Derechos para todos

Ricardo Adair Coronel Robles causó una revolución en México. El joven de 25 años, nacido en la Ciudad de México, tiene un empleo como cualquiera y dentro de cinco años, se visualiza trabajando y "si hay pareja, también con ella". Ricardo padece Síndrome de Asperger, un trastorno mental y conductual que está categorizado dentro del espectro del autismo.

María Alesandra Pámanes María Alesandra Pámanes Publicado el
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Alejandro CoronelPadre de Ricardo
"(...) es el momento de realizar un cambio dentro del orden jurídico interno. El artículo 12 requiere que el Estado tome medidas para apoyar la toma de decisiones del individuo, y no sustituir una decisión en su nombre"
Universidad de Harvard

Ricardo Adair Coronel Robles causó una revolución en México. El joven de 25 años, nacido en la Ciudad de México, tiene un empleo como cualquiera y dentro de cinco años, se visualiza trabajando y “si hay pareja, también con ella”. Ricardo padece Síndrome de Asperger, un trastorno mental y conductual que está categorizado dentro del espectro del autismo.

Al nacer, el médico le dijo a sus padres que tenía un retraso mental y que se quedaría de esa manera, pero el joven ha demostrado que padecer síndromes o trastornos como Asperger no significa que su vida está condicionada por la discapacidad intelectual –y conductual– que tiene.

A los 18 años, un juez lo declaró en estado interdicción (bajo el cuidado de un tutor, judicialmente incapaz, debido a la falta de aptitudes). Sus padres declararon que optaron por esa medida para protegerlo y evitar que se metiera en problemas con la ley, “si molestaba a alguien en el metro”, cita a sus progenitores Paula Chouza, de El País.

De hecho, hasta que cumplió la mayoría de edad le diagnosticaron el padecimiento. Durante todos esos años, a sus papás les dijeron que Ricardo tenía retraso, autismo y hasta hiperactividad. A diferencia de otros pacientes de autismo, él no tuvo dificultad para relacionarse socialmente.

Sin embargo, en el 2011, Ricardo Adair solicitó un amparo para retirar la orden del juez de considerarlo en estado de interdicción y, gracias a que el caso dio la vuelta al mundo, la semana pasada se convirtió en la primera persona con discapacidad intelectual que ha conseguido que la Suprema Corte de Justicia reconozca su derecho a decidir por sí mismo.

“Me siento muy contento, optimista. Fueron cuatro votos en contra de uno, es una gran oportunidad. Lo más importante, como dice la sentencia, es que me dieron la razón, que estábamos en lo cierto y que hicimos lo correcto”, señaló Ricardo.

Raquel Jelinek, directora de la Confederación Mexicana de Organizaciones en Favor de la Persona con Discapacidad Intelectual (CONFE), indicó que “si le quitas a una persona la posibilidad de decidir, es como una muerte civil (…)”. Jelinek fue un gran apoyo para el joven durante el proceso jurídico.

Respecto al caso, la Universidad de Harvard apuntó que “(…) es el momento de realizar un cambio dentro del orden jurídico interno. El artículo 12 requiere que el Estado tome medidas para apoyar la toma de decisiones del individuo, y no sustituir una decisión en su nombre”.

Ricardo estudió un diplomado en Turismo, trabaja en una agencia de viajes, es becario en un museo y aunque reconoce que le cuesta adaptarse a lo nuevo, vive una vida como la de cualquier joven entusiasta de su edad, “si no entiendo palabras, señas o gestos necesito apoyo para salir adelante. Además interpreto las cosas de forma literal. Los dobles sentidos no los capto, me los tienen que explicar la primera vez”.

El apoyo de sus padres y la tenacidad de Ricardo han marcado la pauta para que muchos jóvenes con Asperger –u otros trastornos mentales y/o conductuales– obtengan derechos, cuenten con el apoyo educativo y salgan adelante. 

Y abre paso a que los sistemas educativos evolucionen e incluyan programas de integración a jóvenes con trastornos similares, “todos los programas se enfocan en la formación técnica (…) pero las universidades no los integran”, dice Alejandro Coronel, padre de Ricardo, a Paula Chouza. De hecho, muchos son víctimas del bullying.

Adrienne Greenheart, conocida por su seudónimo “Penelope Trunk”, es una empresaria y blogger norteamericana que padece Asperger y es reconocida mundialmente por sus publicaciones. Al igual que Trunk, Ricardo Adair es referencia internacional de los alcances que puede tener una persona, pese a tener dicho padecimiento. 

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