Delay invita a contemplar la Luna y su misticismo en Bellas Artes

La pieza dancística invita al espectador a consumir poesía y a entonar un universo personal. Con una corporalidad física que trasciende el mero movimiento, Francisco Córdova ofrece una obra introspectiva y profundamente humana
Karina Corona Karina Corona Publicado el
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La Luna ha sido una constante observadora del devenir humano y la naturaleza. Desde tiempos inmemoriales, su existencia ha inspirado reflexiones sobre la existencia, la melancolía y la nostalgia. El bailarín y coreógrafo Francisco Córdova, en su pieza Delay invita a sumergirse en esta contemplación, explorando cómo este testigo silencioso, provoca en el ser humano una profunda conexión con el tiempo y el universo.

“Nos recuerda lo efímero de nuestra existencia, mientras simultáneamente simboliza lo perpetuo. En ella, encontramos un espejo de nuestras emociones más íntimas, desde la tristeza, hasta la esperanza”, detalla Córdova a Reporte Índigo sobre la nueva producción de la compañía Physical Momentum que se presentará el 25 de julio, en el Palacio de Bellas Artes.

Delay marca un momento crucial en la trayectoria de su agrupación al celebrar su 17 aniversario. Para Córdova, los últimos años han sido una exploración intensa que combina sus conocimientos en dirección e iluminación con su pasión por la danza contemporánea.

La pieza Delay se estrenará el 25 de julio, a las 20:00 horas, el Palacio de Bellas Artes

“Esta pieza es significativa para la agrupación, pues representa mucho nuestro trabajo de paisajismo escénico. Mi expertise es la danza contemporánea, pero mis estudios de direcciones y sobre todo de iluminación escénica, muy específicos hacia la performatividad artística, me han llevado a enfocarme a que mi prioridad siempre sean los sets, el paisaje y comunicar dramatúrgicame desde este lugar visible, sin demeritar el cuerpo”, narra el director de Physical Momentum.

El montaje dancístico representa una evolución artística para Francisco Córdova, quien presenta una obra de estética compleja y simbólica. Esta propuesta se erige como una construcción abstracta, invitando al espectador a un espacio de contemplación.

Para ello, el coreógrafo sitúa al espectador en un lugar utópico para abordar temas fundamentales, como la fugacidad del tiempo y la contemplación de la existencia humana frente a la eternidad. En escena, tres Lunas fungen como símbolo omnipresente que representa el tiempo suspendido y la constante evolución de la vida. A través de estos elementos, la obra comunica un mensaje implícito sobre la inevitabilidad de la temporalidad humana y la trascendencia de la existencia.

“La investigación detrás de Delay ha sido ardua y extensa. Es una producción de gran formato que pretende revelar momentos ocultos del tiempo y explorar todo aquello que llega tarde. Entonces, estamos hablando de un diálogo de comunicadores sobre la existencia de lo efímero hacia lo perpetuo y sobre las metáforas del pasado, del presente y del futuro.

Hablar de la Luna es hablar del tiempo, desde la perspectiva del color, el comportamiento de un cuerpo, de lo que implica la luz lunar, la marea, hay realmente mucha investigación en torno a este tema, desde lo literario, científico y artístico.

“La Luna siempre nos da un lugar nostálgico melancólico, pero también esperanzador y esa es una de las partes que más me gustó encontrar, que hay muchos diálogos, aparte del contexto energético, que nos involucra como personas, como seres humanos”, explica.

Su constante evolución

Después de casi 20 años de trayectoria con la compañía Physical Momentum, Francisco Córdova sigue evolucionando tanto como artista como miembro de una comunidad que articula diversas disciplinas en torno a la danza.

Consciente de la responsabilidad que tiene con el espectador, Córdova se esfuerza por generar una poesía elevada que dé sentido al porqué, el cómo y el hacia dónde de su obra.

“Seguimos en evolución, generando una comunión que va más allá del cuerpo, moldeando y figurando espacios que nos permiten explorar nuevas formas de comunicación. Lo que más me interesa es el vigor físico con el que se construye el formato del cuerpo. Aunque me alejo de los tecnicismos, tengo un método de entrenamiento fuerte que siempre ha estado presente en mis creaciones”, agrega.

“El arte no es para educar, sino para humanizar,” dice. Esta frase, que lo marcó profundamente, destaca la importancia de valorar lo minúsculo y lo homogéneo, recordando que lo virtuoso puede ser pequeño y evocar grandes sentimientos.

“No debemos olvidar la humanidad. En esta vorágine de velocidad e información virtual, siempre debemos llegar al reconocimiento de nosotros mismos y a través de la mirada del otro”
Francisco CórdovaCoreógrafo

“En esta diversidad de propuestas, a veces, es difícil que el público entienda completamente lo que ve. Por eso, me he dedicado a estudiar mucho más y a acercarme de una manera más noble y simbólica, para que se sienta y no solo se entienda”, aclara Francisco.

Córdova recuerda con tristeza el asesinato de uno de sus intérpretes, Maximiliano Corrales, una tragedia que influyó profundamente en la obra, para lo cual hizo una pieza de formato pequeño, pero no desde la crudeza, sino como un poema visual y corporal que lleve a una sensibilidad humana.

“Hay situaciones muy complejas que hemos normalizado, que vemos como naturales y sin embargo, nos quedamos con esa perspectiva mala y amarga, pero siempre hay una parte esperanzadora, una parte humana, bella, noble y sensible de estos lugares descarados, jodidos, me atrevo a decirlo, y dolorosos que nos pueden costar tanto en nuestra individualidad y eso ha sido realmente una de las médulas creativas que siempre he tenido y que deseo mantener como artista”, concluye.

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