Del ‘arcade’ al museo
¿Son los videojuegos un arte? La pregunta ha estado flotando en el aire desde las décadas de los 80 y 90, pero a punto de finalizar el año 2012 el cuestionamiento resulta más pertinente y oportuno que nunca.
María Alesandra Pámanes¿Son los videojuegos un arte? La pregunta ha estado flotando en el aire desde las décadas de los 80 y 90, pero a punto de finalizar el año 2012 el cuestionamiento resulta más pertinente y oportuno que nunca.
El largo debate entre gamers y curadores ha llegado a su fin: en efecto, los videojuegos son arte. Puedes o no estar de acuerdo, pero por lo menos para el Museo de Arte Contemporáneo, MoMA de Nueva York, lo son. Y así como las obras de Kandinsky se exhiben en museos, el MoMA está preparando una exhibición de videojuegos en sus salas como si se tratara de cualquier corriente artística.
¿Por qué cuando alguien menciona o reconoce a los videojuegos como una de las artes, comienza la polémica? Probablemente porque se ha asociado a una actividad “infantil” durante años.
Cuando una persona que no está inmersa en ese mundo virtual escucha la palabra “videojuegos”, probablemente lo primero que se imagina es a un niño idiotizado frente a la televisión jugando horas sin parar. Sin embargo, en la realidad –siempre y cuando no caiga en un vicio o adicción– son un universo que involucra ingeniería, tecnología de punta, diseño, música, artistas visuales, etcétera.
En 2011, el Tribunal Supremo de Estados Unidos comparó a los videojuegos con otras expresiones de arte, afirmando que “al igual que los libros, las obras de teatro y las películas que les han precedido como objetos de protección, los videojuegos comunican ideas, e incluso mensajes sociales, mediante instrumentos literarios conocidos (personajes, diálogos, argumento y música) y características distintivas de esa expresión (interacción del jugador con el mundo virtual)”.
Además del reciente anuncio del MoMA, el Museo de Arte Norteamericano del Instituto Smithsonian recientemente albergó una exposición titulada “The Art of Video Games”. De marzo a septiembre de este año, este museo mostró la evolución artística de cuarenta años de videojuegos, etapa en la que los Arcades “se mudaron” a las televisiones dentro de las casas.
Los videojuegos son pioneros y precursores de tecnología de punta desarrollada y aplicada. “Por lo general, los ingenieros de equipos informáticos creaban tecnologías interesantes, las dejaban en manos de los programadores y les decían ‘ahí tienen, a ver qué pueden hacer con esto’, los programadores no solo aprendían a utilizarlas, sino que intentaban siempre llevarlas hasta el límite de sus posibilidades, con lo que las transformaban en sistemas mucho más potentes”, dice R.J. Mical, uno de los pioneros de mayor influencia en esta industria.
El padre de los videojuegos
De la mano de la tecnología, han podido lograr convergerla para no solo ser una industria con gráficos y sonido, sino que se ha vuelto todo un cosmos con directores de arte, música y sonido.
Un ejemplo es el personaje de “Mario” de “Super Mario Bros.”, uno de los emblemas de los videojuegos, el cual solo necesitó de siete píxeles para cobrar vida en manos de Shigeru Miyamoto, diseñador y productor para Nintendo desde 1977.
“Mario” es un ícono de los videojuegos, pero también de la cultura pop; ha aparecido en alrededor de 200 juegos, de hecho se le conoce como el “Mickey Mouse” de los videojuegos y a Shigeru Miyamoto, como el “Walt Disney” o “padre” de los juegos modernos. Irónicamente y para sorpresa de algunos, el personaje favorito de Shigeru no es “Mario”, sino “Pac-Man”.
