Pobre, indigente, borracho, vagabundo, pordiosero, vago, payasito, limosnero, son algunos de los adjetivos atribuidos a los pobladores de la calle a lo largo de su vida.
Para algunas personas –sin nombre o apellido–, la calle es el único lugar que les da identidad. Son personas ignoradas, que pasan “desapercibidas” por el resto de los ciudadanos.
Poco se sabe de las personas que viven en la calle, pese a que los vemos todos los días al acudir a la escuela o el trabajo.
Y es que ser “de la calle”, así como vivir en la misma, cuesta. Estas personas no tienen documentos oficiales, tampoco identificación personal.
Las personas de la calle no cuentan con oportunidades para un empleo, ya que no pueden reportar una dirección de domicilio, carecen de atención o seguro médico y, en realidad, son nómadas expuestos a violencia, explotación infantil, trata de personas, prostitución, drogadicción y delincuencia.
Todo ello sin mecanismos de protección social y con un acceso limitado a los servicios básicos y educación.
Y a pesar de que existen centros de atención para reinsertar a esta población a programas gubernamentales de atención a personas en situación de calle que buscan resolver sus necesidades básicas con comida, ropa y un techo temporal, lo cierto es que se trata de integraciones inconsistentes y esporádicas que solo se hacen cargo de los menores de 16 años.
El abandono familiar en una persona en situación de calle se revive con el abandono de las instituciones que no logran retenerlos y son tan expulsivas como sus propios hogares. Ser un joven-adulto de la calle es no tener un lugar de asistencia social o privado.
Pero el panorama y el futuro de las personas en situación de calle puede cambiar con un elemento muy simple: el papel.
De la calle para el mundo: Street papers en México
Los street papers (periódicos callejeros) son un formato editorial que, como lo dice su nombre, circulan en las calles. Los periódicos para personas en situación de calle se desarrollaron a finales de los 80 en países europeos y en Estados Unidos.
Así se conformó la Red Internacional de Periódicos Callejeros (INPS, en inglés) con la intención de crear una red de colaboración entre estas publicaciones. Actualmente, la INSP brinda un gran apoyo en el desarrollo, entrenamiento, soporte editorial y consultoría a más de 120 publicaciones callejeras en aproximadamente 40 países de todo el mundo. México será el próximo miembro de esta gran red con el proyecto Mi Valedor.
En entrevista para Reporte Indigo Paula García, una de las seis emprendedoras detrás del proyecto Mi Valedor, explica que los street papers son “publicaciones independientes que operan bajo un modelo de autoayuda con el fin de proveer una solución para el desempleo y desamparo urbano”.
¿Cómo nace Mi Valedor?
El proyecto Mi Valedor surgió hace más de dos años, cuando María Portilla, una de las socias, tuvo la oportunidad de acercarse al primer modelo de street paper que se conoce: The Big Issue, creado en Londres.
La idea era simplemente adaptar a la Ciudad de México un modelo que había tenido éxito en más de 100 ciudades en todo el mundo. Pero no era tan fácil como sonaba.
La iniciativa tomó más tiempo de lo esperado, ya que se trata de un proyecto multidisciplinario que trabaja con uno de los sectores más complejos y menos investigado en México: el sector de la calle.
A lo largo de estos años hemos podido acercarnos a las poblaciones callejeras y conocer mejor su forma de vida y sus necesidades. Pero es hasta ahora que podemos decir que la idea del periódico callejero Mi Valedor ya está listo para salir y lograr un cambio en la calidad de vida de aquellos que viven en la calle y desean mejorar su vida.
¿En qué países ya funciona este modelo?
Lo que comenzó en Londres hace más de 22 años se ha expandido alrededor del mundo y funciona en países como Japón, Australia, Argentina, Brasil, Sudáfrica, etc. ¡Y ahora también en México!
Resulta entendible que proyectos sociales como un street paper tengan éxito en ciudades económica y socialmente más desarrolladas y con menos densidad de población que la Ciudad de México, como Tokio, Londres o París pero, ¿un proyecto como éste podría tener el mismo éxito en la situación de calle de la Ciudad de México?
Estamos conscientes de que la situación de calle en México es muy diferente a la situación de calle que se vive en Europa o Estados Unidos. Sin embargo, creemos que los mexicanos estamos lo suficientemente sensibilizados como para querer ser parte de un cambio dentro de esta caótica ciudad, donde encontrar ése balance es cuestión de generar una comunidad más genuina, porque ahí esta la naturaleza del mexicano (basta con recordar cómo nos unimos en el temblor del 85).
