Con el inicio del Año Nuevo, reaparece el entusiasmo por alcanzar los objetivos establecidos. Alguno de ellos son hacer ejercicio, ponerse en forma y practicar algún deporte. Desafortunadamente, existen muchos consejos sobre ejercicios que lejos de ayudarte podrían hacer más daño que bien.
Por ello, te dejamos algunos de los mitos sobre el entrenamiento, así como la ciencia real que puede ayudarte a alcanzar tus objetivos de acondicionamiento físico de una manera saludable.
Mito: Para mantenerse en forma, sólo se necesita hacer ejercicio una o dos veces por semana
Verdad: Para que sus entrenamientos produzcan resultados reales, debe hacer ejercicio de tres a cinco veces por semana
Mito: Es mejor entrenar por la mañana y en ayunas
Verdad: El mejor momento para ejercitarse físicamente es aquel que se hace de forma consciente y pueda convertirse en un hábito. Los estudios demuestran que es indiferente el momento del día, ya sea mañana, tarde o noche
Mito: Sudar abundantemente es adecuado para perder peso
Verdad: Realizar alguna actividad física con ropa excesivamente gruesa, restringir la ingesta de líquidos o ejercitarse a las horas de más sol son prácticas que ponen en riesgo el estado de hidratación a causa de una pérdida excesiva de agua
Mito: La grasa puede convertirse en músculo
Verdad: Fisiológicamente hablando, la naturaleza es incapaz de convertir la grasa en músculo. Se trata de dos tipos de tejidos completamente diferentes, y cuya formación y destrucción también es diferente
Mito: Sólo los ejercicios abdominales ayudan a marcar y tonificar el músculo
Verdad: La pérdida de grasa localizada no existe, y ejercitar determinados músculos no implica quemar la grasa que los recubre. Ni a nivel abdominal ni en ninguna otra localización del organismo
Mito: Las bebidas deportivas son una buena opción para rehidratarse
Verdad: La pérdida de grasa localizada no existe, y ejercitar determinados músculos no implica quemar la grasa que los recubre. Ni a nivel abdominal ni en ninguna otra localización del organismo Estas bebidas son una fuente de azúcar y agua. En su lugar, los expertos recomiendan beber agua para la rehidratación, y usar alimentos con alto contenido proteico tras un entrenamiento, ya que las proteínas ayudan al crecimiento muscular