Una persona, en promedio, pasará la tercera parte de su vida dormida; por ello, es necesario que se le dé la importancia necesaria al sueño que ayudará para que todo el organismo del cuerpo humano funcione bien.
Año con año la Organización Mundial del Sueño ha hecho un trabajo constante para que el Día Mundial del Sueño, que se conmemora hoy, sirva como un llamado a los profesionales de la salud y a la población entera para defender y promover el sueño saludable, cada uno desde su trinchera.
El sueño reparador, dice, es aquel dormir en el que una persona cumple con todas sus etapas, desde el porcentaje que le toca de sueño ligero, hasta el de movimientos oculares rápidos, conocida como sueño mor.
“Cuando yo cumplo con esta función fisiológica de manera completa durante la noche puedo decir que tengo un sueño reparador y con ello en singulares estados diurnos que tienen que ver con un estado de ánimo adecuado; es decir, con una función cognitiva completa y puedo cumplir con unas 10 o 12 horas de actividad diurna sin mayor problema durante el día”, indica la especialista de la UNAM.
Debido al confinamiento que se vive para evitar más contagios de COVID-19, los expertos de la salud han estado detectando una disminución grave en la calidad de sueño de sus pacientes, a causa de horarios irregulares para dormir y despertar.
Lo anterior se debe a que las personas han roto desde hace más de un año con la continuidad de sus actividades, como ir al trabajo, la escuela, salir con los amigos o ver a la familia.
“Además, la gente se va a dormir con preocupaciones debido al número tan alto de muertos que hay en el país, a que los contagios siguen al alza, a los recortes de trabajo o de sueldo. Todo eso trae consigo que se lleve estos pensamientos intrusivos a su sueño y que con ellos esté teniendo un sueño ligero y no esté cumpliendo con las funciones de mis etapas de dormir”, enfatiza la doctora Verde Tinoco.
Los peligros del mal sueño
El no tener un sueño reparador provocará que las personas se sientan somnolientas; es decir, que a pesar de haber dormido ciertas horas durante la noche, estén cansadas, con bostezos, no se puedan concentrar y no realicen sus tareas diarias adecuadamente.
También se sabe que los problemas de estrés y ansiedad provocan que la gente mantenga su cerebro activo y no descanse de manera adecuada, eso puede provocar síntomas de cefalea.
Además, al no dormir las horas necesarias para cumplir con las cuatro etapas del sueño, a pesar del cansancio, a la gente le costará más trabajo dormirse temprano y por lo tanto se desvelará.
“Esos desvelos, a lo largo del tiempo, van a ocasionar que yo tenga una deuda de sueño crónica y que por lo tanto pueda ser más propenso a enfermarme, porque mi sistema inmune se va a bajar y no cumplirá sus funciones durante el sueño; es decir, mis defensas pueden ser más vulnerables”, afirma la experta de la UNAM, la doctora Selenne Verde Tinoco.
Por otro lado, está altamente relacionado el no dormir bien con problemas de obesidad y sobrepeso. Al no cumplir con una adecuada arquitectura del descanso, la gente es más propensa a subir de peso y por lo tanto a contraer enfermedades crónicas degenerativas, como lo son la diabetes o la hipertensión arterial.