“Hay que vencer el miedo”, “podemos hacer lo imposible”, “el arte salvó mi vida”, “yo creía que los hombres éramos mejores”, “aunque no nací con las posibilidades encontré el camino”, “las mujeres sí soñamos”, “cada mañana me levanto a construir un nuevo día” y “tengo un sueño”, son palabras de niños y niñas que forman parte del programa Cultura Comunitaria, de la Secretaría de Cultura federal (SC).
Más de mil 300 de ellos se darán cita el próximo martes 7 de diciembre en el Auditorio Nacional para presentarse en Tengo un sueño 2021, un magno evento en donde a través de la música, danza, teatro, circo, literatura, artes visuales, saberes tradicionales y lenguas originarias, demostrarán cómo les ha cambiado la vida este proyecto.
Sin embargo, la pandemia les quitó la oportunidad a muchos niños y niñas de seguir formando parte de este programa. Al cierre de 2020, se sabe que alrededor de 2 mil no tuvieron las posibilidades de continuar trabajando de manera constante y hubo una disminución de alrededor de 60 semilleros con respecto a 2019.
“Fue un proceso muy difícil el poder adaptar el trabajo comunitario, colectivo, porque requería este sentido presencial durante la pandemia, hubo casos en donde el Internet no era una opción, donde no se pudo trabajar de manera virtual; en esos casos los maestros tenían que ir a las casas a apoyarse de las mamás y de los papás para enviar kits de materiales; entonces, en varios de los semilleros sí provocó una merma en la cantidad de niños y niñas”, comentó Esther Hernández, directora general de Vinculación Cultural de la SC y responsable del proyecto.
A pesar de esas bajas, Hernández explicó que mantienen un número balanceado con respecto a 2019, porque algo curioso que pasó fue que en los lugares donde sí podían trabajar vía Internet, los semilleros pudieron ampliar su trabajo a otras comunidades.
Actualmente se encuentran activos alrededor de 271 semilleros y nueve están retomando sus actividades, de los 319 que había en 2019.
Una mirada al interior de Cultura Comunitaria
Durante la conferencia de prensa, Alejandra Frausto, titular de la SC, aseguró que quienes están formando los semilleros ya saben que no hay imposibles y que pueden estar en cualquier escenario del mundo por dedicarse a transformar su vida a través del arte.
“Estamos aterrizando un sueño colectivo, lo estamos viviendo todos los días, y es un sueño que tiene que construir esperanza, no tenemos derecho a perderla, y aquí se construye cada día”, afirmó.
Para conocer un poco más de lo que ocurre al interior de este proyecto, el 20 de octubre se estrenará en el Auditorio Nacional el documental Tengo un sueño 2019, elaborado por el semillero creativo de Cine de la Ciudad de México, el cual muestra el proceso creativo y artístico de niñas, niños y jóvenes que participaron en la primera edición de este evento.
“Ellos recorrieron el territorio conociendo de las voces de los protagonistas de esta historia, que son niños y niñas de todo el país, algunos semilleros y nos lograron transmitir en un documental extraordinario lo que está sucediendo en Cultura Comunitaria”, indicó la funcionaria.
Frausto también agradeció a las maestras y maestros que mantienen vivos los semilleros, porque así la niñez de México vive libre, construyendo a través del arte, el sueño de un país incluyente, sin racismo y sin discriminación, donde todas las culturas y las disciplinas artísticas sean el camino de la transformación.
“Miles de niños dejaron de ser espectadores pasivos y se han convertido en actores de arte, de transformación individual y comunitaria, por eso nos emociona mucho invitarlos a partir del 20 de octubre a ver Tengo un sueño 2019, la película, y el 7 de diciembre para asombrarnos y seguir construyendo este sueño colectivo”, dijo.