Del ‘high’ a la esquizofrenia

Las personas que los fines de semana consumen mariguana tipo skunk, una variedad de cannabis de alta potencia, son tres veces más propensas a ser diagnosticadas con un trastorno psicótico que aquellos que nunca han consumido mariguana.

Eugenia Rodríguez Eugenia Rodríguez Publicado el
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Las personas que los fines de semana consumen mariguana tipo skunk, una variedad de cannabis de alta potencia, son tres veces más propensas a ser diagnosticadas con un trastorno psicótico que aquellos que nunca han consumido mariguana.

Esta fue la conclusión de un estudio realizado por investigadores del Instituto de Psiquiatría, Psicología y Neurociencia de la Universidad King’s College de Londres, quienes estimaron, en un grupo de pacientes de entre 18 y 65 años del sur de Londres, el efecto de la frecuencia del uso y el tipo de cannabis consumido en el riesgo de trastornos psicóticos. 

La investigación, cuyos resultados fueron publicados en la revista científica The Lancet Psychiatry, se realizó entre 2005 y 2011, periodo en el que se obtuvieron dichos datos de 410 pacientes con primer episodio de psicosis, quienes solían fumar skunk todos los días. 

Esta información se comparó con una muestra de población control conformada, en su mayoría, por fumadores ocasionales de cannabis de baja potencia, tal como el hachís, que es la resina de cannabis.

El riesgo de los efectos adversos en la salud mental que trae consigo el consumo de cannabis depende de la potencia del tipo de mariguana utilizada. Y la mariguana tipo skunk contiene altas concentraciones de tetrahidrocannabinol (THC), la principal sustancia psicoactiva en el cannabis. 

Existe amplia evidencia científica de que el consumo de cannabis aumenta el riesgo de sufrir  psicosis de tipo esquizofrénica.

Según una publicación en The Guardian, otro de los hallazgos fue que las personas que fumaban skunk diariamente aumentaban cinco veces el riesgo de “experimentar episodios extendidos en los que escuchaban voces, sufrían delirios o demostraban conductas erráticas”.

Robin Murray, profesor de investigación psiquiátrica en el King’s College de Londres, dijo al diario británico que ahora existe evidencia clara de un vínculo causal entre fumar una variedad fuerte de cannabis y el riesgo de desarrollar una enfermedad mental. “El argumento inicialmente era que las personas que van a fumar cannabis de todos modos son un poco extrañas”. 

Y explicó que en el sur de Londres, dos tercios de la población han consumido cannabis y  parece probable que dos tercios de las personas  sean anormales.

En el estudio, los investigadores concluyeron que “nuestros resultados muestran la importancia de aumentar la conciencia pública sobre el riesgo asociado con el uso de cannabis de gran potencia, especialmente cuando tales variedades de cannabis son cada vez más disponibles”. 

Y agregaron que “la tendencia mundial de la liberalización de las restricciones legales en el uso de cannabis destaca además la necesidad urgente de desarrollar educación pública para informar a los jóvenes sobre los riesgos del cannabis de alta  potencia”.

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