En la habitación de su adolescencia, el santuario musical de Daniela Spalla estaba tapizado con posters de Britney Spears, Cristina Aguilera y las boy bands que definieron los años 90. Desde ese cuarto, donde los límites entre realidad y fantasía se desdibujaban, la cantante deja atrás los miedos que antes la paralizaban al soñar en grande y los sustituye con la valentía de abrazar la esencia intrépida de su juventud.
En un emotivo homenaje a esos momentos que la moldearon, Daniela da vida al disco Dara. En este punto más firme de su carrera, la cantante argentina hace realidad cada sueño que alguna vez le infundió temor a través de un viaje de autodescubrimiento “y de fantasía pop”.
“Estoy en un punto donde le puedo dar a esa adolescente el gusto de hacer un show con una buena producción. Le agradecería porque mi cabeza fue poniendo más límites, sobre todo cuando estaba en la escuela o estudiaba jazz; estoy recuperando todo lo que quería esa adolescente. Ahora le diría que en algún momento va a tener su sueño hecho realidad, que confíe”, cuenta Daniela en entrevista con Reporte Índigo.
Con el disco Dara, Daniela Spalla no solo celebra la música pop que la inspiró, sino también el viaje de una joven que sigue elevándose. Sin embargo, la artista argentina confiesa que, al crear este álbum, experimentó temores intensos al cuestionarse si sus seguidores aceptarían un giro musical diferente.
“Llego a este lanzamiento con un camino recorrido y un público con quien he construido una relación y una conexión muy fuerte. Por eso al inicio de hacer este disco tuve miedo, porque quería hacer algo diferente, y no sabía si a mi público le iba a gustar o que quizás podía estar traicionándolos, pero tuve que enfocarme en lo que yo necesitaba y defender lo que yo necesitaba y esperar que el público lo recibiera bien.
“Pero me liberé a medida que iban saliendo los sencillos y veía la buena respuesta de la gente, eso me ha permitido soltar, por fin, todos mis miedos”, añade la cantautora.
El álbum cuenta con 11 temas, entre ellos: “Calle sin salida” , “Canciones tristes”, “Aceleré” y su colaboración más reciente con Esteman, titulada “Besos pendientes”.
El inicio de sus sueños
Durante su adolescencia, Daniela Spalla recuerda el inicio de su sueño de ser cantante. En aquel tiempo, mientras sintonizaba los programas de rock y documentales sobre la vida de artistas que MTV transmitía, ella tejía su aspiración sin importar que Argentina atravesara una de sus peores crisis económicas en el año 2001.
“Veía en esa época el detrás de escena de la vida de estos artistas que admiraba, me hacía ver que eran personas reales. Entonces dije, ‘yo quiero hacer eso’. Y a los 18 años estudié música”, comparte la argentina.
En ese momento su inspiración principal se encontraba en el rock argentino. Al principio, como todo aprendizaje, comenzó copiando armonías y a cantar, incluso tomando como referencia la inconfundible voz de Whitney Houston, aunque reconoce que no le salía igual.
En este período de autodescubrimiento, entre los 18 y los 22 años, Daniela comenzó a escribir sus propias canciones.
“Me alejé un poco del pop y empecé a escuchar jazz, porque para la composición es muy importante. Tanto el rock argentino como el jazz fueron mi inspiración principal cuando comencé a escribir y después a mostrarlas en vivo, eso me daba mucho nervio, porque iba a compartir lo que me estaba pasando con el público.
“Si había alguna amiga, amigo o familia también en el show iban a saber y me daba mucho pudor. Con el tiempo fui perdiendo ese miedo y ahora es una adicción contar lo que me pasa a través de la música”, platica.
Historias de amor y desilusión
En sus composiciones, Daniela Spalla fusiona su experiencia personal con historias que observa, escucha y le cuentan. Su enfoque narrativo se refleja en canciones que, aunque a veces, parecen hablar de historias de amor, son en realidad relatos de las desilusiones que, por ejemplo, vivió en sus relaciones profesionales con managers y productores al principio de su carrera.
Con discos como Camas separadas, centrado en una temática de ruptura, y otros como Puro teatro” y Dara, donde se entrelazan historias inventadas y experiencias personales, Daniela Spalla demuestra su habilidad para analizar y plasmar en sus composiciones una rica variedad de experiencias y emociones.
“En Camas separadas había mucho para decir, analizar y sacar, ya después con Puro teatro y Dara tienen historias inventadas y otras experiencias que me han contacto, pero en todas siempre hay algo de mí”, abunda.
Ahora Daniela Spalla considera que vive uno de los mejores momentos, en los que se despide de sus miedos para cumplir con viejas promesas.
Con una sonrisa y feliz por el camino recorrido, la cantante dice que se identifica actualmente con la canción “Aceleré”, pues, además de ser la que está promocionando es una de las que más atesora porque define ese momento en que sólo tuvo que cerrar los ojos, confiar en ella y seguir adelante.
“Insisto con lo de sentir miedo, porque así fue y esta canción lo narra. Tuve que decir, ‘alto, vamos a trabajar’, Estuve muy paralizada, no sabía si la gente iba a recibir bien o mal estas canciones. Me junté con mi disquera, con mi management y me dijeron, ‘ya hay que empezar’.
“Esa fue la primera vez que sentí que alguien me estaba apurado, pero lejos de sentirlo como una presión, me vino muy bien, fue algo que necesitaba, que alguien me sacudiera un poco para que pudiera dar ese primer paso hacia adelante”, narra.
La fantasía pop
Daniela Spalla considera que el pop vive una reivindicación, un ejemplo es cómo ha logrado fusionarse con géneros como el urbano y el reguetón.
“Se decía mucho hace unos años que el reguetón era el nuevo pop y los artistas de pop también empezaron incursionar en este género. Es algo muy propio del pop, se deja permear por la música que está en tendencia. Thalía ha hecho reguetón, electrónica y acústica, es una clara representación de lo que es un artista de pop, alguien que va jugando con las tendencias y encuentra también su identidad”, considera.