Mañana se conmemora el Día Mundial del Corazón que este año pone énfasis en la creación de entornos saludables, como estrategia necesaria para reducir los factores de riesgo asociados a las enfermedades cardiovasculares.
Dichos padecimientos son la primera causa de muerte en el mundo y en la mayoría de los países de la Región de las Américas, donde causan 1.6 millones de muertes al año; 30 por ciento de ellas prematuras en personas de 30 a 69 años.
México tiene uno de los índices de mortalidad y de enfermedades cardiovasculares más altos a nivel mundial, y de acuerdo a datos de 2018, 20.7 por ciento de las mortalidades que se registraron durante ese año, son atribuibles a estas enfermedades.
“Cuando hablamos de enfermedades cardiovasculares es un conjunto de trastornos que puede ir desde el infarto al miocardio, insuficiencia cardiaca y hasta un evento vascular cerebral, un problema de insuficiencia, entre otros”, explica el doctor José Gotés Palazuelos, médico internista y endocrinólogo del Instituto Nacional de Ciencias Médicas “Salvador Zubirán”.
Por su parte, Ricardo Robert Cervantes, catedrático de la Facultad de Fisioterapia de la UPAEP, dice que gran parte de las defunciones atribuidas a enfermedades del corazón ocurrieron en el domicilio de la persona, al no alcanzar llegar al hospital.
La OCDE en el 2015 reportó que México es uno de los países en los cuales su población tiende a desarrollar infartos agudos al miocardio en edades más jóvenes.
Robert Cervantes dice que uno de los factores que influyen principalmente en las personas para que padezcan alguna enfermedad del corazón es la obesidad, al grado que la OMS indica que el 73 por ciento de la población adulta en México, registra algún grado de sobrepeso.
Una gran proporción de las muertes podría evitarse con una alimentación saludable que reduzca el consumo de sal, con ejercicio físico y evitando el consumo de tabaco.
La diabetes incrementa el riesgo
El doctor José Gotés Palazuelos asegura que si se revisan las bases de datos en México, en específico, son las enfermedades coronarias las que provocan una mayor cantidad de muertes.
“Estas enfermedades coronarias se han ido incrementando a lo largo del tiempo, de tal manera que esto es algo que iremos padeciendo a lo largo de los años, aunado a esto, la diabetes es uno de los principales factores de riesgo para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares”, señala el especialista.
La diabetes incrementa el riesgo a través de múltiples mecanismos, ya que la persistencia de niveles altos de glucosa crónicamente elevada favorece la aparición de lesiones a nivel de los vasos sanguíneos que llevan la sangre al corazón, es decir, incrementa el riesgo de padecer otras enfermedades, como la hipertensión.
“Si uno va juntando todos esos factores de riesgo, va incrementándose todavía más la posibilidad de que una persona presente a largo plazo padecimientos cardiovasculares”, enfatiza el doctor José.
De tal manera que en el contexto de una persona que vive con diabetes, se debe buscar no sólo controlar los niveles de glucosa, sino además los otros factores de riesgo, como el excesos de peso, la presión arterial elevada y el consumo de tabaco, por lo que se requiere una estrategia integral de tratamiento.
La diabetes incrementa 2 y hasta 4 veces más la posibilidad de morir por un evento cardiovascular. La mejor manera de prevenir eso es con todos aquellos cambios que no requieren de medicamentos, es decir, los que tienen que ver con el estilo de vida: evitar el consumo de tabaco, vivir una vida activa, realizar actividad física y llevar un plan de alimentación sano y balanceado.
“Serían estrategias que toda persona idealmente debería llevar a cabo a largo plazo para disminuir este riesgo y eso con el propósito de bajar los niveles de glucosa, de presión arterial y de peso”, afirma.
Sin embargo, la mayoría de las personas que viven con diabetes requerirán tratamiento farmacológico. En México, actualmente, existen muchas opciones terapéuticas que han mostrado beneficios en la salud cardiovascular.
“Tenemos medicamentos y grupos terapéuticos que a través de su mecanismo de acción favorecen la reducción de peso, de presión arterial y en ese sentido han mostrado beneficios en la salud cardiovascular”, argumenta el experto.
Una persona que ya ha presentado un evento cardiovascular debe ser considerada de muy alto riesgo, ya que es probable que sufra otro, por lo que es recomendable que cumplan con las indicaciones no farmacológicas para disminuir el riesgo a largo plazo.
“El mensaje es hacia lo positivo, en donde una persona puede cumplir sus metas de control, porque eso lo llevará más adelante a una vida más saludable”, reflexiona el experto.
Reducir el estrés emocional para el corazón
Un equipo de investigadores dirigido por un médico del Massachusetts General Hospital descubrió recientemente que el estrés provoca una serie de condiciones médicas que pueden hacer que alguien sea más susceptible a un evento cardiovascular, como un accidente cerebrovascular o un infarto.
El equipo, dirigido por Ahmed A. Tawakol, descubrió que la actividad en cierta parte del cerebro, conocida como la amígdala, puede predecir enfermedades cardiovasculares futuras. Se ha demostrado que la amígdala desempeña un papel importante en la regulación de las respuestas al miedo.
“Con la amígdala como punto de partida, mostramos por primera vez en humanos que el estrés provoca un aumento en la actividad de la médula ósea y la inflamación en los vasos sanguíneos”, dijo Tawakol.
Con estos nuevos hallazgos, los médicos están enfocando más sus esfuerzos en el papel del estrés emocional en la salud y la enfermedad. El doctor explicó que ahora se está centrando en cómo los pacientes pueden controlar el estrés utilizando técnicas como las prácticas de atención plena y el ejercicio.