Entre el litigio, la psiquiatría y la magia, ¿cuál fabrica más mentiras? Con esta pregunta se estrena Un banjo y dos muertos, obra que fue reprogramada en cuatro ocasiones debido a la pandemia, y que, finalmente, llega al Foro La Gruta del Centro Cultural Helénico, para presentarse todos los viernes, sábados y domingos hasta el 3 de abril.
La pieza surge una vez que la directora y productora Andrea Salmerón le pidió un texto a la dramaturga Mariana Hartasánchez para llevarlo a escena, con el fin de divulgar y mostrar el discurso femenino del arte dramático. Sin embargo, fue hasta este año que lograron materializarla, pues de acuerdo con Salmerón, se ha visto afectada por un proceso accidentado y varios cambios de elenco.
“Esto nos llevó a un cuestionamiento fuerte de por qué hacemos teatro. Fue tener este entusiasmo por una obra que cada vez era ‘en sus marcas, listos… ¡cancelen!’ Conservar el espíritu fue muy duro, pero incluso la respuesta al porqué hacemos teatro nos lo dio esta obra, porque trata sobre la magia, cuestiona la necesidad de las personas de creer en algo más allá de lo que vemos a simple vista”, explica.
En entrevista con Reporte Índigo, Salmerón detalla que el principal objetivo de esta pieza es que las y los espectadores se dejen llevar por la historia y crean por unos minutos que todo es posible.
Un banjo y dos muertos trata sobre un aspirante a mago que, luego de haber sido diagnosticado con esquizofrenia, pues piensa que su mano derecha es autónoma, logra salir del psiquiátrico. Él descubre el libro de magia de su padre fallecido, pero, en un truco pierde su mano derecha, por lo que tiene que hacer una serie de trámites para recuperarla.
“Entre estas acciones están involucrados abogados corruptos, una psiquiatra que tiene una relación erótica con la mano derecha, fantasmas que quieren que sus hijos continúen con su deuda de odio que tenían en la vida”, relata la directora.
Así es como esta obra “políticamente incorrecta” habla sobre la compleja relación entre padres e hijos, y su ansiada aprobación.
“Es una obra muy inteligente en donde todo es absurdo e inverosímil, pero tratamos de que el público lo crea, de eso se trata el teatro. Nosotros, igual que los magos, ilusionistas, abogadas, apostamos más allá de lo que sería posible, es un acto de fe”, opina Andrea.
La pieza es interpretada por los artistas de clown y cabaret: Paola Izquierdo, Roam León, Beatriz López, Carlos Pascual, Diego Santana y Minerva Valenzuela, quienes por unos minutos invitan a que el público abandone su aislamiento, oscuridad y se dejen llevar por esta comedia negra aderezada con incongruencias, ilusionismo y locura.
Finalmente, Salmerón indica que con esta pieza teatral hace homenaje al cine noir y la precariedad, buscando que los sets no sean nada realistas y todo juegue en pro de la magia.
“Cree en lo que vas a ver, permítete reír y déjate llevar, hacer este brinco con nosotros y tener este acto de fe, que las manos se pueden separar del cuerpo y tener vida propia y entablar una relación, que los fantasmas pueden venir y están entre nosotros”, invita la directora.