Depresión en niños y niñas: ¿cómo y por qué cuidar la salud mental de las infancias?

Recientemente llegó a cines la segunda parte de Intensamente; una historia que nos permite acercarnos de una manera mucho más dinámica  a la depresión en niños o niñas o las emociones en general que experimentamos las personas. Sin embargo, en la realidad son más que personajes para una historia de Disney.

El psicólogo estadounidense Daniel Goleman define la emoción en su libro “Inteligencia Emocional” como “Impulsos para actuar, planes instantáneos para enfrentarnos a la vida que la evolución nos ha inculcado. Impulsos arraigados que nos llevan a actuar. En general, su función tiene componentes de supervivencia y adaptación”.

Películas como la de Intensamente resultan útiles para que las personas comprendan con mayor claridad la relación de la forma en la que actúan con sus propias emociones. Sobre todo para padres y madres de familia, así como niños, para quienes entender la importancia de la inteligencia emocional resulta fundamental.

¿Por qué es importante cuidar la salud mental desde la infancia?

Actualmente vivimos en un contexto al que especialistas de todo el mundo han denominado como una “pandemia”, pero no una de virus y bacterias, sino de salud mental. Según el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI), 34.8 millones de personas en México han experimentado algún episodio depresivo en sus vidas.

Por su parte, más de 50% de los problemas mentales en la edad adulta, como depresión y ansiedad, y del comportamiento, como el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) iniciaron durante las etapas del desarrollo, afirmó el director general del Hospital Psiquiátrico Infantil “Dr. Juan N. Navarro” de la Secretaría de Salud, Emmanuel Sarmiento Hernández.

Además, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) reportan que una de cada siete niñas, niños y adolescentes de 10 a 19 años padece alguna alteración de la cognición, de la regulación de las emociones o del comportamiento, señaló Sarmiento Hernández.

En este contexto, el especialista destacó que la ansiedad y la depresión son los tres principales problemas de salud mental. También dijo que la depresión es la primera causa de discapacidad en todo el mundo.

De la misma manera, Sarmiento Hernández añadió que es importante eliminar el estigma que rodea a la enfermedad mental. Esto limita a las personas a solicitar atención médica y retarda de cinco a 20 años el diagnóstico y tratamiento correcto.

¿Cómo identificar la depresión en niños y niñas?

Como ya vimos, la depresión es un problema de salud mental que requiere de tratamiento especializado. Es importante detectarlo de manera oportuna en los niños y las niñas, por lo que resulta fundamental conocer los signos de alarma a los que debemos prestar atención.

Según los especialistas José Pedro Espada y Mariela Orgilés, catedráticos de Psicología de la Universidad de Murcia, señalaron los tres principales indicadores que podrían poner en evidencia que un niño o niña está pasando por un estado emocional de tristeza, síntomas principales de la depresión:

• Se le nota triste
• Parece que disfruta menos de sus actividades
• Ha abandonado alguna de sus aficiones

Sin embargo, también señalaron otros indicadores a los que es importante prestarles atención:

• Come menos o más de lo habitual
• Parece cansado
• Alteró sus horarios de sueño y vigilia
• Hay un descenso en su rendimiento escolar

Los especialistas señalaron en The Conversation que, al igual que las personas adultas, “los problemas emocionales afectan frecuentemente al desempeño académico del niño y la niña”.

¿Qué hacer si un niño tiene depresión?

Una vez que detectamos un problema de salud mental en un niño o niña, la primera recomendación de José Pedro Espada y Mariela Orgilés es plantearnos si puede estar viviendo una situación que no sabe manejar y que le está haciendo sufrir.

Ejemplo de ello puede ser un cambio de escuela, ser víctima de acoso escolar o lidiar con la pérdida de un ser querido.

El segundo paso es mantenerse pendientes de su evolución para determinar si se trata de algo pasajero o requiere de atención. De igual manera resulta fundamental mantener abiertos los canales de comunicación con el niño para que pueda expresar cualquier inquietud que tenga.

Finalmente, en caso de determinar que se trata de un problema psicológico que va más allá de una tristeza circunstancial, lo más importante es buscar apoyo profesional. Brindar acompañamiento de especialistas de manera oportuna puede evitar mayores problemas a largo plazo para los niños y las niñas.