Hoy en día, numerosos gobiernos alrededor del mundo se refieren al desarrollo de la industria de los combustibles fósiles como la llave para el progreso y la prosperidad; sin embargo, la ciencia advierte que de seguir con esta mentalidad, a lo único que se llegará es a la catástrofe y a la destrucción.
En un mensaje conmemorativo al Día de la Tierra, que se celebra el 22 de abril, un grupo de prominentes científicos y economistas dijeron que tres cuartos de las reservas de combustibles fósiles conocidas actualmente deben permanecer bajo tierra si la humanidad desea evitar los peores efectos del cambio climático.
El grupo llamado Liga de la Tierra (Earth League) demandó que los gobiernos adopten un objetivo para reducir las emisiones de carbono a cero para mediados de siglo, pongan un precio al carbono y que los países ricos tomen el rol de líderes al efectuar las reducciones de emisiones más agresivas.
De no ser así, la temperatura de la Tierra corre el riesgo de aumentar 2 grados en las próximas décadas, el “límite de seguridad” ya acordado por los gobiernos en la ONU.
“Desde una perspectiva científica, (el año) 2015 es un momento decisivo (…). Es la última oportunidad para dirigirnos hacia el futuro que deseamos”, dijo John Rockström, autor principal de la declaración, a The Guardian.
Inversiones riesgosas
En un ejemplo de cómo las actitudes en torno a los combustibles fósiles están cambiando positivamente, el gigante bancario HSBC advirtió a sus inversionistas sobre el creciente riesgo de que sus activos en combustibles fósiles se vuelvan inútiles.
En un reporte titulado “Activos atorados: ¿Qué sigue?”, al cual tuvo acceso Newsweek, analistas señalan sobre la posibilidad de que próximamente las compañías basadas en combustibles fósiles se vuelvan “económicamente no viables” debido a diversos cambios en el uso de energéticos.
Medidas de innovación energética, incluyendo “disruptivas” tecnologías limpias así como el éxito de la Unión Europea en desemparejar el uso de energía con el desarrollo económico, son citados en el informe como factores que podrían contribuir a la devaluación de dichos activos.