De vuelta al Sarampión, riesgo de salud
Tras diagnosticarse 16 casos de la enfermedad en la Ciudad de México por falta de vacunación, especialistas aseguran que es fundamental atenderse sanitariamente desde niños. Además, opinan que, a través de campañas y abasto de medicamentos, se puede frenar el brote
Fernanda MuñozLa vacuna contra el sarampión ha salvado millones de vidas alrededor del mundo desde que apareció en 1963; sin embargo, son miles las personas que, por diferentes circunstancias, deciden no aplicársela, desencadenado una ola de infecciones.
A casi 20 años de que no apareciera dicha enfermedad en la Ciudad de México, el pasado fin de semana el gobierno de la capital informó sobre 16 casos, los cuales fueron registrados en Álvaro Obregón, Gustavo A. Madero, Coyoacán y Xochimilco.
La mayoría de los casos fueron diagnosticados en hombres, con un total de 12, mientras que las mujeres fueron sólo cuatro. Entre ellos, siete niños, el mayor de 10 años y el menor de uno.
La secretaria de Salud de la Ciudad de México, Oliva López Arellano, destacó que ninguno de los pacientes tenía antecedentes de vacunación previa, lo que provocó que dieran positivo a la prueba.
De acuerdo con el Programa de Vacunación Universal, la vacuna triple viral SRP y SR contra el sarampión, la rubéola y la parotiditis, se debe aplicar a los doce meses de edad, mientras que una segunda dosis a los seis años o al ingresar a la escuela primaria.
La doctora Gabriela García Pérez, investigadora del Departamento de Microbiología y Parasitología de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), comparte que aún cuando la vacuna contra el sarampión es primordial para todas las personas, han sido los mitos y las noticias falsas las que han alejado al público de ellas.
En entrevista con Reporte Índigo, García Pérez detalla que hace sólo un par de años atrás se rumoraba que las vacunas ocasionaban autismo en los niños, lo cual desencadenó dudas y preocupaciones por parte de los padres de familia y el público en general.
“Esta mala noticia asustó a mucha gente sobre la aplicación de las vacunas, y a raíz de esto se empezó a propagar que vacunar no era bueno. Muchos padres dejaron de cuidar a sus hijos en ese aspecto y ahora son ellos los que están padeciendo la enfermedad”, asegura.
En 2017, la Organización Mundial de la Salud (OMS) calculó que a pesar de que existían vacunas seguras y eficaces contra el sarampión, 110 mil personas perdieron la vida por esta causa, la mayoría de ellas menores de cinco años
“Muchas de las muertes se deben a complicaciones del sarampión, que son más frecuentes en menores de cinco años y adultos de más de 30 años. Las más graves son la ceguera, la encefalitis (infección acompañada de edema cerebral), la diarrea grave (que puede provocar deshidratación), las infecciones del oído y las respiratorias graves, como la neumonía”, informa la organización de las Naciones Unidas.
Vacunas contra sarampión, eficientes y seguras
Según sostiene la doctora Gabriela García Pérez, aún cuando hay riesgos de que las personas vacunadas ante cualquier infección tengan riesgo de padecer una enfermedad, los porcentajes de éxito son mucho mayores.
“Claro que si tenemos una población generalmente protegida, los pocos casos que se van a presentar son de estas personas que tienen cierta fobia a las vacunas”, resalta la doctora.
Para ella, una de las medidas más importantes que se deben implementar, y no soltar, es informar adecuadamente a la sociedad, transmitirle que la vacunación en general es eficiente, buena, y que gracias a ella se protege contra enfermedades virales que normalmente pueden ser muy violentas.
“El virus del sarampión es bastante infectivo, incluso antes de que se presenten las manifestaciones clínicas, las personas empiezan a diseminarlo en su entorno; entonces, se calcula que cuando se está en contacto con una persona infectada, el 90 por ciento de la gente va a padecer la enfermedad”, menciona García Pérez.
De acuerdo con la OMS, la transmisión de este virus se propaga por la tos y los estornudos, el contacto personal íntimo y el contacto directo con secreciones nasales o faríngeas infectadas.
Aunque la vacunación debe ser parte de la cultural sanitaria del país y el mundo, la doctora García Pérez invita a toda la población, sean niños o adultos que no han completado su cuadro de prevención a través de inyecciones, a que lo hagan, pues sólo así se podrán ahorrar síntomas y malestares irreversibles.
Mónica Basaldúa Téllez, pediatra neonatóloga, menciona que el gobierno debe seguir vigilando que todos los niños, a partir de la edad, se sigan vacunando, que haya vacunas disponibles y que no haya desabasto.