La música siempre estuvo presente en la vida de la cantautora Adriana López- Acosta; sin embargo, durante gran parte de su vida esta pasión estuvo dividida entre su trabajo como periodista y copywriter. De nueve a siete se dedicaba a una vida “godín”, y de ocho hasta que su cuerpo aguantara, a ensayar y a hacer algunas presentaciones musicales.
Fue a mediados de la pandemia cuando Adriana hizo una valoración sobre su vida; al cumplir 30 años decidió darse una oportunidad musical y con ello, darle vida a su proyecto musical y a una nueva identidad llamada Agris.
“Yo me llamaba a mí misma una godín musical, era mi salario emocional. Desde 2019 empecé a diseccionarme, llevaba años decepcionada de mis logros profesionales. Como buena millenial criada por boomers, es decir, medirme en función de mi trabajo, a pesar de que era bueno, me sentía frustrada, porque no estaba haciendo la diferencia, ni estaba orgullosa”, comparte Agris.
Anteriormente ya había intentado cumplir sus sueños como publicista, luego como escritora y sus “tres intentos fallidos” de lanzar una novela. Por lo que estas emociones fueron su principal impulso para regalarse una “última oportunidad” y poner toda su energía en su pasión. Para ella implicó un riesgo, pues no veía viable ejercer como música económicamente.
“Hago este giro dramático a mis treinta, porque ya agoté todos los sueños de mi vida. Soñaba con ser periodista y aunque fue maravilloso, creo que no di el ancho, me decepcioné del oficio. Tuve que hacer esto, quiero dormir tranquila por las noches; siento que fue por necesidad de quererme a mí misma”, comparte Agris a Reporte Índigo.
Su apuesta por la música
Aunque Agris ya había estado involucrada en un par de proyectos musicales en su natal Guadalajara, Jalisco, durante 2020 compuso nuevas canciones. Para la cantautora era importante lanzar piezas que la representaran como persona y como música; se preguntó sobre qué quería proyectar y de letras que hablaran más allá del amor.
“Hablar del amor y desamor es súper necesario y no nos vamos a cansar de escribir al respecto, pero quería más, excavar y profundizar”, indica.
De esta búsqueda se desprende “El cuerpo que habito”, sencillo que no es una declaración de autoamor, sino una admisión de cansancio que surgió al reflexionar sobre qué iba ofrecer y distinguirse de otros artistas.
Esta pieza se trata de una declaración que la ha perseguido desde que era pequeña: su trastorno de conducta alimentaria, problema con el que lleva poco más de 11 años en rehabilitación.
“Quería ser lo más honesta posible y esta canción es una buena carta de presentación. Me parece super arriesgado, o sea, de que nadie me conozca a presentarles algo que duele. Creo que es un buen bombazo de salida, porque me describe muy bien, a nivel lírico y voz”, describe la cantante.
“El cuerpo que habito” no es un falso empoderamiento, ni tampoco es abordarlo desde un drama, es una pieza con la que Agris pudo encontrar paz. Además, al hablar de su propia experiencia de cómo siente y vive su cuerpo, desea que este mensaje llegue a más personas.
“¿Qué más oscuro o turbio que hablar del desorden alimenticio? Creo que es muy necesario para las personas que lo padecemos. Lo veo como una forma de hacernos justicia”, precisa.
“Yo lo confieso, a veces, odio este cuerpo. A veces me miro al espejo y puedo querer a quien veo. A veces hay corto circuito, me pierdo en el cuerpo que habito”, es parte de una estrofa con la que Agris lanza esta declaratoria, la cual tardó tiempo en procesar y escribir.
No obstante, lo más difícil para ella ha sido compartirla públicamente. La pieza viene acompañada de un videoclip donde se muestra desnuda, literal y metafóricamente.
“Hablar de esto una y otra vez me permite vivir con la canción. Para el video pensé, si estoy hablando de mi cuerpo, tengo que mostrarlo y decirles ‘ahí les va’. Nadie me conoce, pero cuando se metan a YouTube lo primero que van a ver son mis chichis.
“Nunca había hablado de que ‘odiaba mi cuerpo’, sólo con mi terapeuta, quien me dice que es un momento de exposición. He trabajado muchísimo internamente, pero ahora que tengo que hacerlo todo el tiempo por la chamba, es algo que no esperaba”, expone.
El camino de Agris hasta ahora ha sido, por momentos, muy complejo, a veces confrontativo, pero también muy sanador. Hasta ahora, aunque pocas personas lo han podido escuchar, la gente le ha comentado lo poderoso que fue para ellas escuchar su canción.
“He recibido mensajes y comentarios de personas de distintos géneros y cuerpos e historias que me han compartido y de cómo les duele a ellas. Se me hizo muy inesperado, porque yo estaba tan preocupada en exponerme y recibir mensajes tan lindos, es un acompañamiento que agradezco.
El camino a futuro
“El cuerpo que habito” abre paso al material discográfico que Agris estará presentando a lo largo de este año, para en 2024 lanzarlo oficialmente. A pesar de aún no tener título, la cantautora se aventura a decir que podría llamarse “los 20 estuvieron cabrones”. Además, adelanta tendrá 10 tracks.
“Sí es uno de los temas más fuertes, es una probadita de todo el disco, pero habrá más luminosidad. Hay canciones de todo, de tirarse al drama, aunque me encanta, tendrá las experiencias de enamorarme, desenamorarme, salir del trance, tener distintas experiencias y vivir cosas fuertes a nivel familiar”, explica la artista.
Agris respira, ríe y confiesa que se siente en un momento de mucha tranquilidad. La música ha sido una gran compañera para sanar sus heridas.
Y aunque el camino ha sido duro para reencontrarse, ahora agradece haber elegido esta profesión, pues a comparación con otras, ahora sí siente el feedback inmediato.
“Más que ser cantante o artista, yo soy escritora, lo que hago es escribir canciones para cantarlas. Ahora puedo ver en el rostro de las personas si les gusta, si conectan, o no. Es un arma de doble filo, pero me gusta mucho la inmediatez de conexión entre el artista y el público. Agradezco a la música esa satisfacción o decepción instantánea”, concluye.