Cuestión de actitud
Competencias de música como el popular programa “La voz” intentan recuperar el valor del talento sobre la imagen, pero quizá sus esfuerzos serían más efectivos si se mantuvieran sin ver a los participantes hasta después de decidir quién gana.
Tras realizar experimentos en un grupo de 106 artistas con experiencia como jueces en estos concursos, unos investigadores determinaron que al valorar a los intérpretes se considera su actitud y movimientos por encima de sus habilidades musicales.
Ana Paulina ValenciaCompetencias de música como el popular programa “La voz” intentan recuperar el valor del talento sobre la imagen, pero quizá sus esfuerzos serían más efectivos si se mantuvieran sin ver a los participantes hasta después de decidir quién gana.
Tras realizar experimentos en un grupo de 106 artistas con experiencia como jueces en estos concursos, unos investigadores determinaron que al valorar a los intérpretes se considera su actitud y movimientos por encima de sus habilidades musicales.
Para llegar a esa conclusión, dividieron a los “jueces” en tres grupos para enseñarles distintos aspectos de las interpretaciones de los finalistas en competencias de música clásica. A unos les enseñaron solamente el sonido, a otros el video, y a los terceros ambos.
Y se les pidió que identificaran al ganador en 10 casos distintos.
Cuando se les preguntó a qué factor daban más importancia en los shows, dijeron que al sonido, pero aquellos que solamente escucharon el audio de las muestras, solamente identificaron al ganador el 26 por ciento de las veces, mientras que quienes solamente vieron el video lo consiguieron en el 47 por ciento de las ocasiones.
Al replicar el experimento con jueces sin antecedentes en el medio, los resultados fueron similares: el video silencioso obtuvo las predicciones más precisas sobre quién ganaría un concurso de música.
La clave es la pasión
Para identificar las razones del fenómeno, se pidió a los participantes que señalaran al músico más apasionado en cada selección. Bajo este criterio, el intérprete elegido coincidió con el ganador en el 60 por ciento de los casos, más que siguiendo cualquier otra instrucción.
Este estudio fue publicado recientemente en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences.