“Blue Velvet”, original de 1950, fue interpretada por primera vez por Tony Bennett. En 2012, Lana Del Rey la retomó como parte de una campaña publicitaria para la marca de ropa y accesorios H&M.
También sirvió de inspiración a David Lynch para su película de 1986 del mismo nombre, protagonizada por Dennis Hopper, Kyle MacLachlan (mejor conocido por su trabajo en “Twin Peaks”), Isabella Rossellini y Laura Dern.
Anthony Dominick Benedetto, mejor conocido como Tony Bennett, nació en Queens, Nueva York, en 1926. Fue amigo y rival de Frank Sinatra, con quien compartió sello discográfico (Columbia) y llegó a interpretar el tema “New York, New York”. El parecido en las interpretaciones y el estilo provocó confusión entre el público, por lo que una vez que Sinatra cambió de disquera (ahora con Capitol), Bennett decidió buscar su propio estilo.
Después de haber tocado la cima con canciones como “Blue Velvet” y “I Left My Heart In San Francisco”, la carrera de Bennett se apagó por más de 13 años hasta que en 1994 la cadena MTV decidió producir el concierto desenchufado “MTV Unplugged: Tony Bennett”.
El boom de las reinterpretaciones trajeron de vuelta a Bennett a la escena musical, por lo que decidió hacer un disco de duetos –editado en 2006– con la participación de Bono, Sting, George Michael, Billy Joel, Elton John, Michael Bublé, entre otros. A esta placa le siguió el segundo disco de duetos en 2011 con la participación de artistas como Lady Gaga, Amy Winehouse, Norah Jones y K.D. Lang, con quien interpreta una nueva versión de “Blue Velvet”.
Lana Del Rey, nacida en 1986 como Elizabeth Woolridge Grant, se dio a conocer realmente hasta su segunda producción discográfica, “Born to Run” (2011), debido a un cambio de disquera, imagen y concepto. De hecho, en su primera placa de 2010 titulada “Lana Del Ray”, la artista se autonombró Lizzy Grant.
Como parte de su tercer EP titulado “Paradise”, Lana Del Rey hizo un cover de “Blue Velvet” para H&M, una versión que aunque es artificial y comercial, tiene algo que parece hipnótico y no se puede dejar de escuchar. Definitivamente un placer culposo.