Creemos que es cuestión de crear un incentivo lo suficientemente atractivo para la sociedad y que de esta manera la sinergia entre los participantes se forje de una manera orgánica.
¿Qué responderías a los detractores y escépticos?
Somos seis mujeres con un mismo fin en la mente: ser partícipes y propositivas de las problemáticas en nuestro país. Elegimos el camino de la creatividad y la comunicación editorial. No lo hicimos solas; replicamos un modelo internacional probado y certificado que ya opera exitosamente en varios países del mundo.
Decidimos hacernos útiles desde lo que somos y con lo que podemos, frente a una situación grave y real. Todos los días nos capacitamos, formamos y asesoramos con expertos de las diferentes áreas relevantes para el proyecto.
Trabajamos desde la sinceridad, con el cariño y siempre buscando armonía. Practicamos una política de apertura e inclusión, así como una cultura del compartir. Quienes están cerca de nosotras, lo saben.
Cifras ‘en cada esquina’
“La cifra exacta sobre la cantidad de personas en situación de calle en nuestra ciudad es inexacta porque no existen censos oficiales y las cifras varían dependiendo del estudio que se tome como fuente,” afirma Paula García quien, por otro lado, aportó cifras e información sobre la situación de calle en el Distrito Federal.
En el 2000, se publicó un estudio estadístico realizado por el DIF-UNICEF-DF, que registró un incremento en la población de la calle: 14 mil 322 niños, niñas y adolescentes usan las calles y otros espacios públicos de la Ciudad de México como lugares de trabajo y vivienda.
De este universo total, solo el 7 por ciento dijo vivir en la calle. La Delegación Cuauhtémoc es la que registra la mayor concentración de la población de calle, con el 28.2 por ciento del total.
Del rango de niños de seis a 17 años que trabajan en las calles de la Ciudad de México, el 69 por ciento declaró haber nacido en ella. Mientras que el 51.8 por ciento de los niños que vive en la calle reportó ser migrante, originario de una entidad distinta.
Otro dato significativo que arroja el último censo realizado es el hecho de que la población que vive en la calle está compuesta mayoritariamente por adolescentes, que en un 79 por ciento tiene más de 12 años. El 56 por ciento reportó que la causa de abandono de la familia para salir a la calle se debió a maltrato.
Los niños y jóvenes que viven en la calle se dedican en un 52.8 por ciento a ser actorcitos, pepenadores y a la prostitución. Y entre un 29 y 39 por ciento ejerce la mendicidad, según esta misma fuente.
Recientemente se comenzó a detectar entre los niños y jóvenes que viven en la calle un gran número de casos de VIH, pues el 60 por ciento de esta población reporta haber tenido relaciones sexuales antes de los 17 años, y un 30 por ciento se inició antes de los 13 años.
En lo que respecta a la educación, el 95 por ciento de los niños y jóvenes de la calle se encuentra en situación de deserción escolar, y entre el grupo que comprende de los seis a los 17 años, el 16.1 por ciento reporta que no sabe leer ni escribir.
La drogadicción es otro de los problemas recurrentes entre los que viven en la calle: un 72.9 por ciento de los que tienen entre seis y 17 años usa algún tipo de droga. La Delegación Cuauhtémoc no solo concentra la mayor proporción de niños y jóvenes que viven en la calle, sino también el mayor índice de menores consumidores de droga, por lo cual supera el índice de consumo observado en el Distrito Federal.
Según la encuesta sobre discriminación, realizada en 2013 por el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación en la Ciudad de México (COPRED), “la población de calle sufre de maltrato, indiferencia y rechazo, y considera que sus derechos humanos, su integridad y libertad se ven vulnerados constantemente. Son personas que no tienen forma de ejercer el pleno derecho a la salud y al empleo, y que son discriminados de forma sistemática de la sociedad en la que viven”.
En tan solo un año se estima que la población en situación de calle ha incrementado en un 15 por ciento y además no existen políticas integrales que fomenten la reintegración social de estas personas, de acuerdo a las cifras dadas por el Instituto de Asistencia e Integración Social (IASIS-DF).
“Es momento de tomar cartas en el asunto y actuar para solucionar un problema que afecta a un gran sector de nuestra sociedad. Así como Mi Valedor, existen muchas otras iniciativas que desean abordar el problema desde otro punto de vista y lograr ir más allá del asistencialismo”, finaliza María Portilla, fundadora del proyecto.