Crónica en carne propia
Periodista, escritora y con una mirada crítica hacia el Gobierno bielorruso, así es Svetlana Alexijevich, quien a sus 67 años se convirtió en la primera periodista en obtener el Premio Nobel de Literatura.
La Academia sueca estableció que "sus escritos polifónicos, un monumento al sufrimiento y al coraje en nuestro tiempo". Al recibir el galardón, Svetlana dijo que respeta el mundo ruso de la literatura y la ciencia, "pero no el mundo ruso de Stalin y Putin".
Su obra tiene la influencia de Alés Adamóvich, a quien considera como un maestro.
María Alesandra PámanesPeriodista, escritora y con una mirada crítica hacia el Gobierno bielorruso, así es Svetlana Alexijevich, quien a sus 67 años se convirtió en la primera periodista en obtener el Premio Nobel de Literatura.
La Academia sueca estableció que “sus escritos polifónicos, un monumento al sufrimiento y al coraje en nuestro tiempo”. Al recibir el galardón, Svetlana dijo que respeta el mundo ruso de la literatura y la ciencia, “pero no el mundo ruso de Stalin y Putin”.
Su obra tiene la influencia de Alés Adamóvich, a quien considera como un maestro.
La bielorrusa ha abordado temas como la antigua URSS, la situación en Chernóbil, la Guerra de Afganistán, así como conflictos de la actualidad.
Y todo bajo una cruda mirada crítica y dramática.
De hecho, Svetlana suele moverse “en el terreno del drama, explora las más terribles y desoladas vivencias y se asoma una y otra vez a la muerte”, de acuerdo a El País.
Su sensibilidad y firmeza al escribir no solo le otorgó el Nobel frente a nominados como Joyce Carol Oates, Philip Roth y Haruki Murakami, sino que la ha convertido en testigo de conflictos como la Guerra de Afganistán, en donde recorrió el país para entrevistar a madres de soldados fallecidos, dando vida a “Tsinkovye Málchiki” (1989).
De igual manera llegó “Zacharovannye Smertiu ” (1993), sobre las personas que se suicidaron ante no poder vivir con el fin del socialismo. Cuatro años más tarde publicó “Voces de Chernóbil”, sobre la catástrofe en la central nuclear de Chernóbil.
El año pasado publicó “El tiempo de segunda mano. El final del hombre rojo”, obra con la que propone “escuchar honestamente a todos los participantes del drama socialista (…) Ahora vivimos en distintos Estados, hablamos en distintas lenguas, pero somos inconfundibles, nos reconocen en seguida. Todos nosotros somos hijos del socialismo”.
En entrevista con Le Monde, Svetlana señaló en alguna ocasión que “el mundo ha cambiado completamente y no estábamos verdaderamente preparados”.
Y es que Alexijevich ha vivido la historia en carne propia, a manera de experiencia personal, lo que hace de su texto una crónica cruda, detallada, crítica, casi vivencial.
¿Quién es Svetlana?
Svetlana Alexijevich es hija de un militar soviético, de origen bielorruso, y de madre ucraniana. Ambos trabajaron como profesores.
Alexijevich nació en Ucrania pero creció con su familia en Bielorrusia, en donde estudió periodismo y trabajó en diversos medios de comunicación.
“Se dio a conocer con ‘La guerra no tiene rostro de mujer’, una obra que finalizó en 1983 pero que, por cuestionar clichés sobre el heroísmo soviético y por su crudeza, solo llegó a ser publicada dos años más tarde gracias al proceso de reformas conocido por la perestroika”, apunta El País.