Denuncian profanación de la tumba del compositor mexicano José F. Vásquez

Ya han pasado 36 años desde que José J. Vásquez Torres, hijo del compositor mexicano José F. Vásquez (1896- 1961), lucha por rescatar el legado de su padre, cuyas piezas, lamenta, hoy están en el olvido.

Tras la muerte de su padre, nacido en Arandas, Jalisco, su acervo quedó disperso, impidiendo que la obra musical pudiera ser estudiada y difundida.

Hasta donde se conoce, el catálogo del músico se compone de más de 200 creaciones, de ellas hay 187 partituras recuperadas; destacan cuatro sinfonías, tres conciertos para piano y orquesta, y dos para violín y orquesta; además de tres poemas sinfónicos y un ballet.

También incluye 61 canciones de concierto, que, a decir de Vásquez hijo, es probablemente la producción más amplia entre los compositores mexicanos.

“Ha sido una búsqueda muy larga. Todo a contracorriente, sin apoyo financiero ni de las instituciones. Para darse una idea: algunas partituras las rescaté de bazares en La Lagunilla”, señaló el heredero universal de dicho legado, quien describe a su padre como “un gran fantasma de la música mexicana”.

En la conferencia de prensa, donde Vásquez Torres habló de los proyectos más relevantes para la recuperación y difusión del legado de su padre, estuvo acompañado por Enid Negrete Luna, doctora en Artes Escénicas por la Universidad de Barcelona e investigadora de ópera; Gabriel Pareyón, musicólogo y experto en la figura del compositor, y por Rodolfo Ritter, quien prepara la grabación de tres conciertos para piano autoría del jalisciense.

Asimismo, se destacó la entrega del archivo José F. Vásquez a la Escuela Superior de Música Fausto de Andrés y Aguirre (ESMUFAA), ubicada en Cholula, Puebla, para su salvaguarda, estudio y difusión.

Este archivo, el cual aún no está completo ni reunificado en su totalidad, estuvo nueve años bajo resguardo del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información Musical “Carlos Chávez” (CENIDIM), del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), sin que hubiera avances en su estudio y difusión, abonando al olvido de su autor”, lamentó Enid Negrete, quien entonces, como investigadora de ese centro, rescató y entregó el acervo a la institución.

“Se hizo la digitalización, pero no se buscó su preservación, nunca pusieron guardas a las partituras, ni se limpiaron; sólo se fumigaron; incluso, en cajas de huevo, algunas de ellas rotas o a punto de desfondarse, y en los mismos folders provisionales en que yo los entregué”, observó Negrete, quien prepara una queja formal.

Asimismo, denunció que el CENIDIM se negó a facilitarle una copia de los documentos digitalizados, labor que hizo por su cuenta con Vásquez Torres y que se encuentra disponible para los interesados, previa autorización, en la ESMUFAA.

“Una institución con 500 años de existencia, que reúne todas las condiciones de preservación y formará parte del plan de estudios para que jóvenes, de esta y otras escuelas, tengan acceso a esta información”.

Por su parte, Gabriel Pareyón lamentó el debilitamiento institucional en el país, y la pérdida que representa para la institucionalidad pública que acervos de valía patrimonial como el de Vásquez, deban ser puestos en manos privadas ante la negligencia para su custodia.

Una batalla legal

Tras anunciar que la tumba de su padre José F. Vásquez, ubicada en el Panteón Francés de la Ciudad de México, fue profanada, José J. Vásquez Torres dio a conocer que contrató a un abogado para iniciar una denuncia contra quien resulte responsable, luego de encontrar forzada la cerradura de la capilla funeraria, que ha sido destruida. Indicó que desconoce la fecha de la profanación.

“Es ignominioso y muy triste ver que la capilla de un ilustre universitario esté convertida en una bodeguita: alguien rompió el candado y metió sus arreos de trabajo y pedazos de losa. La lápida desapareció”, describió.

¿Quién fue José F. Vásquez?

Fue el primer mexicano en dirigir una orquesta en Japón. Además, fue un imparable promotor musical y creador de instituciones fundamentales en México, como la Orquesta Filarmónica de la UNAM y de la actual Facultad de Música de dicha casa de estudios, también sentó las bases del proyecto que dio forma a Radio UNAM, así como de la Escuela Libre de Música que lleva su nombre, y la Compañía Mexicana de Ópera.

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