Más allá de embellecer las zonas que visitan y ofrecer un impresionante espectáculo visual, las mariposas Monarca ayudan a mantener el equilibrio ecológico, por lo que su presencia es fundamental en los bosques mexicanos.
Sin embargo, cada vez se registran menos de ellas en el país, lo que provoca graves consecuencias y refleja el gran deterioro que la humanidad ha generado en la calidad del ambiente.
Dos nuevos estudios, realizados por la Alianza WWF–Fundación Telmex Telcel, en colaboración con la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) y con la UNAM, confirman que la presencia de la mariposa Monarca en los bosques mexicanos de hibernación se redujo un 26 por ciento en diciembre pasado, al ocupar solamente 2.10 hectáreas (ha) frente a las 2.83 reportadas en el mismo mes, pero de 2019.
Se sabe que el cambio de uso de suelo, la reducción de algodoncillos en sus lugares de reproducción en Estados Unidos y el cambio climático tuvieron un impacto considerable en el proceso de migración de la Monarca.
Jorge Rickards, director general de WWF México, asegura que, aunque esta mariposa no está en peligro de extinción, sí está en riesgo su proceso migratorio, por lo que es urgente que los gobiernos, la comunidad científica y a la sociedad civil de México, Estados Unidos y Canadá refuercen sus tareas.
“Las mariposas Monarca nos muestran cómo el trabajo individual, en este caso la migración, se puede convertir en un ejercicio colaborativo excepcional, cuando todas estas migrantes se agrupan en los bosques para hibernar juntas y amortiguar el clima”, explica.
De acuerdo con el reporte del monitoreo de colonias, durante la segunda mitad de diciembre de 2020 se registraron nueve colonias de mariposas Monarca —dos en Michoacán y siete en el Estado de México— con una ocupación total de 2.10 ha de bosque.
Menos bosques, menos mariposas Monarca
Mientras que cada vez es mayor la ausencia de este lepidóptero, el bosque de la zona núcleo de la Reserva de la Biosfera Mariposa Monarca (RBMM) registró, entre marzo de 2019 y marzo de 2020, una degradación de 20.26 ha, cuatro veces más respecto a 2018-20l9 cuando se degradaron 5 hectáreas.
El monitoreo y análisis arrojaron que la tala clandestina es la principal causa de la degradación del bosque en la zona núcleo. El ejido de Crescencio Morales y las Comunidades Indígenas de Nicolás Romero y de San Felipe de los Alzati sufrieron la mayor afectación.
Para esta degradación también contribuyeron la caída de árboles por viento y sequía, así como por las actividades de saneamiento, debido a las tareas para combatir plagas.
Ante este panorama, los participantes en los estudios enfatizan en la urgencia de implementar las medidas necesarias para salvaguardar la RBMM y así preservar los santuarios de las Monarca.