La Escuela del Ballet Folklórico de México de Amalia Hernández se fundó en abril de 1968; es una institución que va de la mano con la compañía profesional que ha sido, no solamente un semillero para las generaciones sobre la línea, sino también pieza clave para la promoción y difusión de la danza en todos los niveles, desde de niños, hasta adultos mayores, gente que quiere simplemente tomar clases de danza para conocer un poco más las costumbres de las diferentes épocas y regiones del país.
A pesar de que la escuela se enfoca primordialmente en la enseñanza de la danza folkórica, no deja de lado danzas complementarias, pero fundamentales para el fortalecimiento de la técnica como el ballet clásico, bailes de salón y danza afro cubana. Y este año lo seguirá haciendo, pero ahora en línea.
“Se han promocionado cursos regulares todos los años y este año —que ha sido atípico y que hemos estado con la imposibilidad de dar cursos presenciales—, hemos descubierto la posibilidad de dar cursos en línea, que afortunadamente han dado muy buenos resultados, hemos aprendido a generar y no interrumpir estas actividades dentro del ballet que son esenciales y también generan ingresos para darles trabajo a los maestros”, explica Salvador López, director general del Ballet Folklórico de México.
Este mes inician los cursos regulares, que son una continuidad de los que se dan año con año y que incluyen una serie de talleres, carreras de bailarín profesional y bailarín ejecutante; además, inauguran un diplomado en producción escénica.
“Digamos que es un abanico de posibilidades que están insertas en este proyecto a la distancia, de clases virtuales, y que ha tomado la gente de buena manera y seguimos con nuestra cantidad de personas estables que siguen interesadas”, comenta Salvador, en entrevista con Reporte Índigo.
Conscientes del reto que conlleva dar clases a distancia, el equipo de la escuela generó nuevas ideas y sistemas para hacerlas más amigable y cercanas a los alumnos.
“No puede salir la emoción de la danza, es muy difícil establecer los compactos, la cercanía, la conexión con los alumnos, pero lo que te puedo afirmar con base en la experiencia de los cursos de verano, es que tenemos maestros muy capaces, damos un seguimiento muy personal, no solamente es la clase en línea, sino que tenemos horarios de revisión de errores en el desarrollo de las técnicas, tenemos conversatorios en donde platicamos con los alumnos de sus inquietudes, damos seguimiento puntual a las tareas y a los quehaceres de los alumnos, sobre todo a la gente del diplomado”, dice el director general.
Con toda esta experiencia, Salvador López asegura que a pesar de que las actividades presenciales regresen “más temprano que tarde”, el proyecto de clases virtuales llegó para quedarse, porque les permite tener un mayor alcance.
Actualmente cuentan con alumnos de Europa y de toda América, lo cual ven como una oportunidad de difundir la cultura de México a través de la danza.
Toma nota Para mayores informes puedes visitar la página de la Escuela: https://bit.ly/36IJQoE