Tekax es una localidad ubicada al sur de Yucatán, su nombre significa “Lugar de los bosques” y dentro de su arquitectura natural esconde la entrada al “inframundo maya”: las Grutas Chocantes o de Cristal, que son de las más grandes y exóticas de México.
Estas grutas se caracterizan por sus cascadas de carbonato de calcio, sus enormes cortinas petrificadas, sus formaciones excéntricas de estalactitas, estalagmitas y estalagmatos. Su nombre es en memoria de los dueños que las descubrieron hace como 65 años: los Chocantes.
“Cuando se descubren se hace un caos, porque se rumora que encontraron oro, plata y vasijas. La gente quería venir a conocer las grutas y los dueños colocaron escaleras con veladoras, daban tours y cobraban un peso. Se pusieron activos y comenzaron a meter a la gente”, cuenta Pedro Cervera, presidente de la cooperativa que dirige este lugar.
Los Chocantes se dedicaban a la cría de chivas y chivos, llegaron a tener hasta 300 y vendían su leche. Un día se perdió uno de sus animalitos en la maleza y en la búsqueda hallaron la entrada a las grutas. Los dueños originales le vendieron el terreno de casi 10 hectáreas al abuelo de Pedro, que a su vez se lo vendió a su padre.
Ahora, las Grutas Chocantes son manejadas por una cooperativa de ocho personas. Es un lugar privado que no recibe dinero de parte del gobierno, sólo ayuda en cuestiones de difusión, de enseñanzas y certificaciones.
“Hace mucho tiempo este árbol era sagrado, los mayas se postraban sobre él, le daban oraciones y le ponían ofrendas. Sentían que el árbol tenía una energía que se transmitía”, comparte Cervera.
Hace dos años, este lugar, en el que también hay mapaches, zarigüeyas, tejones, ocelotes, búhos, armadillos y serpientes no venenosas, abrió formalmente sus puertas a los turistas. Para ello, constituyeron la cooperativa y se capacitaron.
“Es muy difícil y costoso. Ahorita lo que estamos haciendo es comprar equipo, hicimos un esfuerzo para comprar la tirolesa, la armamos y capacitamos a los chavos. Es una tirolesa de 150 metros. Es mucho trabajo iniciar un negocio, es muy duro, pero también cuando se logra, solito se encamina”, asegura Pedro.
Momento de descender a las grutas
Una de las primeras reglas que dan los guías para ingresar al “inframundo maya” es que todo lo que entra tiene que salir, desde personas hasta basura.
Una vez que el visitante desciende los 45 o 50 metros, verá dos divisiones, una es la ruta familiar que comprende 400 metros en total de recorrido, y la otra es la ruta extrema que son 3 mil 400 metros de recorrido, donde se pasa por un túnel de 200 metros, en el que el visitante tiene que ir de pecho tierra, como gusano.
“Es todo una aventura descender en estas grutas. No se deben tocar los espeleotemas que se forman como resultado de los depósitos minerales continuos por el agua que se filtra, porque en nuestros dedos se forma un tipo de aceite que corta el crecimiento que lleva desde hace cientos de años y los matamos”, afirma Óscar Góngora, guía federal.
Dentro de las Grutas Chocantes abundan las formaciones de estalactitas, que son las que vienen de la parte de arriba, algunas conocidas como “formación de popotes”, se crean mediante la filtración de agua que se combina con los minerales de la calcita, la gota que cae de ellas va formando en el piso las estalagmitas. Cuando ambas se unen forma un estalagmato, que es como una columna de miles de años.
“Su crecimiento depende de las filtraciones, puede ser un centímetro en 30 años o cinco en 20 años, depende de la manera en que se vaya filtrando el agua”, aclara el guía federal.
Las también llamadas Grutas de Cristal cuentan con cascadas de calcio de 6 a 7 metros de altura y tiene bóvedas donde todo el piso es blanco debido a la calcita que tiene. El INAH y la UNAM han realizado diferentes estudios en este lugar.
“Desde que yo estoy al frente han venido espeleólogos, arqueólogo, biólogos y geólogos a estudiar, por ejemplo, los insectos que se encuentran dentro o el tipo de tierra”, señala Pedro.
Cervera comenta que para los mayas estos lugares eran sagrados, donde hacían ceremonias y ritos, por lo que no cualquier persona podía ingresar, afortunadamente ahora es distinto y todos pueden disfrutar de las maravillas de estos lugares.
“Nosotros no vendemos tours, sino creamos o generamos experiencias. Nosotros nos esforzamos para que los turistas se vayan contentos para que difundan el trabajo que se hace aquí y crezcamos. Yucatan tiene cenotes, zonas arqueológicas y gran variedad de cavernas, tenemos de todo para que la gente la pase bien”, asegura Cervera.