En 1843, el periódico londinense The Athenaeum realizó una de las primeras reseñas sobre Cuento de Navidad, de Charles Dickens, donde fue catalogado como un relato para hacer reír y llorar al lector, invitándolo a abrir sus manos y corazón a la fraternidad, a la caridad y a la indulgencia; es “un plato literario digno de servirse ante un rey”.
Algo en lo que coincide el actor y escritor Mario Iván Martínez quien, además, considera que el autor británico ha hecho más por la celebración decembrina dentro de un contexto de reconciliación. Por ello, este año, el 19 y 25 de diciembre, la llevará nuevamente a la virtualidad.
“Se dice que Charles Dickens hizo más por fomentar el verdadero espíritu de la Navidad, la indulgencia, el valor de la amistad, amén de una denuncia sumamente importante de los rezagos y las injusticias que prevalecían entre las clases sociales en el siglo XIX y que hoy en México desafortunadamente padecemos circunstancias muy similares, en la disparidad social y de ingreso”, platica el actor a Reporte Índigo.
Dickens escribió este relato, considerado la primera crítica al capitalismo y la misericordia, gracias a su experiencia cuando trabajó en una fábrica de zapatos, luego de que metieran a la cárcel a su papá por una supuesta evasión fiscal.
Después de una vida cómoda, vivió la experiencia de la explotación infantil, por ello el también cuentista cree que Dickens quiso plasmar esta etapa de su vida, pues conoció a muchos Scrooge.
“Creo que, a pesar de haber sido escrita hace muchos años, tiene una particular relevancia para nosotros como país de tercer mundo, donde aún padecemos circunstancias y disparidades sociales muy similares a las que se vivían en la Inglaterra de mediados del siglo XIX”, comenta.
Un Cuento de Navidad con humor
Mario Iván considera a Cuento de Navidad como una fábula sumamente divertida e ingeniosa, donde los fantasmas le otorgan un carácter muy particular, y en la que, considera, el mismo Scrooge no está desprovisto de esta comicidad.
“Dickens sabía muy bien que no podía hacer a su personaje del todo chocante, Shakespeare nos enseña, por ejemplo, en su Ricardo III que todo villano debe estar dotado de humor, si no se vuelven insoportables. Sí resultan increíbles sus hazañas de mezquindad y de egoísmo, pero también hay un toque de comicidad dentro de su avaricia y de su codicia”, considera.
Para poder convertir la obra a un lenguaje digital, el también cuentista narra que, junto a la actriz Laura Luz, la trabajó de tal manera que no pareciese teatro grabado, y así realizarlo a través de un storyboard, del lenguaje de las cámaras, y close up para que la gente se sintiera incorporada y no diera la impresión de que sólo se colocó una cámara fija.
Además se recurrió al uso de material multimedia y la participación de voces en off, para dar vida a los fantasmas, a cargo de los actores Jacobo Marley, Carlos Cobos y Héctor Bonilla.
De acuerdo con el actor, realizar este montaje virtual, a pesar de que ya se ofrecen funciones presenciales, es una manera de que otras personas que no vivan en la Ciudad de México, puedan disfrutarla.
“Es una adaptación que trabajé de manera muy puntual y acuciosa con la maestra Laura Luz, pensábamos que sería pertinente retomar este trabajo en línea, porque en la Ciudad de México se peca mucho de la centralización, el que busca encuentra una gran oferta, pero no ocurre en otros lados de nuestro país”, explica.
Exploración histriónica
Sin embargo, esto suma nuevos retos a nivel técnico y actoral, algo que Martínez compara con la tarea de un sastre, quien tiene que elaborar un traje a la medida.
“Se trata de adaptar el trabajo al lenguaje del medio que está utilizando. En línea apostarle al lenguaje de las cámaras y de pronto moldear tu actuación a un modelo más sutil, en el teatro tienes que proyectar mucho más, es extrovertido, más grande, y en este caso teníamos que ser muy puntuales al revisar nuestro trabajo para que no se sienta sobreactuado”.
“Uno puede apostarle mucho más a la intimidad y a lo mejor alzando una ceja, y volteando a la derecha ya describí todo. Trabajar con Laura como director y conmigo mismo para que ninguna voz se parezca porque, además, teníamos la demanda de hacer muchos personajes diversos”, añade.
Si bien, Cuento de Navidad lo presentó el año pasado en formato virtual, ahora se suman más cavilaciones vertidas del 2020. Además, la oportunidad de poder analizar este cuento clásico con todo lo vivido durante la pandemia, porque Mario Iván considera que muestra un espejo de la condición humana.
“Lo que está haciendo Dickens es reflexionar sobre muchas cosas que aún tienen enorme vigencia y que siempre habrá algo del por qué no lo hice, por qué no aproveché el tiempo mejor, es tan corta la vida; por ende, la universalidad y la vigencia de este texto, perenne, que proviene de la pluma de un escritor a todas luces virtuoso y prolífico”.
“Es nuestro eslogan, no pierde la capacidad de sorprendernos cada diciembre y es que el reconocimiento que se ha hecho a este tipo de autores no se debe sólo a un factor regional, ideológico, intelectual, sino a la observancia tan meticulosa que tuvieron del espíritu humano, y causar la catarsis, para que salga uno distinto de cómo entro al espectáculo”, puntualiza el actor.
Otros proyectos
Mario Iván Martínez editó recientemente tres libros: Vincent, girasoles contra el mundo, biografía y dramaturgia sobre Vincent van Gogh; De nidos, estrellas y girasoles, el niño Vincent van Gogh y De niñas, disfraces y un soneto, la infancia de sor Juana Inés de la Cruz. Además, como parte de esta colección de personajes emblemáticos de la historia, sumará la biografía de José Gabilondo Soler.
Actualmente está por terminar su autobiografía Güerito de rancho. Anécdotas de un niño actor mexicano.