Microsoft se ha convertido en el “cliente” de sanciones millonarias favorito de la Comisión de Competencia de la Unión Europea.
En una década, la compañía acumula casi 2.9 mil millones de dólares, lo que la convierte en la empresa que más sanciones ha tenido.
La suma más reciente de sanciones se dio ayer cuando Joaquín Almunia, comisario europeo de la Competencia, anunció la multa de 732 millones de dólares.
¿La razón? Entre febrero de 2011 y julio de 2012, Windows dejó de brindar la opción de elegir el navegador de Internet a los usuarios europeos, imponiendo por default su propio navegador Internet Explorer (IE), rompiendo así el acuerdo que había pactado con la Comisión desde el año 2009.
“Si las empresas ofrecen compromisos, los deben cumplir y si no se tienen que atener a las consecuencias”, sentenció Almunia.
Ser multado por esa cantidad de dinero debe ser doloroso, pero es doblemente doloroso cuando se pone en contexto la participación que tiene IE en el mercado europeo.
En la guerra por los navegadores, IE se ubica tercero en Europa con una participación del 24 por ciento, por detrás de Mozilla Firefox (29 por ciento) y el ahora dominante Google Chrome que se coloca en primer lugar con 35 por ciento.
