En el mundo, cerca de 300 millones de personas padecen de asma, en México, aproximadamente, del cinco al 12 por ciento de la población. Se trata de una enfermedad crónica inflamatoria de la vía aérea, potencialmente grave, que al ser limitante es causa de ausencia laboral y en el “estatus asmático” puede llegar a causar la muerte.
El doctor Said Arablin Oropeza, médico alergólogo e inmunólogo pediatra, destaca que la importancia de los síntomas de este padecimiento están estrechamente vinculados a la salud pulmonar.
“Dado que el asma causa síntomas respiratorios como sibilancias, dolor de pecho, opresión y tos, suele confundirse con otras afecciones comunes de las vías respiratorias, principalmente, infecciosas, por lo que se retrasa el diagnóstico correcto y los pacientes reciben antibióticos de manera innecesaria”, señala el especialista.
En ese sentido, es considerada como una enfermedad grave por la intensidad y duración de sus síntomas respiratorios. No obstante, las personas con esta afección pueden tener una vida normal con ayuda de un alergólogo o inmunólogo, quién indicará el tratamiento adecuado para el control de la enfermedad.
La clave es anticiparse, ya que se ha observado que los primeros síntomas pueden presentarse desde la infancia, afectando al 12 por ciento en niños a nivel mundial.
“Afortunadamente, los agentes biológicos representan una innovación importante en el tratamiento de enfermedades cuyo origen es la llamada inflamación tipo 2, como el asma moderada a grave, y en donde estas innovaciones evitan el daño pulmonar y disminuyen el riesgo de crisis fatales”, agrega el doctor Arablin.
Sin embargo, aclara que esta respuesta del sistema inmunitario, conocida como inflamación tipo 2, también puede aparecer en diferentes partes del cuerpo y manifestarse con diversos padecimientos, como la dermatitis atópica, poliposis nasal y rinitis alérgica.
Por ello, es clave la detección temprana, principalmente en pacientes con antecedentes familiares de enfermedades alérgicas, que tienen más riesgo de padecer alguna de estas comorbilidades de manera simultánea.
Además de afectar la función pulmonar, el asma trae una fuerte carga emocional, pues según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el asma ha provocado la pérdida de 24.8 millones de años de vida por la discapacidad que puede ocasionar y ocupa el puesto 16 entre las principales causas de años vividos con incapacidad.
“Los periodos de deterioro conocidos como crisis o exacerbaciones pueden afectar significativamente el ámbito emocional y social tanto de niños como de adultos. Por ello, tener el asma bajo control significa que la enfermedad no debe interferir en la vida diaria del paciente y pueda hacer actividades normales: realizar deporte, dormir toda la noche con tranquilidad, tener pocos o nulos síntomas en el día”, finaliza el especialista.
Tipos de asma
Alérgico:
Se le conoce como inflamación tipo 2 e involucra a los linfocitos Th2. Existe un componente genético y los pacientes cursan con atopia, lo que implica un aumento en un anticuerpo llamado IGE que propicia que los asmáticos sean susceptibles a ciertos factores exógenos detonantes y a otros no.
No alérgico:
Se le conoce “no tipo 2” e involucra a los linfocitos Th17. Causa una inflamación de la vía aérea a través de los eosinófilos, los basófilos, las células cebadas y los macrófagos.
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