Cuentos para no dejar de soñar, una aventura de cabaret para niñas y niños

Talia Loaria integra su amor por el cabaret con su experiencia como madre, dando lugar a obras teatrales inclusivas. En su última producción narra historias inspiradoras de figuras destacadas como Malala y Nina Simone
Karina Corona Karina Corona Publicado el
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Por más de 20 años, la actriz Talia Loaria ha dedicado su pasión, entrega y talento al teatro cabaret; no obstante, en un punto de su vida tuvo que equilibrar su amor por el cabaret con la maternidad. Desde que es madre se adaptó a los horarios poco compatibles entre la vida nocturna del cabaret y las demandas de la maternidad.

En entrevista con Reporte Índigo, la actriz cuenta que decidió entonces explorar el teatro cabaret para infancias. Esta transición le permitió seguir en el camino artístico y estar presente para sus hijos durante los ensayos y funciones. Para ella, el teatro cabaret se convirtió en una parte integral de su vida como madre y artista.

“Antes regresaba de dar show a media noche y a las cinco o seis de la mañana ya tenía que estar dando pecho; tuve que empatar estas dos cosas, porque si no, me iba a morir un día. Así empecé a hacer teatro cabaret para infancias.

“Ha sido como un gran complemento en mi maternidad y mi proceso de educar a estas dos personitas, de maternar y de criar. Ha sido una gran herramienta poder profundizar en estos temas y encontrar un lenguaje en el que yo pueda comunicarme con ellos, que nos entendamos”, comparte Talia.

Cuentos para no dejar de soñar en Carpa Teatro el Vicio, Madrid #13 Coyoacán, los días 7, 14, 21 y 28 de abril, a las 13:30 horas

Parte de este aprendizaje lo ha integrado en cada una de sus creaciones teatrales. Hasta la fecha, Loaria ha concebido tres obras de teatro cabaret dirigidas al público infantil. Cuentos para no dejar de soñar, su última producción, se presenta en los escenarios del Teatro Bar El Vicio.

Esta pieza la realizó en 2020 con el multiinstrumentista Pueblo López en medio de la pandemia. Para esta temporada se sumaron a la producción su hija e hijo Nina y Luca Herrera, así como la saxofonista Laura López.

“Es una pieza que ha crecido un montón, desde esa vez que nos buscaron para montar un espectáculo que fuera fácil de mover y se pudiera llevar a las personas de bajos recursos, en las zonas de la ciudad más vulneradas, hasta ahora.

“Fue como un regalo para el corazón, no solo para nosotros, sino para las personas que nos veían desde sus ventanas y echaban confeti, porque la hacíamos en medio de los patios de las vecindades. Ha ido creciendo y transformándose; su mensaje se volvió más poderoso y es que vale la pena seguir soñando”, añade Talia.

Cabaret a través de personajes como Malala

En Cuentos para no dejar de soñar, pieza que fue nominada por los premios metropolitanos de teatro de la Ciudad de México como mejor espectáculo de cabaret dirigido a infancias en el 2023, se abordan temas como los derechos de la infancia, el racismo, la violencia de género y la diversidad de una manera accesible y entretenida para personas de todas las edades.

A través de las historias de mujeres y hombres reales, el público se sumerge en la importancia de sus acciones y decisiones en nuestra sociedad. En la obra, se narran las historias de figuras como Malala, Nina Simone, Harvey Milk, Eufrosina Cruz, Beethoven y Boyan Slat.

“Se cuentan las historias de vida de personajes increíbles, pues lo que queremos es que a través de sus vidas, se hablen de temas que cuesta abordarlos con las infancias, básicamente porque no tenemos las herramientas o porque se piensa que de adultos.

El cabaret infantil da ese lugar de respeto a las infancias, su desarrollo, crecimiento e inteligencia”, abunda.

Para Talia el teatro cabaret implica escuchar a las infancias y aprender de ellas; además, de que sus reflexiones y pensamientos estén inmersos en los diálogos. Por ejemplo, para escribir esta pieza, la cabaretera les preguntó a sus hijos sobre la diversidad y acerca de sus derechos.

“El teatro infantil lo hacen personas adultas, desde su visión y lo que los adultos creemos que deben aprender los niños y las niñas. Descubrí que es bien bonito escucharles, preguntarles su opinión y cómo lo viven y sienten; han pasado por la compañía harto chamaco y chamaca y me han enriquecido como nunca antes”, agrega.

La función social del cabaret

En la actualidad, la actriz comparte que ahora hay muchos jóvenes que tienen 20 años de edad, quienes estuvieron desde que inició su compañía y que le agradecen la oportunidad de haber sido escuchados y tomados en cuenta, algo que, a su parecer aún falta por hacer, tanto en el cabaret, como en el teatro mismo.

Por ello, para Loaria, el teatro cabaret representa una ventana hacia el cambio social y la conciencia colectiva.

“El cabaret es una herramienta que no solo me ha funcionado en el escenario y a las personas que ven nuestros espectáculos, sino también a nosotros como familia. La sociedad ha avanzado mucho; cuando era niña, jamás se hablaron estos temas ni de esta manera tan abierta.

Los niños y las niñas no teníamos ni voz ni voto, crecimos como hierbas salvajes, de a ver cómo podías entender la vida y creo que particularmente el teatro cabaret es una de muchas herramientas que se han ido desarrollando este en los últimos años”, explica.

Para Talia, el teatro cabaret tiene la notable cualidad de sembrar una semilla en la mente de las personas adultas, y con aún más impacto en las infancias, pues a través del humor y la música, se puede crear un mensaje amable y divertido.

'Para mí, cada función es un recordatorio de la importancia de disfrutar los procesos. Hay que recordar que vale la pena seguir soñando, que un mundo más parejo y más justo para todas las personas es posible'
Talia LoariaActriz

“Hay personajes fantasiosos que juegan contigo, entonces, la verdad, es que es muy amable. Por eso me gusta tanto el cabaret, porque a través de la risa se reflexiona sobre temas tan profundos, a veces, dolorosos”, dice.

Talía enfatiza la relevancia de abordar temas como los roles de género, la diversidad familiar, y los derechos de las infancias en sus obras. Además de inspirar a los niños y niñas a defender sus derechos.

“Las familias se acercan para agradecerme, pues creían que estaban solos o que a nadie más le pasaba. Esa es la gran virtud del teatro. En el caso de Cuentos para no dejar de soñar, son personas reales, que algunas de ellas ya fallecieron, pero otras siguen vivas, y su lucha sigue en pie y  dejando huella en nuestra sociedad”, apunta.

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