, es una de las muestras más claras, expuso Gloria Soberón, del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM, durante la conferencia “La larga y sinuosa historia de una bacteria llamada Pseudomonas”.
La bióloga molecular recordó que la taxonomía molecular permite estudiar la genealogía, es decir, la historia de los seres vivos y su árbol de la vida.
“Que el código genético sea universal ha permitido generar una ingeniería genética de modo que en una bacteria se puede expresar, transcribir y traducir, por ejemplo, una proteína de humanos como la insulina, que después puede ser utilizada para tratar una enfermedad”, indica la especialista.
A decir de Soberón, para estudiar la composición genética de las bacterias y su evolución se requiere de dos conceptos importantes: el genoma central, que se define como las secuencias genómicas que están presentes en todos los miembros de una especie bacteriana; y el genoma accesorio o adaptativo, que se refiere las secuencias de los genomas bacterianos que sólo están presentes en algunos de los individuos de una especie.
Las bacterias Azotobacter y Pseudomonas son muy distintas fenotípicamente, pero tienen genes muy parecidos.
De acuerdo con la especialista, la mitad de los genes de Azotobacter vinelandii, incluyendo algunos que son importantes para su biología, tienen origen polifilético, es decir, de un genoma accesorio. Expuso que estos genes hablan de las funciones básicas que se requieren para la vida.
De acuerdo con las investigaciones de la doctora Soberón, la Pseudomonas aeruginosa es una proteobacteria presente en la naturaleza que tiene diversos usos biotecnológicos potenciales, y representa un problema de salud por ser resistente a los antibióticos y constituye la principal causa de morbilidad para pacientes con fibrosis quística.
“Es especialmente peligroso en personas que están inmunocomprometidas con cáncer, VIH, diabetes, pacientes en terapia intensiva, trasplantados o con quemaduras.
“Produce particulares factores de virulencia, como las toxinas y la piocianina. Al estudiarla, nos dimos cuenta de que las cepas clínicas y las ambientales, no son dos poblaciones distintas, esto quiere decir que tienen el mismo genoma”, expresa.
En 2019 se hizo un reporte en donde se encontraron cinco filogrupos y existe una amplia distribución geográfica de cada uno de los clados, es decir, de las ramificaciones de su árbol filogenético.
“Las cepas que pertenecen a los clados 3 y 5 tienen características genómicas comunes. Otro grupo de ese mismo año, reportó que la misma estructura de los filogrupos 3 y 5 producen el 99 por ciento de las células, una toxina que se llama ExoS”.
La científica comentó que el estudio del genoma de los distintos aliados de la Pseudomonas aeruginosa permite inferir el largo y sinuoso camino que ha seguido esta bacteria durante la evolución.
También podría ayudar a proponer estrategias para contener las infecciones que producen varios factores de virulencia.
Transmisión #EnVivo: La larga y sinuosa historia de una bacteria llamada Pseudomonas del Ciclo Los viernes de la evolución Coordinan: Antonio Lazcano Araujo* y José Sarukhán* Participa: Gloria Soberón *miembro de El Colegio Nacional https://t.co/2B2hN2oNZS
— El Colegio Nacional (@ColegioNal_mx) August 12, 2022
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