Dahlia de la Cerda: odian que personas que no pertenecen a sus élites tengan tanto éxito

En Medea me cantó un corrido, la autora toma a ese personaje mitológico para entrelazar relatos sobre el aborto, desapariciones forzadas y niños sicarios. En entrevista, habla de los haters que la acechan en redes sociales
Abida Ventura Abida Ventura Publicado el
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Dahlia de la Cerda (Aguascalientes, 1985) acaba de lanzar su nuevo libro Medea me cantó un corrido (Sexto Piso, 2024), en algunos medios se han publicado apenas algunos fragmentos de estos relatos protagonizados por mujeres que deciden abortar, que viven al acecho de la violencia o están en busca de sus desaparecidos, pero en redes sociales ya hay usuarios criticando su estilo, incluso el hecho de apropiarse de un personaje de la mitología griega.

“La verdad, en mi momento más alucin, sí digo que me tienen envidia”, dice a Reporte Índigo la autora cuya imagen combativa en las redes sociales contrasta con su trato cálido y bromista.

En entrevista, la  autora de Perras de reserva habla de ese libro que ha sido finalista del Premio Ribera del Duero de Narrativa Breve 2024 y que ha comenzado su recorrido en las mesas de novedades y en las ferias de libro más importantes del país.

Los relatos de este libro suceden al ritmo de perreo, corridos tumbados, cumbias y kyttychelas

¿La Medea de tu libro es como la amiga que quisieras que estuviera siempre a tu lado?

Sí, yo quería que Medea fuera como esa amiga, tía, esa confidente, que está ahí contigo cuando necesitas un abrazo; cuando necesitas que alguien te dé un consejo, que alguien te sostenga la mano, porque las mujeres nos sostenemos unas a otras y me parece importante reivindicar esos vínculos y visibilizarlo, hasta en cosas tan pequeñas. Estos últimos días han sido bien ajetreados, ya quiero llorar de cansancio, he tenido mucho trabajo y he dormido dos, tres horas, y el otro día a la Gandhi una amiga me llevó vitaminas. Esos detalles, que parece que no son importantes, lo son porque son cuidados, son sostener la vida de otra personas.

¿Qué retos implicó tomar estos elementos de la mitología griega,  jugar con ellos en el contexto mexicano y subvertir un personaje femenino?

Yo no era fan de reescribir a los clásicos y menos a los griegos. Y yo decía que tampoco haría eso. Un día, pensando en este libro, ya tenía dos temas: las mujeres que abortan en contextos diversos y los niños reclutados por el crimen organizado, pero no sabía cómo hilar estos dos temas. Estaba esperando  a que mi vato terminara su rutina en el gimnasio, entré a TikTok y me salió un chico que cuenta chismecitos de mitología griega,  contó la historia de Medea y me pareció interesante. Claro que sabía quién era porque estudié mitología griega, pero nunca le había puesto tanta atención a su historia. Ahí dije: ‘¡la pieza que me falta es Medea!’. Porque es una mujer que, desde la narrativa tradicional, enloquece de celos, mata a sus hijos, agarra los cadáveres y se los lleva para que el ex, el papá de los niños, no tengan los cuerpos para darles los ritos funerarios, y pensé que podía redimirla, que viniera a ayudar a abortar y a buscar desaparecidos en este país.

Meter a Medea entre las historias de los otros personajes fue complicado porque no se sentía tan orgánico. Y es que la tropicalizas o mexicanizas o la dejas griega, no había algo en medio. Fue un proceso difícil, pero ahí está.

Y ahora que ya tenemos una presidenta mujer, ¿qué esperas de ella respecto a estos dos grandes temas, aborto  y desaparición forzada?

Del aborto no puedo esperar nada porque ella está a favor de que las mujeres y personas con capacidad de gestar tengan autonomía corporal. Además, tampoco podría hacer mucho, lo que puede hacer es conservar lo que ya hemos conquistado. Van 14 estados despenalizados y los que faltan se tienen que hacer vía local.

Sobre las desapariciones forzadas, ahí sí, híjole, es muy complicado porque no concuerdo con su política de seguridad pública, yo quisiera que ella se lo replanteara y que dijera: ‘voy a profesionalizar a las policías y a sacar al ejército de las labores de seguridad pública’, pero no lo va a hacer, entonces pues es la desesperanza total porque, mientras el ejército esté cumpliendo tareas de seguridad pública, no se va a frenar la crisis de desapariciones.

En tu libro, en esta especie de corrido en voz de Medea, mencionas que se ha llegado a celebrar la desaparición de una persona, sobre todo si se le vincula con el crimen organizado ¿Cómo llegamos a esa deshumanización? 

No sé, pero me sorprende mucho y es algo que puedes ver siempre. Por ejemplo, Ceci Flores, que es una madre buscadora, constantemente recibe críticas; incluso simpatizantes de la 4T le sacan que sus hijos están desaparecidos por ser sicarios, como si eso los hiciera menos desaparecidos o dejara de ser una desaparición forzada. Yo no sé si eran o no, tampoco me interesa, lo que yo veo es una madre que está buscando a sus hijos. No me interesa a qué se dedicaban  sus hijos porque, independientemente de si estás en conflicto con la ley o no, sigue siendo un ser humano con derechos. No sé qué nos ha llevado a ese punto de deshumanización, creo que los seres humanos siempre hemos tendido a ser despreciables, pero ahora que tenemos redes sociales y podemos explayarnos se nota más.

'Me parece que usar el argot tiktokero es una evolución del lenguaje. Me interesa dejar registro de cómo en distintas épocas hablamos distinto, pero me interesa el habla que usa la gente de a pie, no de quienes la estudian”
Dahlia de la Cerdaescritora

Tú has estado en ese fuego cruzado de las redes sociales también ¿cómo lidias con eso?

No lidio, es que no me importa. Tengo problemas en la vida real, vivo en un contexto muy complicado donde, cuando no es el anexo, es la cárcel, es el embarazo adolescente o hay que internar a esta persona en el neuro.   ¿Tú crees que me va a preocupar lo que dicen en X? Pues no, pero también es que hechos son hechos, pueden decirme que Perras de reserva está culero, pero tiene muchos premios, muchas traducciones; las lectoras lo aman. Eso es lo que me interesa, no la opinión de alguien con quien no iría ni a la esquina.  Tú ves que me peleo, pero me peleó en moderada porque hay gente a la que sí quisiera ponerle cachetadas y me frustra mucho no poder hacerlo, pero la verdad no me afecta.

A Medea me cantó un corrido ya lo están criticando, que está horrible y yo digo: ‘bueno, estuvo nominado al premio más importante de Narrativa Breve en español. ¿A quién le voy a creer? ¿a ti o al jurado? ¿o a la gente que ya lo está buscando para traducirlo?  Más bien, me enoja no poder ponerme bien perra. Habiendo tantos escritores horribles que criticar, sionistas, racistas, agresores sexuales, ¿por qué se ensañan tanto conmigo?. Yo ni los topo, si no fuera porque me tiran hate y se aferran conmigo y eso me desconcierta mucho.

¿Es un tema de clasismo, polarización ideológica…? 

Yo pienso que es envidia. La verdad, en mi momento más alucin, sí digo que me tienen envidia, no me lo explico de otra forma . También creo que tiene que ver con un tema de clase, que odian que personas que no pertenecen a sus élites tengan tanta atención y tanto éxito; también de misoginia hacia las autoras, por ejemplo Fernanda Melchor, también recibe muchísimo hate y es muy exitosa. No creo que sea casualidad.

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