Y así como el escritor recién retirado Philip Roth recibió el Premio Príncipe de Asturias, Shigeru Miyamoto acaba de recibir la presea por Comunicación y Humanidades. Según el acta del jurado oficial, Miyamoto “no solo es el padre del videojuego moderno, sino que ha conseguido, con su gran imaginación, crear sueños virtuales para que millones de personas de todas las edades interactúen, generando nuevas formas de comunicación y de relación, capaces de traspasar fronteras ideológicas, étnicas y geográficas”.
Ese reconocimiento es bien merecido, aunque Miyamoto dijo alguna vez a Digital Trends que: “No me gusta toda la atención. Creo que es mejor dejar que mi trabajo hable por mi”.
El japonés también afirmó en alguna ocasión que le gusta “crear tendencias, no seguirlas” y su trabajo tiene un sello único, basta con recordar que es muy común escuchar que una persona le llama “Nintendo” a la acción de jugar con una consola, sea o no de esa compañía.
Y es que Miyamoto he dejado en claro que el éxito de “Mario” reside en que siempre busca situaciones normales para jugar en familia, claro, cargadas de imaginación y tecnología.
De hecho, casi como lo es la aventura de “Donkey Kong” por derrotar a “King K. Rool”, Miyamoto se quedó atrapado en el baño y por poco se pierde la gala. Una buena anécdota para una mente creativa e imaginativa.
Consolas al museo
En 40 años de historia, han evolucionado en cuanto a tecnología y desarrollo, pero también, abandonaron las grandes máquinas de Arcade para instalarse en los hogares, luego a nuestras manos con equipos como el Game Boy Color y ahora hasta en nuestros gadgets.
Junto a grandes firmas de pintura, escultura e instalaciones, los videojuegos estarán en un museo, pero ya no como parte de una exposición en particular, sino como un arte específico.
Esta industria ahora se instalará como una colección y la primera estará disponible en el MoMA de Nueva York, la cual constará de 40 títulos. En una primera etapa, el museo ha solicitado la selección de 14 títulos que incluyen “Pac-Man” (1980), “Tetris” (1984), “SimCity” (2000), “Passage” (2008) y “Canabalt” (2009).
Paola Antonelli, curadora del departamento de Arquitectura y Diseño del MoMA, dijo en el blog del museo que los videojuegos sí son un arte “y también son diseño y desde esa perspectiva nos hemos acercado a ellos”. Entre los títulos que irán adquiriendo se encuentran “Asteroids” (1976), “Donkey Kong” (1981), “Super Mario Bros.” (1985), “The Legend of Zelda” (1986), “Super Mario 64” (1996), entre otros.
Antonelli agregó que “han sido elegidos como ejemplos excepcionales de diseño interactivo, un campo que MoMA ya ha estudiado y recogido ampliamente”.
Además, la curadora dijo en su espacio en el sitio del MoMA que son una “combinación de pertinencia histórica y cultural” y que el museo busca tener entre las colecciones a las que formarán parte los videojuegos, “los elementos histórica y culturalmente relevantes, la expresión estética, la funcionalidad, los acercamientos innovadores a la tecnología y una síntesis de materiales y técnicas”.
El MoMA resalta que esta industria destaca “no solo en la calidad visual y la experiencia estética de cada juego (también) en la elegancia del código al diseño del comportamiento del jugador”.
Los videojuegos nos han hecho sentir un sin fin de emociones, desde la alegría eterna cuando llegamos a la meta, la desesperación por no poder pasar un nivel o incluso tristeza al llegar a los créditos. ¿Quién no se ha emocionado cuando “Luigi” rescata con lágrimas y risas a su hermano “Mario” del cuadro que lo tenía hecho pintura en “Luigi’s Mansion” de Game Cube, uno de los momentos más emotivos de Nintendo.
Y ahora el MoMA ha abierto el camino para que los videojuegos se instalen entre las salas y colecciones artísticas, lo que refuerza el hecho de que con el arte también se puede jugar. La colección estará disponible en marzo 2013.
Documental sobre Shigeru Miyamoto
En el “Canal NintendoDeluxe” de YouTube