El azúcar carga con muchos estigmas. Algunos de ellos son que engorda y que afecta la salud cardiovascular de quien la consume en cantidades excesivas.
Pero esos no son los únicos problemas provocados por el consumo de azúcar, ya que este ingrediente también afecta directamente al cerebro (a nivel cognitivo y psicológico).
El alto consumo de fructosa afecta el área de memoria y aprendizaje, de acuerdo a los resultados de una investigación realizada en 2012, por la Universidad de California.
“La insulina es importante en el cuerpo para el control de azúcar en la sangre, pero puede jugar un papel diferente en el cerebro (…) Nuestro estudio muestra que una dieta alta en fructosa daña el cerebro, así como al cuerpo. Esto es algo nuevo”, señaló Fernando Gómez-Pinilla, autor del estudio.
Y es que si se consume en cantidades moderadas –y/o pequeñas– el azúcar no causa problema alguno. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que solo el 5 por ciento de las calorías que se consumen al día provengan de alimentos azucarados.
Por muy sencillo que se escuche, dejar este ingrediente no es tarea fácil ni se resuelve con “ponerse a dieta”, pues el azúcar cumple con todos los requisitos para considerarse una sustancia adictiva, de acuerdo al neuroendocrinólogo Robert Lustig, profesor de Pediatría de la Escuela de Medicina de la Universidad de California.
Además, otro de los factores que hacen de este alimento un placer difícil de abandonar es que al comer azúcar se calman las señales de estrés en el cerebro, según Kevin Laugero, experto en nutrición de la Universidad de California en Davis.
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